La nutrición ha cobrado mucho protagonismo en las últimas décadas. Existen diversos tipos de patologías que dependen directamente de nuevas formas de alimentación y debido a ello resurgen alimentos que han estado olvidados en el tiempo por múltiples razones históricas. Como es el caso de la quinoa, la chía, el trigo sarraceno y, el protagonista de este artículo, el amaranto.
El amaranto como la quinoa es en realidad un pseudocereal y esto se debe a que posee características similares a los cereales. Sin embargo, debido a su alto contenido proteico pertenece a la familia de las leguminosas.
El Amaranto, el alimento pagano precolombino
El primer dato histórico que se conoce sobre el amaranto se remonta al año 4.000 a.C. Estos datos lo sitúan como alimento estrella entre las civilizaciones precolombinas de Mesoamérica.
Sin embargo, tras la conquista de los españoles este alimento fue considerado como un alimento pagano por la religión católica y a su vez fue prohibida su plantación y consumo. La iglesia actuó de esta forma debido a que las civilizaciones prehispánicas (Aztecas, Mayas, Inca, etc.), lo utilizaban como ofrenda a los dioses en sus rituales religiosos mezclado con la sangre de la víctima que había sido sacrificada. Aunque algunos estudios sostienen que se trató de una estrategia militar para mantener a la población desnutrida y débil y poder conquistarla más fácilmente.

Debido a esto su producción decayó de forma vertiginosa entre los siglos XVI al XIX. Por lo que no se han encontrado registros de su producción después de 1890.
La reaparición del Amaranto
Solo entonces en 1975 y gracias a la Academia Nacional de Ciencias (EEUU) que realizó un extenso estudio para ampliar la base alimenticia mundial, publicando un documento titulado como «Plantas Tropicales Subexplotadas con Valor Económico Prometedor» y entre los 36 vegetales incluidos en este estudio, se encontraba el amaranto.
A partir de este estudio la NASA consideró que el amaranto era un alimento idóneo para formar parte de la dieta de los astronautas. La agencia espacial estadounidense consideró el amaranto como un cultivo CELLS (Controlled Ecological Life Support System), ya que es un cultivo que al mismo tiempo que elimina el dióxido de carbono de la atmósfera, proporciona alimento, agua y oxígeno a los astronautas. Por lo que, el amaranto viene siendo cultivado en los viajes espaciales desde 1985.
Sus propiedades nutricionales, un alimento completo
Debido a sus múltiples propiedades nutricionales, el amaranto es beneficioso tanto para la prevención de ciertas dolencias como en el proceso de sanación de estas.
- Posee un alto contenido en proteína, muy superior a los cereales y al mismo nivel de las legumbres. Así como un alto contenido del aminoácido esencial lisina.
- Alto contenido en vitaminas y minerales, tales como: vitamina B3, B1, B2, A, C, D, calcio, hierro, magnesio y fósforo.
- Posee ácido fólico, lípidos saludables como omega 3 y 6, así como, almidones saludables (carbohidratos de absorción lenta).

Beneficios del Amaranto para nuestra salud
El amaranto nos proporciona enormes beneficios para nuestro organismo. Detiene la diarrea y es “mano de santo” en la reparación de las vellosidades intestinales, no contiene gluten, por lo que es totalmente recomendable en la dieta celíaca. Además, es anticancerígeno, ya que posee varios compuestos que le proporcionan este poder. Según estudios, está especialmente recomendado en la prevención del cáncer de colon, mama y próstata
Este poder anticancerígeno se debe a los siguientes componentes:
- Escualeno – potente antioxidante frente a radicales libres.
- Beta-sitosterol – esterol vegetal con capacidad anticancerígena.
- Lunasin – proteína que evita el crecimiento descontrolado de células cancerígenas.
- Ácidos grasos omega-3 – gran poder antioxidante.
- Fibra insoluble – prebiótico con función de arrastre de toxinas que evita el daño de las paredes del colon.
12 razones más por las que introducir el Amaranto en nuestra dieta
Por si todo lo anterior os sabe a poco (que lo dudamos ) aquí tienes 12 razones más, todas de peso, para que el Amaranto forme parte de tus menús.
- Por su alto contenido en calcio, magnesio y fósforo, previene la osteoporosis y evita calambres musculares.
- Protege el sistema inmune debido a su alto aporte de zinc superior al de otros alimentos.
- Ayuda a combatir la depresión y el insomnio por su contenido en el aminoácido triptófano, el precursor de la serotonina, un neurotransmisor que se encuentra menguado cuando se sufre de depresión. Además, es precursor de la melatonina (hormona inductora del sueño).
- Debido a su alto contenido de ácido graso omega-6 colabora en la mejora de las enfermedades inflamatorias de la piel como psoriasis y eczemas.
- Por su alto contenido en fibra y en carbohidratos saludables de lenta absorción, regula la permeabilidad intestinal de azúcares de la dieta, lo que hace del amaranto un excelente alimento para los diabéticos, contra la obesidad. Además de prevenir el estreñimiento y la diverticulosis.
- Por su alto contenido en calcio, potasio y fibra, ayuda en el control de la hipertensión, ya que disminuye la retención de líquidos por su acción diurética.
- Es excelente para reducir la hipercolesterolemia por su contenido en omega-3 y esteroles vegetales ayuda a regular los niveles de colesterol, reduciendo el colesterol “malo” LDL y aumentando el “bueno” HDL, así como el control de los triglicéridos en sangre.
- Indicado en el tratamiento dietético de las enfermedades renales y de Insuficiencia hepática, ya que el amaranto, a pesar de poseer mucha proteína (nutriente contraindicado en enfermedades renales y hepática), la proteína del amaranto es de fácil de asimilación y no requiere apenas esfuerzo de estos órganos, por lo que hace que el hígado y los riñones no tengan que hacer un trabajo metabólico exhaustivo, como en el caso de otras proteínas, especialmente las de procedencia animal. Además tiene acción detoxificante, gracias a la fibra y el ácido L-aspárgico que depuran el hígado y previenen encefalopatías hepáticas.
- Un extraordinario alimento que debe ser incluido en la dieta de los más pequeños. Su proteína de excelente calidad, su aporte variado de vitaminas, minerales, y ácidos grasos esenciales, hace del amaranto un alimento idóneo ya que favorece el crecimiento y el correcto desarrollo intelectual de los niños, beneficiando la concentración por el aporte de fósforo y omega-3 que posee.
- En el embarazo y durante la lactancia, la inclusión en la dieta del amaranto es ideal para por su alto de contenido en proteína de alta calidad, calcio, ácido fólico y otras vitaminas y minerales, suplementa el aumento de las necesidades que se dan en estas etapas. Su contenido de omega-3 colabora en el desarrollo intelectual del bebé. El contenido en hierro junto con la vitamina C previene la anemia y la fibra ayuda en el estreñimiento que suele ser latente durante la gestación. Además ayuda al control de los niveles de azúcar en sangre y de la tensión arterial por lo que previene la diabetes y la hipertensión gestacional.
- El amaranto en la dietas para personas en estado de desnutrición como suele ocurrir en la etapa anciana, de personas con problemas de deglución, oncológicos, etc.
- Deportistas: es un alimento totalmente recomendable en dietas diseñadas para los deportistas, ya que como se ha visto es un alimento con un gran poder nutricional y con capacidad de cubrir las necesidades nutricionales elevadas de los deportistas.