Plato de pescado. Restaurante Dos Hermanas

Álava: donde los sueños son realidad

Joaquín del Palacio05/12/2011
Casa del centro de VitoriaCasa del centro de Vitoria

La capital de Euskadi, Vitoria-Gasteiz, ha sido nombrada «Capital Verde Europea 2012». En principio puede parecer increible que España tenga una ciudad que pueda merecer este galardón. Bueno, pues cuando se conoce Vitoria-Gasteiz no cabe duda, porque está repleta de zonas peatonales, de jardines con grandes árboles y, sobre todo, de un anillo verde que rodea toda la capital con una vegetación muy frondosa y una fauna que asombra. Es una ciudad tranquila y limpia.

Además de estos elementos, Vitoria-Gasteiz conserva un rico patrimonio que cautiva cuando se visita; tiene un urbanismo moderno y bien planificado, que proporciona bienestar a sus ciudadanos. El centro de la ciudad, que tiene muchos rincones con encanto, es peatonal y es un placer pasear por él. La calidad de vida del vitoriano es muy buena.

Catedral de Vitoria. "Abierto por obras"Catedral de Vitoria. "Abierto por obras"

En el centro sobresale el edificio más atractivo de la ciudad: la Catedral de Santa María. En el lugar donde estuvo la aldea Gasteiz, y posteriormente sucesivas construcciones religiosas, se asentó este edificio gótico con función defensiva y religiosa. Esta construcción tuvo problemas estructurales y hubo que acometer una gran obra que solucionase los problemas. No fue fácil, porque aquello tenía pinta de gran drama, pero lo que hubiera sido una tragedia para el patrimonio y el turismo, los vitorianos lo convirtieron en un acicate cultural de un interés desconocido hasta entonces. Incluso, el escritor Ken Follet, después de visitar los trabajos de restauración de esta construcción, decidió que la segunda parte de la novela «Los Pilares de la tierra» estuviese basada en este edificio gótico. Follet se quedó absorto, y en esa postura tiene una escultura allí, ante el encanto de ver el interior de la Catedral de Santa María. Cualquiera que haga la visita «Abierto por obras» descubrirá lugares que no se visitan en ningún templo. Observará los elementos arquitectónicos desde los propios andamios y desde lugares insólitos, como el paseo de ronda, y visitará parte de los tejados desde el interior. Pasará por el triforio, la galería que rodea las iglesias por encima de los arcos y, desde ahí, disfrutará del espacio catedralicio de un modo desconocido. Es difícil transmitir las sensaciones que se sienten en esta visita. Ese tiempo pasado que se escapó hace siglos se quedó guardado en el interior de este magnífico templo que ahora está «Abierto por obras».

Pórtico de la Luz iluminadoPórtico de la Luz iluminado

Al finalizar la visita se disfruta de otra sorpresa muy estética: el Pórtico de la Luz, en la entrada de la catedral, es el resultado de los estudios de restauración de esta estancia. Se han podido datar los restos de policromía y saber cómo estuvo decorada a lo largo de la historia. Un espectáculo de luz y sonido sobre la Capilla de Paternina muestra las diferentes decoraciones que tuvo. La sensación impresiona porque explica y muestra las diferentes imágenes que tuvo durante su existencia con todos los detalles.

Pasear por el centro histórico es un lujo porque conserva en buen estado muchos edificios y parte de las murallas. También hay lugares únicos como el Museo de Naipes Heraclio Fournier, una visita tan original como inolvidable. Otra de esas visitas que no se debe dejar pasar es la de la iglesia de San Vicente. Se accede a la estructura del tejado y, al ser de planta de salón, se disfruta de una visión única y al salir, debido a su ubicación, se divisa toda la urbe y alrededores. Pero, sobre todo, es como un balcón desde el que se ve de maravilla la plaza de la Virgen Blanca, una vista que pocos conocen.

Plato de pescado. Restaurante Dos HermanasPlato de pescado. Restaurante Dos Hermanas

Si queremos seguir obteniendo buenas sensaciones la gastronomía vasca nos colma de satisfacción. Es conocida por todos y su prestigio hace ya años que traspasó nuestras fronteras. Hoy está considerada por muchos la mejor y más sabrosa. En Vitoria existe un restaurante con tradición y buen oficio que se llama Dos Hermanas. Desde 1887 ofrecen fidelidad a las costumbres culinarias vascas y vanguardia: pasado y futuro para gozar el presente. Los vinos de su Rioja Alavesa, los pescados de la costa vasca o las carnes criadas en las verdes praderías tienen todo su sabor de siempre con el toque preciso de su autor Alejandro Martínez de Icaya. La calidad de sus platos se admira con los cinco sentidos: la vista disfruta, el olfato y el gusto se recrean, y, mientras el tacto aprecia la comida, el silencio permite relajarse y conversar. En fin, es un deleite de restaurante.

