Nos decía hace recientemente un pediatra argentino que «la celiaquía es la enfermedad que todo el mundo escogería si tuviese que escoger una enfermedad». Y es que a pesar de que supone muchas limitaciones, es cierto que los celiacos podemos llevar una vida sana y plena si mantenemos una dieta estricta sin gluten de por vida.
Y por suerte, esto es cada vez más fácil. Porque aunque aún pagamos mucho más por nuestros productos, aún nos encontramos con restaurantes en los que no han oído hablar del gluten, y aún hay quien nos dice eso de, «pero come mujer, que por un poco no te pasa nada», los pasitos que vamos dando los celiacos son en la buena dirección.
La celiaquía es una enfermedad autoinmune y sistémica provocada por una intolerancia permanente al gluten presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno y sus derivados (también la avena, que suele llegar al mercado contaminada). El gluten daña las vellosidades intestinales de un celiaco, pudiendo llegar incluso a atrofiarlas. Por eso la dieta sin gluten, el único tratamiento para los celiacos, tiene que ser estricta y de por vida, porque la celiaquía no se cura: es una enfermedad crónica.
En pleno mes de la celiaquía, es importante recordar que son muchos los celebran su primer #mayoceliaco, y para ellos son estas 10 recomendaciones, unas más importantes que otras, pero todas eficaces.
1) Un celiaco tiene que tener paciencia
Ésta no viene con la celiaquía, pero acabaréis cultivándola. La paciencia la entrenaréis cada vez que llegue a vuestros oídos alguno de los conocidísimos bulos sobre la celiaquía, como «yo tenía un primo que era celiaco y se curó», «si hoy te comes un bocadillo, mañana haces dieta estricta y ya recuperas», «eso de la celiaquía es una moda de modernos», «quítale el pan a la tortilla, no me seas exagerada…». Con el tiempo las respuestas para todos estos «consejos» y afirmaciones son automáticas, pasaremos del cabreo máximo a poder explicar con tranquilidad lo que es realmente la celiaquía, y que por un poquito de gluten sí que pasa algo.
2) Nuestro sentido del humor
Cuando uno lleva muchos años diagnosticado, ya no tiene esa irritabilidad constante ni esos cambios de humor tan propios de un celiaco no diagnosticado (no de todos), y con el tiempo desarrollamos un sentido del humor y acumulamos una enorme cantidad de anécdotas que ya nos hacen hasta gracia. Sobre todo cuando las compartimos con otros celiacos. Cada vez que te llaman «celiático» te echas unas risas y apuntas un restaurante nuevo al que no volver.
3) El kit celiaco
Hace unos años, cuando te ibas de vacaciones la mitad de la maleta era comida sin gluten: galletas, panes, magdalenas, embutido… un poco de todo, por si se daba la situación de encontrarse en un lugar en el que no hubiese ni restaurantes ni supermercados con opciones aptas. Ahora las cosas han cambiado muchísimo y el kit del celiaco es mucho más reducido. Pero nunca está de más ser previsor y llevarse en la mochila fruta, algún snack… y, por supuesto, las súper útiles bolsas de tostar pan. Son un inventazo. Si alquilas un apartamento, sólo hay una tostadora y la tienes que compartir con no celiacos, no podrás hacerlo a no ser que protejas muy bien tu pan para evitar la contaminación, y con estas bolsas podrás hacerlo y desayunar la mar de tranquilo.
4) Agenda celiaca
Ya que se acercan las vacaciones, es muy importante que tengáis en cuenta un aspecto fundamental de las mismas, y es que el celiaco viaja, viaja todo lo que quiere, pero con más previsión que las personas que no son celiacas. Por eso, antes de coger un avión e irte al otro rincón del mundo, investiga en internet qué opciones vas a tener allí, contacta con las asociaciones del país, busca restaurantes sin gluten… ¡Y viaja con el kit celiaco, claro! Que la celiaquía no te impida disfrutar de todo lo bueno de la vida.
5) Celicidad
La «celicidad» es lo que siente un celiaco cuando llega a un restaurante en el que puede comer sin miedo y sin tener que responder a preguntas como, «¿pero si el pan te lo caliento mucho se le va el gluten y ya lo puedes tomar, no?». Es también una app con más de 1.900 restaurantes sin gluten en España que te puedes descargar gratuitamente para tu Android. Sólo tienes que buscar la localidad en la que te encuentras y ver qué opciones hay en ese lugar.
6) No sin mi libro
Las Asociaciones de Celiacos de nuestro país llevan muchos años trabajando para normalizar y facilitar la vida del colectivo. Uno de sus logros más importantes es el Listado de Alimentos de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España, una guía que recoge todos los alimentos sin gluten que se pueden encontrar en el mercado. Todos los años se actualiza y, además, cada vez que hay un cambio o un producto nuevo se comunica a través de sus distintos canales. Es cierto que el mundo sin gluten ha mejorado mucho en cuanto al tema del etiquetado, pero hace años el libro de FACE era fundamental y a día de hoy sigue siéndolo para los recién diagnosticados, que llegan a este mundo un poco perdidos.
7) Estantes propios en la cocina
Aunque la celiaquía requiere de predisposición genética y es fácil que en una familia haya más de un celiaco, esto no siempre es así, y cuando en casa hay productos con y sin gluten es fundamental que el celiaco tenga todos sus productos en una parte aislada de la cocina; aislada del gluten, se entiende. Es la mejor forma de evitar contaminaciones accidentales que tendrían consecuencias negativas para el celiaco.
8) Prioridad de uso de horno y microondas
Como en el horno o en el microondas no se pueden introducir a la vez productos con y sin gluten, el celiaco tiene preferencia. Primero se hornea la pizza sin gluten y después la pizza con gluten. Y después, ¡a limpiar bien el horno!
9) Radar celiaco
Es un don que vamos desarrollando a medida que van pasando años con el diagnóstico. Nos ayuda a estar alerta en los restaurantes, a ver posibles contaminaciones cruzadas sobre la mesa, a distinguir cuándo nos sirven un plato que se supone que no lleva gluten y sí lo lleva… La naturaleza es sabia y nos hace desarrollar esta habilidad para evitar el máximo número de situaciones de peligro. ¡Nunca conviene bajar la guardia!
10) Una vez en la vida… a Cangas del Narcea
En Asturias, una villa del suroccidente tiene la particularidad de registrar un 3% de población celiaca, el triple de la media nacional: Cangas del Narcea. Por eso, sus restauradores llevan años trabajando la dieta sin gluten y por eso, en una población de 13.000 habitantes hay más de 20 restaurantes sin gluten. En mayo, coincidiendo con el Día nacional del Celiaco, celebran sus I Jornadas Cangas Sin Gluten: divulgación y ocio en el paraíso de los celiacos el 28 y 29 de mayo. Una ocasión perfecta para compartir experiencias con otros celiacos y aprender de la mano de grandes expertos.