En verano hay muchas idas y venidas a la playa y a la piscina y por consiguiente una mayor práctica de actividades al aire libre con buena parte de nuestro cuerpo expuestas al sol, lo que requiere cuidados más frecuentes e intensos con el fin de mantener una correcta hidratación de la piel.
Además de los cuidados utilizados con la cosmética habitual la piel también necesita ser “alimentada” para poder mantener su hidratación y una rápida recuperación, por lo que la alimentación juega un papel fundamental en esta tarea.

Por todo ello, a continuación se detallan algunos alimentos indispensables para la hidratación de la piel en verano:
- Pepino: además de proteger la piel también la hidrata intensamente ya que está compuesta de un 97% de agua. Así mismo, este vegetal contiene vitamina E y C que son antioxidantes por excelencia. Calma la irritación y las quemaduras solares, ya que el pepino contiene propiedades antiinflamatorias. A parte de estos beneficios, también combate la celulitis especialmente cuando es consumido en forma de zumo/licuado (sin endulzar). Esto ocurre debido a su alto contenido en agua y fitoquímicos que colaboran en la contracción del colágeno de la piel y este participa en la prevención y extinción de la piel de naranja.
- Tomate: esta hortaliza contiene múltiples beneficios para la salud y es sin duda magnífico para el cuidado de nuestra piel. Sus propiedades combaten el acné y permiten hidratar y refrescar de forma natural nuestra piel debido a su alta cantidad en agua. Lo que lo convierte en un remedio ideal para las quemaduras solares (es posible su aplicación también en forma de mascarilla). El tomate contiene polifenoles de naturaleza hidroxicinámicos, flavononas y flavonoides. Estos son potentes antioxidantes que combaten de forma eficaz los radicales libres, evitando el envejecimiento precoz de la piel. Asimismo, entre los flavonoides se encuentra la quercetina un poderoso antioxidante que incluso supera la eficacia de las vitaminas C y E. De igual modo, posee un gran poder antiinflamatorio lo que ayuda de forma rápida en la recuperación de la piel, tras la exposición al sol, además de ser un importante coadyuvante en la prevención del cáncer en general y también de la piel.
- Verduras de hojas verdes: en general todas las hortalizas de hojas verdes son altamente beneficiosas para la piel, ya que poseen vitaminas A, C y E y múltiples minerales. No obstante la espinaca es la reina madre de todas las verduras de hojas verdes, puesto que contienen además, fitonutrientes y pigmentos que protegen la piel de los rayos UV. Posee vitamina K y ácido fólico, sustancias muy convenientes para combatir la sequedad y la tirantez de la piel tras la exposición al sol.
- Pomelo: a pesar de no ser una fruta muy habitual en nuestra dieta, el pomelo es un excelente hidratante puesto que está compuesto de un 91% de agua. Asimismo, contiene electrolitos que evitan la deshidratación al tiempo que hidrata todo nuestro cuerpo, incluida la piel. El pomelo, también conocido como toronja, ayuda a combatir el daño de la piel ocasionado por la exposición solar y por la contaminación. Esta fruta contiene mucha vitamina C, que como ya se ha dicho, es un potente antioxidante y participa en la producción de colágeno que es el factor de soporte principal de la piel.
- Kiwi: debido a su riqueza en vitamina C, esta fruta origina beneficios para la salud de la piel siendo responsable de promover la producción de colágeno que mantiene la elasticidad, la firmeza y la hidratación de la piel. Además de ser óptimo para la salud del cabello logrando hidratarlo sutilmente, evitando de esta manera que se apelmace.
- Agua de coco: es obvio que al ser agua, ésta hidrata no solo la piel sino todo nuestro organismo. Pero esta agua contiene grandes cantidades de vitaminas A, B y E. Es rica en electrolitos y antioxidantes que favorecen la regeneración celular de la piel, ya que tiene la particularidad de penetrar en las capas más profundas de la piel.

Con todo esto, se ve con claridad la importancia de la alimentación para nuestra salud en general. Como decía Ann Wigmore: «La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno». Por lo que, una buena alimentación no solo mantiene el cuerpo sano en el presente sino que garantiza una calidad de vida en el futuro y aunque muchos desconozcan, lo que comemos afecta de forma directa nuestro estado de ánimo. Así que para ser feliz es necesario comer adecuadamente, beber mucha agua y moverse todo lo que se pueda.