Plano del Anillo Verde de VitoriaPlano del Anillo Verde de Vitoria

La capital del País Vasco sorprende con las piedras de sus murallas, sus palacios y sus templos, pero quizá más espectacular sea su anillo verde. Es el lugar ideal para caminar, bajar la comida y disfrutar de la naturaleza a un paso del centro. Cualquiera podría pensar que es un parque urbano, pues no lo es. Es una zona natural recuperada que rodea todo el municipio, pero natural hasta el punto de ser un humedal con una gran diversidad de aves y plantas. Aunque más llamativo aún es la presencia de ciervos, que se pueden ver y escuchar si se está en tiempo de la berrea. El Centro de Interpretación de la Naturaleza Ataria en Salburua ofrece la información, para todas las edades, necesaria para conocer y disfrutar de este precioso entorno verde con sus rutas, los diferentes ecosistemas, etc. Sí, el futuro de las ciudades es el presente de Vitoria. No es extraño que haya sido elegida la Ciudad Verde Europea del 2012.

Después de pisar uvaDespués de pisar uva

Muy cerca de este anillo verde está el Gran Hotel Lakua, el mejor espacio para descansar. El Lakua te ofrece diseño, tranquilidad, calidad y la posibilidad de visitar la ciudad y tomar carreteras para salir de visita por la provincia. La relación calidad-precio es excelente. Es el sitio ideal para soñar con las maravillas alavesas, las que contiene la capital y las provinciales entre las que destacan los viñedos de su Rioja Alavesa. El sueño es el mejor viaje porque se sienten experiencias desconocidas y se viven apasionadamente. Este hotel ofrece la paz necesaria para que seas protagonista de los mejores sueños..

Viñedo al principio del veranoViñedo al principio del verano

Al acostarme cerré los ojos, y, al poco, soñé que volaba, me elevaba y veía el territorio como si fuese en avión sobre lugares alaveses. Allí abajo las calles y parques de Gasteiz, luego montañas plenas de árboles y ríos color añil. Había campos de colores, verdes por sus hojas y por sus uvas, tintos. Había gente en ellos que vendimiaban, abonaban, podaban o simplemente trabajaban su tierra dependiendo de la época del año. Vivían de ella, esas gentes habitaban sus pequeños poblaciones con sus casas pétreas, sus iglesias, sus bodegas, etc. Eran capaces de vivir de su campo sin tener que abandonar sus poblados. Había un precioso pueblo amurallado, que parecía divisar el horizonte subido en una loma, era una antigua villa medieval. No había coches ni referencias del presente… Bueno, sí, unas bodegas que parecían naves espaciales. Sin duda, aquello no era real, era un sueño que me había llevado al pasado y al futuro. Allí también estaba el azul del gran río Ebro y el blanco calizo de las cumbres serranas presidiendo el paisaje. Me encontraba soñando una tierra que no podía existir. ¿Era un sueño simplemente?

Plaza de la Virgen Blanca. VitoriaPlaza de la Virgen Blanca. Vitoria

Aquel sueño estaba compuesto de las vivencias que una comarca, Rioja Alavesa , había dejado en el recuerdo en toda su magnitud. ¡Estaba sintiendo el paisaje en cuatro dimensiones! Veía perfectamente todo y lo notaba igualmente. ¿Serían así las 4D? O, tal vez, serían las 4D: Disfrutar de esa vida; Degustar esa gastronomía; Divisar esos paisajes; Divertirse en una comarca ideal... No lo sé. Dicen que la cuarta dimensión es el tiempo, y aunque se pueda medir exactamente con relojes y cronómetros, también dicen que el tiempo es subjetivo. Un par de minutos se hacen muy largos si tenemos que contener la respiración, pero pasan volando, ¡volando, sí!, cuando escuchamos la canción que más nos gusta. Pues algo así pasa en Álava: el tiempo corre tan aprisa como disfrutas, pero ocurre que después, cuando se recuerda, se vuelve a apreciar, uno se detiene en los momentos buenos, se hacen más intensos y el mismo tiempo parece mucho más largo, incluso hasta el viento parece volver a soplar en tu cara.

Galería fotográfica: