Portugal destaca por su buena gastronomía, sobre todo, por la buena calidad y los platos abundantes, además la relación calidad-precio es muy buena. En Madeira ocurre lo mismo con el añadido exótico de algunos productos típicos que le dan un toque de originalidad y le diferencia de otros destinos lusos. Hoy hacemos un recorrido por los mejores restaurantes en Madeira en los que se come muy bien y a buen precio.
Restaurantes en Madeira: zona Norte
Comenzamos nuestra ruta de restaurantes por la zona Norte.
Quinta Vale Vitis

En San Vicente, posee un lugar privilegiado, habitaciones con mucho encanto y trasmite la tranquilidad que ayuda a desconectar. Indeleble el recuerdo de una espetada en su barbacoa en el jardín junto a la piscina al atardecer. Quizás, el mejor sitio para tomarla en toda la isla. ¡Qué buena y qué sensaciones! Al caer la tarde, con esa luz más cálida, tomando un aperitivo de quesos de madeira con vino local mientras los aromas de las varas de laurel con sus trozos de carne de vaca haciéndose en las brasas… Tal experiencia, solamente se supera durmiendo allí.
El restaurante del hotel do Furao

En lo alto de un acantilado de la localidad de Santana, ofrece una carta de calidad. Hacen el pan en su propio horno y disponen de cuatro variedades de vino que van desde el seco al dulce: sercial, bual, verdelho y malmsey. El servicio, digno de las cuatro estrellas del hotel que, además, resulta ideal para descansar por la buena calidad de sus habitaciones, la situación sobre el mar y sus instalaciones: dos piscinas, sauna, jacuzzi… Como anécdota, poseen una casa tradicional típica de Santana en el jardín.
Restaurantes en Madeira: zona Sur
La zona sur de Madeira nos ofrece una gran variedad de propuestas gastronómicas. Esta es nuestra selección:
Socalco Nature Hotel

En Calheta, además de restaurante, también hotel con encanto. Ubicado sobre un acantilado y junto a su propio huerto con viñedo y frutales brinda a sus hospedados y comensales unas vistas inmejorables sobre el mar. Su creador y chef Octavio Freitas explica que era su sueño y lo ha podido llevar a cabo: La mezcla del turismo rural con una alta gastronomía y productos propios. También va al mercado y ello hace que su carta cambie según el producto del día, así comer allí implica sorprender al cliente variando constantemente los platos, eso sí, lo único que no cambia, la calidad de sus elaboraciones. Recomendable, dejarse guiar por ellos.
Restaurante Vila do Peixe

En Cámara de Lobos. Aunque está en lo alto y desde su terraza se divisa todo el pueblo arracimado, está junto al puerto también porque es pequeño. Y sus pescados corvinas, viejas, atunes, lapas… están a la vista, primero eliges y luego te lo comes. Recomendable, la churrascaría do peixe, con un buen vino blanco de la isla o una cerveza, añadiendo esa panorámica del atardecer se convierte en una experiencia que sola casi merece el viaje. Luego, allí mismo, una poncha, típico cóctel de Madeira, en el bar Number Two, en la parte antigua. Un bar genuino con un personal muy amable.
Maktub

En Paúl de Mar. Bar de copas, restaurante con música en vivo y hotel con encanto. Y todo bueno. Un ambiente caribeño de mojitos y caipiriñas en un lugar inmejorable para ver atardeceres tomando copas o, también, cenando. Su atún, por supuesto, el mejor de la isla. Crudo con chorrito de aceite, pasándole el soplete o cocinado a la plancha es un manjar. Suele tener conciertos que llenan la calle, sin salida, y la playa de público con un ambiente excelente. La anécdota: su padre dio la vuelta al mundo con velero en solitario llevando 200 l de vino de madeira.
Faja dos Padres

Un restaurante muy peculiar hasta en su modo de llegada: en barco con su pequeño muelle o descendiendo 300 m con un teleférico cuasi vertical, sensacional. Otra experiencia propia de esta isla. Poseen cultivo ecológico de huerta, plátanos, aguacates, mangos y otras frutas tropicales e, incluso, una hectárea de viñedo de la variedad malvasía cándida. Situado entre la playa y el acantilado se nos presenta como el típico chiringuito, pero atención, hace unos platos que justifican el desplazamiento. Recomendable: platos de pescado fresco con vino local y los postres.
Restaurantes en Madeira: Capital
Para finalizar, los restaurantes en la capital de la isla que no te puedes perder.
Restaurante Kampo

El chef Julio Pereira es un lujo de cocina con unas elaboraciones de alto nivel. Se puede cenar en la barra viendo el trabajo de cocina, un espectáculo. El precio está a la altura de sus platos aunque la sala está demasiado saturada y resulta algo ruidosa para la calidad gastronómica del establecimiento.
El restaurante Uva

En la última planta del hotel The Vine de cuatro estrellas, es uno de los mejores de la isla. Producto de calidad, elaboraciones excelentes, una sala con mesas de tamaño grande y asiento cómodo, ideal para estar un buen rato cenando a gusto, camareros y maitre muy profesionales. Elaboraciones al borde de la estrella sin el precio estelar. Un restaurante perfecto para una cena de las buenas.
Patio das Babosas
En la parte alta de la capital junto al teleférico, al lugar de partida del descenso en las cestas típicas y a los Jardines Tropicales de Monte Palace es un buen restaurante que también tiene alojamiento. Tiene la calidad exigida para pertenecer a la Asociación de Promoción de Madeira, como otros recomendados en este artículo. Está especializado en preparar el pez sable de formas diferentes con platos siempre copiosos y con guarniciones muy ricas. Las vistas desde su terraza son excepcionales pero, a tener en cuenta, que siempre hace más fresco que en la capital.
Productos propios
Los vegetales son muy característicos de la gastronomía madeirense. Las patatas dulces y normales saben diferente a otras cualquiera.
Gracias a un clima húmedo y templado durante todo el año la producción es de calidad y esto permite plantar desde cultivos más atlánticos como las manzanas hasta frutas tropicales como aguacates, papayas, pitangas o la curiosa fruta de la costilla de Adán, que sorprende porque en España se conoce como planta de interior y casi nadie sabe que produce una especie de piña de unos 20 a 25 cm de largo y unos 5 de ancho de color verde y con un sabor muy peculiar, una mezcla de piña y plátano.
Por cierto, los plátanos madeirenses son muy típicos y ricos.

Madeira, en medio del océano Atlántico, es un lugar estratégico para la pesca. Por ejemplo, Cámara de Lobos, en el sur de la isla, es un pueblo costero de pescadores que tiene hasta un pescado típico: el espinoso, una especie de bacalao. Abundan lapas, pulpos, caballas, sardinas, atunes, viejas… pero, sobre todo, el más característico: el pez sable, al que ellos llaman pez espada.

Un pez muy peculiar que vive en las profundidades, a más de 1000 m de profundidad, un depredador con una enorme boca afilada y larga llena de dientes que parecen clavos y los incisivos son aterradoramente grandes, como los ojos con los que, aunque parezca mentira que a esas profundidades haya luz, deben de ver algo. La piel es negra y sin escamas y la carne, blanca con poco sabor pero nutritiva, guisada como solamente ellos saben, resulta un manjar que hay que probar.

Y de entre las carnes, sin duda la espetada. Carne de vaca en trozos magros insertos en una vara de laurel, abundante en la isla, al punto de sal gorda y a la brasa. Luego se ponen patatas normales y dulces de guarnición. Tomado con el bolo de caco que es el pan más tradicional y los buenos vinos de la isla conforman un manjar para no olvidar y repetirlo.