Cada región de España guarda increíbles tesoros gastronómicos, aunque lo cierto es que de cada una de ellas solamente conocemos unos pocos platos, los más populares. Por eso, hoy me voy a encargar de que esto no sea así, al menos con la cocina catalana. Todos conocemos la crema catalana o el pan tumaca, pero hay otras tantas joyas que merecen ser reconocidas. Te van a entrar ganas de ir a Barcelona después de leer este artículo, te lo aseguro. Allá vamos.
Calçots
No hay nada más catalán que pegarse una buena calçotada. El 11 de septiembre, Día de Cataluña, es la ocasión perfecta para ponerse hasta arriba de calçots. Mojados en salsa romesco se vuelven un manjar que te dará ganas de repetir casi seguro.
No me estoy enterando de nada… ¿Qué es un calçot?
Los calçots realmente no son más que una variedad de cebolla tierna. Es un producto con Indicación Geográfica Protegida, tal y como sucede en España con otros tantos como por ejemplo el mazapán de Toledo.
Típicamente se hacen a la barbacoa y se sirven en una teja. A la hora de comértelos no seas bruto y no te lo metas de golpe en la boca, primero tienes que quitar la cobertura exterior y luego ya mojas la cebolla en la salsa romesco.

Pan tumaca
Si le preguntas a un catalán que cuál es el plato más reconocido de su gastronomía, probablemente te diga que el pa amb tomàquet. Muchas veces lo más delicioso es lo más simple, normal entonces que el pan con tomate sea tan famoso no solo en Cataluña, sino en toda la península. Sobre una rebanada de pan tostado se frota un ajo y las mitades de un tomate. Por último, se corona con un buen chorro de AOVE. Eso sí, los más atrevidos le ponen una buena loncha de jamón encima (aunque esto ya no es muy catalán).
Las primeras referencias que se tienen de esta receta datan de 1884. Por aquel entonces, se utilizaba el pan duro que sobraba de días atrás y se servía con un buen chorro de aceite y con el tomate, con el objetivo de que el pan se ablandase un poco. Como ocurre con casi todas las recetas estrella de la gastronomía española, –sin ir más lejos, las croquetas-, este plato nació como forma de aprovechamiento.

Caracoles a la llauna
Los cargols a la llauna es un típico plato catalán que le debe su nombre a la bandeja donde se cocinan. Y es que A la llauna se traduce «en la lata». Aunque bien es cierto que los caracoles suelen causar rechazo en general por su textura o su apariencia, te animo a probar este plato, ya que su sabor te sorprenderá gratamente. Se diferencian de los caracoles a la madrileña en que no son caldosos, pues no están elaborados a modo guiso, sino que su preparación es al 100% en el horno.
Para su elaboración se prepara la bandeja y se cubre toda la superficie con sal. Después, se añaden todos los caracoles limpios con el orificio hacia arriba, para que cuando posteriormente los condimentemos, cojan todo el sabor de las especias, el aceite de oliva y el vino tinto.

Butifarra con alubias blancas
La butifarra con mongetes es otra elaboración tradicional que no es demasiado reconocida fuera de lo que es esta Comunidad Autónoma. No obstante, dentro de Cataluña es muy apreciada, principalmente porque se trata de un plato humilde que lleva en las casas catalanas desde el siglo XIX. Es una receta rápida, sencilla y deliciosa, caracterizada principalmente porque se aprovecha el aceite de la butifarra para hacer las legumbres.
Esta receta tiene algunas variantes. Habitualmente, se fríe un poco de tocino o jamón en el aceite de las butifarras, e inmediatamente, cuando ya queda crujiente, se echan encima las alubias. De esta manera cogen muchísimo sabor, aunque todo a costa de un poquito de grasa… Pero no nos engañemos, ya que nos vamos a comer una buena butifarra con alubias, que sea por todo lo alto.

Crema catalana
Y por último, pero no menos importante, nos toca hablar del postre emblema de la gastronomía catalana. Imposible resistirse a la combinación del crujiente del caramelizado exterior con la cremosidad del interior. Aunque es un postre que normalmente se consumía el 19 de marzo por el día de San José, su popularidad lo ha llevado al día a día. Además, no solamente es reconocido en Cataluña, ya que en la actualidad hay infinidad de restaurantes por toda España que tienen este maravilloso postre en su carta.
