
«Dentro de lo que son los ejes de los que tratamos no salirnos en Mugaritz, que tienen que ver con la cultura, con la innovación y con la creatividad, el eje salud siempre estaba, yo creo que desde hace años. No hacemos cosas que se salgan de esa vocación de ser una cocina, en el fondo, no premeditadamente healthy… » -nos cuenta Aduriz- «En la última degustación que hemos hecho, de las treinta primeras cosas que probamos casi quince eran verduras, y es curioso cómo cambia la percepción del propio comensal si está comiendo verduras en un lugar que no es de verduras.
Nosotros tratamos de ser saludables sin hacer apología del hedonismo, aunque seamos saludables; es muy curioso, porque éso cambia las cosas. Siempre Mugaritz ha sido saludable, pero ahora está completamente naturalizado».
Vuestro restaurante hace una cocina muy técnica y siempre parece que un restaurante muy técnico no es tan saludable…

Ferran decía que tu eras, de los cocineros que habían trabajado con él, el más radical. ¿No estás un poco cansado de abrir camino, de tener que explicarlo todo?

Quizá es porque con frecuencia creas un nuevo lenguaje, abres camino de vanguardia y se entiende peor…

Esta temporada también habéis hecho la iniciativa «tu abres la puerta de Mugaritz», diez personas están invitadas el primer día de la temporada…
Nos dimos cuenta de que había una inercia que tenía que ver con que todos los restaurantes de mi entorno empezaban después del periodo vacacional, y ponían en los periódicos un anuncio que decía: «el restaurante comunica a sus amigos y clientes que después de tal día arranca la temporada…», y yo pensaba que no tiene sentido que yo pusiera en un periódico local algo similar, cuando el 95% de nuestro publico es de fuera del entorno local. Teníamos que hacer una acción que fuera de mucho más alcance, que se entere la gente de toda España, de toda Europa y del mundo. Si, además, añadimos un hecho y es que siempre partimos de carta nueva y una parte importante del equipo nuevo, yo no puedo abrir el restaurante sin hacer una prueba antes al menos, porque una cosa es hacer una prueba tipo laboratorio antes y otra la realidad. Porque a un señor que va a pagar por un menú 180 euros el primer día, yo no quiero dudar de qué le estoy dando. Por eso nos inventamos el tema de un ensayo, de una premier. A nosotros no sirve, en tiempo real, para hacer medio servicio, porque la semana o diez días en los que abrimos Mugartiz abrimos a medio gas, 25 clientes máximo, pero no tiene que sufrir ningún cliente, hacemos un servicio de prueba. Medimos cómo nos sentimos, qué capacidad tenemos de respuesta, de acción, qué errores detectamos… Esto, que para nosotros es una suerte de ensayo, cómo aunar todas las voluntades y deseos y ver qué pasa, a la vez es un privilegio, porque es la primera oportunidad para ver cómo va a ser la temporada. Esto es impagable, tan impagable como que lo regalamos, y claro, la gente se vuelve loca. ¿Te puedes creer que en el plazo de de una semana o diez días, se apunta gente para poder venir a esta prueba de Australia, Irán…? Cinco o diez mil personas. Se hace a través de notario.
Tras dedicar, el chef vasco, la anterior temporada a analizar el concepto del tiempo desde diferentes perspectivas, este año profundizará con el equipo de Mugaritz en el gusto y sus tránsitos. Lo harán, por ejemplo, con fermentos para abordar el debate sobre el origen; con las enzimas para cocinar sin fuego; con el cuerpo como un utensilio para comer; con nuevas texturas para reflexionar sobre si el sabor es lo único que importa; con las armonías entre la parte sólida y la líquida para poner en duda la materia; pero, sobre todo, con las historias como el arma principal de la experiencia. La comunión, la utopía, el lujo, el sometimiento o la autolimitación contarán con sus propias expresiones comestibles para poder responder a preguntas abiertas. Porque Mugaritz busca que el comensal cruce los límites del umbral de la gastronomía.
La sala como laboratorio
En este sentido, Mugaritz trabajará con David García Burgos, investigador de la Universidad de Friburgo (Suiza) y la Universidad de Granada. Juntos colaborarán en el desarrollo del nuevo proyecto de investigación científica EMARINGO sobre aprendizajes gustativos y su impacto en el sobrepeso y la obesidad. A partir de primavera y durante toda la temporada, este proyecto hará que los comensales que deseen participar y cumplan los requisitos, puedan formar parte de experiencias gustativas que ayudarán a entender cómo se desarrollan y establecen los patrones alimentarios en personas adultas.
Los comensales también formarán parte activa en la experimentación con las tecnologías, el arte y la comida, jugando con ambos mundos al mismo tiempo. El proyecto ha sido impulsado por el equipo de I+D de Mugaritz junto con Pep Gatell, uno de los directores creativos de La Fura dels Baus, así como por Ben Houge, profesor de la Universidad de Berkeley, compositor y diseñador de música para videojuegos, y Jutta Friedrich, diseñadora.
Para entender mejor la filosofía de Andoni Luis Aduriz es muy recomendable leer su último libro Puntos de Fuga que, según él mismo: «es un relato íntimo sobre cómo vive Mugaritz la cocina, haciendo de la creatividad el mejor ingrediente para inspirar, sorprender y provocar a personas del mundo entero. Puntos de Fuga, un ejercicio de desatornillar paradigmas y avanzar hacia el futuro de la gastronomía editado por Planeta Gastro, habla de la comida como el mejor pretexto para cruzar fronteras».