10 consejos para conservar la comida en verano

El calor es uno de los grandes enemigos de los alimentos, así que saber combatirlo será fundamental para que los conserves en un óptimo estado de conservación. Os contamos cómo.

Jesús Sánchez Celada29/07/2019

Mantén tu cocina en perfecto estado

Llega el verano (o ya está aquí, dependiendo de en qué lugar estén leyendo esto) y con él las altas temperaturas, las vacaciones, la relajación… El verano es una época en la que vemos alteradas nuestras rutinas para dar rienda a un merecido descanso. Esta alteración de los hábitos, unida a temperaturas mucho más altas que en otras épocas del año pueden dar lugar a descuidos, en lo que a la conservación de alimentos se refiere y, desde luego, ninguno de nosotros queremos amargarnos las vacaciones por haber comido un alimento en mal estado debido al calor. Os damos diez consejos para que esto no os ocurra jamás:

1- Mucho cuidado con tu higiene personal: bajas a la playa o a la piscina, subes rápido porque se hace tarde y te pones a preparar la comida… Importante (como en cualquier época del año) extremar las precauciones, tanto corporales como en la zona de trabajo en la que vayas a manipular los alimentos.

2- Usa tu congelador: en estas fechas, en las que la improvisación está a la orden del día, es importante que si tienes dudas de cuándo vas a comer una receta que ya hayas preparado la congeles, en lugar de guardarla en la nevera «por si acaso». Acuérdate que te será muy útil añadir en el paquete una etiqueta con la fecha de congelación para poder organizar, de forma efectiva, tu congelador.

Usa recipientes adecuados en tus comidas al aire libre

3- Las comidas al aire libre en recipientes y temperaturas adecuadas: no será una buena idea si te llevas a la playa una receta en un táper medio abierto y lo dejas achicharrándose al sol. Es muy importante usar recipientes de cierre hermético, para evitar las impurezas que puedan existir en tus escapadas, así como hacerte con una nevera o cesta en la que puedas mantener la temperatura adecuada para tu comida.

4- Guarda las sobras de la comida: las sobremesas eternas son un clásico del verano. Pero cuando pasan horas y la temperatura ambiente es muy elevada, por muy a gusto que tú estés, los restos de la comida no lo están tanto, por lo tanto, acostúmbrate a guardar en la nevera todo aquello que esté en la mesa y que creas que vas a consumir posteriormente. Después, la sobremesa puede ser infinita.

5- Ojo con los insectos: por todos es sabido que los insectos de todo tipo sienten una especial atracción por el verano y las comidas accesibles a ellos. Cierra o tapa los alimentos que estés manipulando o acabes de preparar, para evitar la contaminación con estos pequeños e incómodos huéspedes.

6- Es importante que, a la hora de recalentar las comidas que ya estén cocinadas, te organices para calentar únicamente lo que vayas a consumir.

En la compra, lo frío, lo último

7- Organízate cuando vayas a hacer la compra para que los alimentos que necesiten refrigeración sean los últimos que metas en el carro y los primeros que guardes al llegar a casa. En caso de que vayas a tardar en llegar a casa, es importante que introduzcas estos alimentos en bolsas isotérmicas para evitar que se rompa la cadena del frío.

8- Aunque este consejo puede aplicarse a todo el año, en verano nos puede servir también. Coloca tu nevera de forma que los alimentos que vayan a caducar antes estén en primera fila y aquellos cuya fecha de caducidad sea más lejana se encuentren más al fondo.

9- Dentro del frigorífico: carnes, pescados y platos preparados en las zonas más frías (la que está en contacto con el congelador) y frutas y verduras en la más templada.

10- Vigila de forma recurrente la temperatura de tu frigorífico y de tu congelador, que en el caso del primero debe ser para carnes y pescados es de entre 1 y 4ºC, el resto de alimentos entre 5 y 8ºC  y en el congelador inferior a los -18ºC.

Fuente: OCU