¿Cómo se te ocurrió este libro? Normalmente las personas expertas prefieren hablar de vinos más elaborados y complejos…
Muchas personas nos acercamos al mundo del vino desde el punto de vista experiencial y lúdico. Cuando compartimos una copa con los amigos, la pareja, la familia… el lado más técnico del vino, precisamente del que tratan muchos libros, se desdibuja y prevalece el lado humano, las curiosidades en torno a la bodega, historias de la variedad, pinceladas del territorio, anécdotas… No me he olvidado de aportar algunos datos técnicos, pero he procurado compartir y resaltar, en mi libro, esta dimensión «humana» del vino.
¿Cómo se elige un buen vino que sea económico?
Es largo de explicar y no hay recetas mágicas. Lo más fácil sin duda es buscarse un asesor, un especialista al que podamos contar con palabras llanas, qué es lo que buscamos, cómo son los vinos que nos gustan o las marcas que preferimos. Esto nos da siempre buenas pistas para perfilar consejos sobre otros vinos.
Si no tenemos un asesor a mano, dediquémosle un poco de tiempo a la lectura de las etiquetas. No son infalibles, pero hay datos que apuntan buenas formas, por ejemplo: viñedos viejos y suelos pobres hacen trabajar a la viña, restan producción y facilitan la concentración, lo que es bueno para el vino; viñedos de altura en territorios cálidos nos pueden anunciar vinos con potencia, pero con frescura y acidez; variedades minoritarias y características de un territorio nos pueden hablar de viticultores que respetan la tierra de sus antepasados y de viñedo bien adaptado al territorio, lo que favorecerá la calidad de los vinos, por citar algunos ejemplos.
Los medios sociales también nos pueden ayudar a conocer buenos caldos. Hay muchos amantes del vino que mantienen blogs muy interesantes, redes especializadas etc. En todo caso, en esto del vino, es interesante siempre ir con el espíritu abierto al descubrimiento…
El carácter del terruño debe manifestarse en el vino. Beber una copa debe ser «beber territorio».
¿Cuál sería tu top 10 de los mejores vinos por menos de 10 euros que son imprescindibles?
Creo que cada persona haría una lista diferente y todas serían igualmente válidas, pero ésta podría ser una de mis diez listas posibles de diez grandes vinos por menos de 10 euros:
- El primer paso 2010. Dominio del Bendito. D.O. Toro. Un vino de fruta intensa, una marcada estructura, potente pero lleno de elegancia y equilibrio.
- Pago de los Capellanes 2010. D.O. Ribera del Duero. El vino más joven de una de las grandes bodegas de Ribera, mucha fruta resaltada por un leve paso por madera.
- Viña Salceda Reserva 2007, D.O. Rioja. Muy difícil encontrar un reserva de esta calidad por menos de 10 euros.
- Zios de Lusco 2011. D.O. Rías Baixas. Un vino blanco que trasmite toda la frescura de los vinos atlánticos y la mineralidad de los suelos pobres en los que crece. Galicia en la boca.
- Juan Gil 12 meses, 2010. D.O. Jumilla. Un vino mediterráneo, lleno de madurez, con gran estructura que se impone sin embargo con suavidad y elegancia. Un vino para descubrir la maravillosa monastrell.
- Las rocas de San Alejandro 2009. D.O. Calatayud. Viejas garnachas de Aragón.
- Almendros blanco 2010. D.O. Valencia. Un vino de variedades francesas: sauvignon blanc, chardonnay y riesling con 5 meses de barrica que le aportan mucha complejidad y elegancia.
- Beryna 10º aniversario. D.O. Alicante. Vino de otro territorio poco conocido, perfecta equilibrio entre fuerza y frescura.
- Itsasmendi Urezti. D.O. Txakoli de Bizkaia. Una rareza, un Txakoli de vendimia tardía, sobremadurada, dulce pero lleno de frescura. Especial para el foie o para la meditación en soledad.
- Manzanilla Papirusa. D.O. Jerez-Manzanilla. En cada trago el toque salino de la brisa marina de Cádiz.
Muchos vinos caros son difíciles de beber, porque exigen una formación sensorial para apreciarlos en todo su rango y pueden desilusionarnos.
Muchas veces hablamos de vinos refiriéndonos a Denominaciones de Origen, ¿tienen características comunes los vinos de una misma denominación? En caso afirmativo, ¿me puede indicar que Denominación resulta más interesante en la actualidad para usted?
En general, los vinos de una denominación comparten clima, precipitaciones, tipos de suelo, variedades, formas de vinificar… por lo que es previsible que el carácter del terruño se manifieste en el vino, pero no siempre es así. Precisamente a mí, este es el factor que más me interesa a la hora de elegir un vino: beber una copa debe ser «beber territorio». En este sentido se están haciendo muchas cosas interesantes pero, por centrarnos en algún parámetro, yo recomendaría dar una oportunidad a vinos y variedades autóctonas. En Madrid, les recomiendo probar blancos con la modesta y olvidada albillo, como Navaherreros, que aparece en mi libro; acérquense a la D.O. Tierra de León y conozcan los rosados de Prieto Picudo, como Pricum. Se empiezan a elaborar cosas muy interesantes y muy económicas con garnacha tintorera en Almansa, como Laya. En la D.O. Arribes, hay que descubrir la variedad juan garcía, en vinos como Abadengo… También hay que dar oportunidades a los vinos mediterráneos de monastrell y bobal, como Lavia de Bullas. Hay Mucho por descubrir…
¿Cómo podemos tener una buena bodega de vinos agradables y económicos en casa? ¿Qué vinos nos aconsejaría? o, mejor aún, ¿qué vinos tiene usted en casa por menos de 10 euros?
A mí me gustan especialmente los blancos. Procuro tener algún blanco fresco, de aperitivo, como Nieva o Abadal de la variedad catalana picapoll, pero siempre guardo algún blanco con madera para llevarlo a la mesa, como Edetana de la D.O. Terra Alta o Daimon, un Rioja muy interesante. De los tintos siempre hay que tener algunos clásicos: Rioja, Ribera, Priorat… Por dar un ejemplo, me quedo con López Cristóbal de Ribera, entre otros. Me gustan mucho las garnachas de Aragón, de la Sierra de Gredos, de Navarra, sobre todo las viejas damas de más de 50 años. Y como le he dicho antes, procuro tener siempre alguna sorpresa en la bodega de territorios periféricos, que siempre ofrecen magnífica relación calidad/precio. Pero si realmente quiere sorprender en una comida, en el «fondo de bodega» siempre debe haber un vino dulce para combinarlo con unos quesos azules suaves, por ejemplo un Ètim de Montsant, ¡éxito seguro!
¿Se justifica que un vino cueste 200 euros? ¿Se ha encontrado usted en la situación de que un vino de un precio alto le haya gustado menos que un vino de precio bajo?
Muchos vinos caros son difíciles de beber, porque exigen una formación sensorial para apreciarlos en todo su rango y pueden desilusionarnos, al no cubrir las expectativas que teníamos depositados en ellos. Por supuesto no son vinos malos, lo que ocurre es que nosotros quizás no tengamos la capacidad de apreciar los matices que determinan, al menos en parte, ese elevado precio. Yo recomiendo que no se pague por aquello que no somos capaces de disfrutar, aunque siempre hay que hacer concesiones a los descubrimienots. Si nos adentramos en el mundo del vino, es razonable probar cosas más sencillas e ir escalando en precio y complejidad conforme nuestra experiencia madure…