Cerveza y comida

Alcohol y dieta son compatibles

¿Es posible perder peso y tomar alcohol?: Sí, pero con precauciones y teniendo en cuenta que algunas bebidas alcohólicas proporcionan calorías vacías que no son nutrientes.

Ana Luzón10/02/2015

El consumo de alcohol está plenamente instalado en nuestra vida cotidiana, desde el aperitivo al afterwork resolvemos nuestras citas sociales con alcohol, desde la caña a la copa. El alcohol es posiblemente una de las razones por las que muchos no son capaces de seguir una dieta, cuando estás acostumbrado a tomar vino en la comida no siempre nos adaptamos a tomar agua.

Las claves para su consumo racional nos las proporciona la doctora Ana Luzón, nuestra nutricionista de cabecera.

1) ¿Engorda el alcohol?

El alcohol, después de la grasa, es el producto que más calorías proporciona por gramo: 7 kcal (la grasa 9 kcal), pero con la peculiaridad de que son lo que llamamos “calorías vacías” porque no es un nutriente como tal, estas calorías sólo se utilizan como aporte energético. La cuestión es que, cuando tomamos una bebida con alcohol, no sólo contiene alcohol sino, además, otros elementos que sí pueden ser nutrientes, tal es el caso de la cerveza y el vino, por ejemplo.

2) ¿Qué ingesta de alcohol se podría considerar equilibrada o recomendable?

Aquí hay que matizar: en primer lugar, hay personas (adultas no embarazadas, se entiende) que no prueban ninguna bebida alcohólica y pueden estar perfectamente nutridas. Por tanto, hablar de equilibrado o recomendable no creo que sea lo más adecuado. También es cierto que hay personas que disfrutan incorporando a su dieta determinadas bebidas que tienen alcohol en su composición, tanto por el componente hedonista como por  la sensación de relajación que proporciona. No olvidemos que, en esta sociedad acelerada que nos ha tocado vivir, se recurre mucho a todo tipo de bebidas estimulantes: café, té, colas… En este sentido, el contrapunto de una bebida con alcohol, ayuda a neutralizar. Además, se han descrito una variedad importante de propiedades beneficiosas tanto del vino como de la cerveza, si bien es cierto que no son debidas al alcohol, sino a otros componentes.

Todos sabemos que el alcohol se metaboliza en el hígado. Los varones tienen más margen que las mujeres para poder depurar el alcohol que se vaya tomando. Por otra parte, si se consume al mismo tiempo que la comida, el paso al torrente sanguíneo se realiza de forma más gradual, dando tiempo al hígado a irlo manejando. Decía un compañero, con mucho sentido común, que cuando nos vamos notando achispados indica que el hígado no está pudiendo eliminarlo al mismo ritmo que lo ingerimos. Este es un buen indicador para saber cuándo tenemos que empezar solo con el agua y/o más comida y, por supuesto, mucho mejor si no llegamos a ese punto. Las cifras diarias absolutas dependen de cada individuo. Hay que reseñar que se han descrito beneficios a largo plazo para las personas que consumen a diario una copa de vino o cerveza, pero repito que eso forma parte de los gustos.

3) ¿Son compatibles las dietas hipocalóricas con el consumo de alcohol?

Son compatibles, lo que ocurre es que hay que saber cómo hacerlo para que no haya detrimento de los nutrientes necesarios en aras de la bebida en cuestión.

En mi libro La dieta Gourmet pongo varios ejemplos de dietas hipocalóricas equilibradas que tienen en su composición vino o cerveza. Incluso, a los pacientes que lo solicitan, una vez por semana les incluyo una copa de destilado para las salidas del fin de semana.

4) ¿Qué diferencia hay entre una copa de vino, de cerveza u otras bebidas desde un punto de vista nutricional?

Aparte de las calorías que aporten (el vino como promedio unas 70 Kcal por 100 ml, la cerveza unas 50 kcal por 100 ml y los destilados unas 250 kcal por 100 ml).  El vino tiene una serie de polifenoles con propiedades antioxidantes, entre otras, y la cerveza parece que tiene un efecto favorable para la próstata, entre otros.

5) ¿Cómo compensar una noche de copas cuando se está a dieta?

Se puede compensar sin problema equilibrando bien la ingesta del resto del día y también   incluyendo una buena sesión de baile para quemar el aporte excesivo de calorías. A partir de ahí, mejor pasar a las bebidas light. Tuve una paciente que engordaba porque salía el fin de semana y se tomaba unas ocho o nueve copas y el resto de la semana prácticamente comía exclusivamente lechuga.

Bebidas alcohólicas y sus calorías*

  • Anís seco (una copa -50 ml-): 133 Kcal.
  • Cava o champán (una copa -100 ml-): 71 Kcal.
  • Cerveza rubia (botella individual de 320 ml, ‘mediana’): 105 Kcal.
  • Cerveza oscura (botella individual de 320 ml, ‘mediana’): 213 Kcal.
  • Cóctel (una copa -100 ml-): 139 Kcal.
  • Coñac (una copa -50 ml-): 117 Kcal.
  • Ginebra (una copa -50 ml-): 111 Kcal.
  • Licores (un ‘chupito’ -40 ml-): 90 Kcal.
  • Moscatel (una copa -50 ml-): 63 Kcal.
  • Pastís (un ‘chupito’ -40 ml-): 106 Kcal.
  • Ron (una copa -50 ml-): 117 Kcal.
  • Sangría (un vaso -150 ml-): 107 Kcal.
  • Sidra (un vaso -135 ml-): 49 Kcal.
  • Tequila (un ‘chupito’ -40 ml-): 106 Kcal.
  • Vermut (una copa -100 ml-): 139 Kcal.
  • Vino blanco (una copa -100 ml-): 70 Kcal.
  • Vino tinto (una copa -100 ml-): 63 Kcal.
  • Vodka (una copa -50 ml-): 117 Kcal.
  • Whisky (una copa -50 ml-): 119 Kcal.

*Según un estudio de Eroski Consumer publicado el 11.01.2015

Conviene comparar estas calorías con la ingesta media de energía en la población española, que asciende a unas 2000 Kcal en mujeres y a unas 2500 Kcal, en hombres. Así, vemos que un botellín de cerveza negra cubre casi el 10% de la ingesta calórica de hombres y mujeres.