Nueve provincias hacen de Castilla y León una tierra única en la que historia, cultura, gastronomía y vino se unen para formar la comunidad más grande no solo de España sino de toda Europa. Capital del reino, sede de la inquisición, chancillería nacional, concurso nacional de pinchos, y un sinfín de momentos han conseguido crear una comunidad única con una riqueza inconmensurable.
Actualmente por lo que más destaca esta comunidad es por la cantidad de Denominaciones de Origen que tiene y por sus productos de gran calidad, que cuentan con marca propia: “Tierra de Sabor”.
Es muy complicado elegir sólo algunos productos pero aquí tienes 5 productos que no puedes perderte en Castilla y León para entender qué significa y todo lo que puede ofrecernos la cocina castellanoleonesa.
Espárragos de Tudela
Los espárragos de Tudela son producidos en Tudela de Duero una localidad vallisoletana. Son un tipo de espárrago que destaca por su color blanco y su grosor, una verdura carnosa y jugosa poco fibrosa y muy suaves en boca.
Para muchos chefs son los mejores espárragos nacionales. Tal es la importancia de este producto, que en el municipio hay una festividad conocida como el Espárrago que se celebra todos los años el último fin de semana de mayo, coincidiendo con la mejor época de este exquisito producto.

Morcilla de Burgos
La morcilla de Burgos es conocida en toda España, se trata de un producto ancestral que es elaborado a base de sangre de cerdo y arroz. Al tratarse de un embutido es necesario también que sea sazonado con sal y diferentes especias como el orégano. Es un producto que nos da muchísimo juego en la cocina ya que podemos elaborar de muchas manera distintas. Las más conocidas serían:
- Al horno
- Frita enharinada
- A la brasa
La mayor diferencia entre la morcilla de Burgos y otras como la de León es que en la de Burgos no se utiliza cebolla, simplemente se utiliza la sangre, manteca, arroz y las especias, consiguiente un producto único.

Lechazo
El lechazo es una de las carnes más exquisitas que se pueden probar en la cocina castellana. Se trata de una cría de cordero la cual todavía no ha sido destetada y su peso es muy reducido. Es por esto que nos encontramos una carne muy tierna y jugosa. Tiene gran cantidad de variantes en cuanto a su preparación, pero las más conocidas serían asado al horno, en el cual se introduce por cuartos en fuentes de barro, es un plato típico de Peñafiel.
En chuletillas ya sean cocinadas a la brasa o a la plancha, y al pincho, una especialidad que el lechazo troceado se introduce en barras y se asa al sarmiento, típico de Traspinedo.

Cecina de León
La cecina de León es un embutido leonés con varios siglos de historia a sus espaldas, concretamente se la data desde mediados del S. XVI. Este es un producto elaborado normalmente con carne de vacuno y que requiere de varios procesos para su obtención. Una vez tenemos seleccionados los pedazos de carne que queremos utilizar estos deben ser salados durante unos días. Después de el salado el embutido serán lavados, para eliminar el exceso de sal y pasara a una fase de deshidratación. Una vez termine esta fase pasará a ser ahumada con diferentes tipos de leña para acabar su proceso en el secadero donde esperará hasta su momento óptimo de consumo.
Tiene multitud de facetas nos puede valer como aperitivo con un poco de aceite por encima, en bocadillo, acompañando unos huevos fritos…

Torrezno de Soria
El torrezno de Soria es el producto por excelencia soriano. Está elaborado a base de una panceta adobada con cuenta con certificación propia desde el 2010, una marca de garantía que nos asegura un producto de calidad. Esta certificación fue necesaria para distinguirse de otro tipo de torreznos que nada tiene que ver con el soriano.
La receta de un buen torrezno de Soria requiere que este tenga una buena anchura para conseguir una corteza crujiente que desemboca un tocino espectacular que se derrite en boca. Es un aperitivo ideal para acompañar un buen vino en cualquier vermut.

Foto de portada: © pincho de Traspinedo