Dos grandes profesionales de los mundos culinario y vitivinícola se han unido de nuevo para crear otro de sus ya conocidos gastrovinos, definidos como “las experiencias sensoriales que recuperan el valor histórico del vino en nuestra gastronomía”.
El wine bar Vadebaco ha sido el escenario elegido para dar acogida a la segunda edición de este trabajo de investigación que Carme y Elena han realizado, en un ambiente distendido y acogedor. La chef catalana ha sido la diseñadora de los productos gourmet, siempre reinterpretando los vinos elaborados por Elena para Alcorta, por lo que ambas, unidas, crean un maridaje perfecto, ya que se complementan.
Este año, han presentado el primer rosado de Alcorta, un caldo muy interesante, que invita a ser utilizado en cualquier ocasión, maridado con prácticamente todos los platos, debido a su carácter polifacético, su gran suavidad y su atractivo color. Un vino con edición limitada a 3.000 botellas y que se ha creado a partir de un caldo Rioja.
De la mano al caldo se ha presentado, también, un Chutney de Alcorta, una salsa de corte y estilo chutney que puede acompañar carnes y pescados, servirse en canapés o en postres, a gusto del comensal o del cocinero, y que han creado para maridar con el caldo rosado.
Elena, enóloga de las Bodegas Campo Viejo (Alcorta), ha sabido conducirnos a través de una cata de vinos muy peculiar, ya que no hemos podido ver, oler, ni saborear los mismos durante el proceso. Antes de servirse los caldos, se ha creado un completo silencio en la sala y la enóloga ha descrito algunos de los lugares, olores y sabores que fluyen en su memoria al tomar el rosado de Alcorta y todos nos hemos dejado llevar por unos paisajes de playas y montañas, arenas suaves y frutos silvestres, como la frambuesa.
Sin duda, todos estos conceptos transmiten claramente la idea que quieren que se recuerde con su nueva creación: que un caldo rosado es ideal para cualquier momento, puede ayudarnos a salir de ciertos apuros culinarios y siempre nos trae recuerdos de buenos tiempos, de momentos felices, calurosos, de relax, quizá de vacaciones.
El rosado de Alcorta llega al mercado tras el gran éxito de su antecesor, el tinto del año 2010, y que sus creadoras esperan repetir este año. Carme Ruscalleda y Elena Adell se han mostrado sonrientes y dicharacheras durante toda la presentación, en la que se ha servido un plat o con apio, zanahoria cortada en finas tiras, galletitas, queso y rodajas de manzana para probar su maridaje con la salsa chutney, experimento del que se han extraído unos resultados deliciosos.
Se ha producido a una degustación posterior de cuatro tapas creadas con salsa chutney y de las que destacamos el Secreto ibérico y los divertimentos, siempre presentes en la cocina de Carme y en esta ocasión en forma de «chuches», pequeñas gominolas cuadradas para recordar que los adultos también podemos divertirnos y seguir siendo niños de vez en cuando.
Todas las tapas se han maridado con el tinto y el rosado Alcorta para realizar un nuevo juego e intentar encontrar la mejor combinación gastronómica-vinícola, extrayendo como ganador, por mayoría absoluta, el segundo de los caldos.
Terminaron con una confesión sobre los proyectos futuros en los que van a trabajar: ya están pensando en la creación de su siguiente gastrovino, esta vez un caldo blanco, el único que les falta, por lo que seguiremos viéndolas juntas.