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Atenas: qué ver y comer en esta bella ciudad

Cuna de la civilización y la Dieta Mediterránea, la capital de Grecia es un espléndido destino turístico, además de un lugar maravilloso para comer bien. En este artículo nuestra corresponsal en Atenas cuenta cómo disfrutar de la ciudad.

Silvia Álvarez Martínez12/10/2017

Barrio de Plaka a los piés de la AcrópolisCentro político, económico y cultural de Grecia, la Atenas moderna vive a caballo entre el presente y un esplendoroso pasado. Habitada desde el Neolítico hasta nuestros días, la capital griega es una de las ciudades más visitadas del continente europeo. Su Historia está repleta de caídas, resurgimientos y períodos de esplendor.

Atenas fue una de las primeras ciudades estado dominantes de Grecia y vivió su época dorada durante el siglo V a.C. bajo el mandato de Pericles, cuando el teatro, las artes, la política, la filosofía y las ciencias adquirieron una plenitud única, convirtiéndose en el epicentro cultural del momento y reuniendo a los más grandes escultores, escritores y filósofos del mundo antiguo, como Fidias, Praxíteles, Esquilo, Sófocles, Herodoto o Sócrates.

La derrota ateniense en la Guerra del Peloponeso frente a Esparta, el posterior auge de Filipo II de Macedonia en la época helenística y la subsiguiente conquista romana fueron restando hegemonía a una Atenas que pasaría desapercibida durante la época bizantina y sería conquistada en 1456 por el Imperio Otomano. El 18 de septiembre de 1834, tras la Guerra de Independencia griega de 1821-1829, la ciudad volvería a resurgir, siendo  nombrada capital del joven estado heleno.

Un viaje en el tiempo

Erectión en la Acrópolis

Con más de seis mil años de Historia, Atenas es una de las ciudades más ricas en cuanto a yacimientos arqueológicos se refiere. Diseminados por todo el centro de la capital griega, sus monumentos antiguos van desde la época arcaica hasta el periodo de dominación romana. La Acrópolis, el más emblemático de todos ellos, es el símbolo del máximo esplendor ateniense, con edificaciones como el Erectión o el Partenón que, con las armoniosas líneas de sus columnas, son un espectáculo digno de contemplar.

Tabernas para disfrutar

A los pies de la Acrópolis, el pintoresco barrio de Plaka embriaga al visitante con el ambiente animado de sus estrechas y bulliciosas calles. Repleto de comercios abarrotados de recuerdos y artesanía, Plaka es un barrio con encanto, frecuentado tanto por turistas como por locales. Aquí se concentra un gran número de tabernas, con sus correspondientes terrazas en las que sentarse a degustar los platos más típicos de la gastronomía griega.

La Vieja Taberna del PescadorLa Paliá Taverna tou Psará (la Vieja Taberna del Pescador) es un agradable local fundado en 1898 y una de las pocas tabernas tradicionales que quedan en Plaka. Aquí se puede degustar una apetitosa ensalada joriátiki con queso feta, pimiento, pepino, tomate, aceitunas de Kalamata y cebolla o una deliciosa musaka, plato estrella de la gastronomía helena compuesto de berenjena, patata y carne picada rociadas con bechamel y queso.

La cocina griega cuenta con sabores únicos. Entre sus productos más conocidos destacan las aceitunas negras de Kalamata, de textura carnosa y sabor afrutado, consideradas las de mejor calidad; el tzatziki, un plato a base de un yogur más espeso y cremoso que el que se puede encontrar en otros países, con pepino, ajo y aceite de oliva, y considerado como una de las bases de la gastronomía griega; las yemistá, tomates y pimientos rellenos de arroz con carne picada, hierbas, especias y salsa de tomate al horno que suelen servirse acompañadas de patatas; o las kolokizokeftedes, unas deliciosas y esponjosas bolitas fritas de calabacín.

Museo de la Acrópolis (por Giorgos Vitsaropoulos)A escasos trescientos metros al sur de la ladera de la Acrópolis, al comienzo de Dionisio Areopagitou, la avenida peatonal y eje principal de la red de recintos arqueológicos de Atenas, se encuentra el Museo de la Acrópolis, un moderno edificio que fue construido para albergar los hallazgos arqueológicos de la colina de la Acrópolis y entre los que se encuentran piezas de indescriptible belleza como las Cariátides o las Korai.

Entre todos los tesoros del museo, en la segunda planta del edificio se sitúa el restaurante, ideal para tomarse un respiro contemplando el Partenón desde su terraza y probar distintos platos de especialidades regionales griegas como los judiones al horno con tomate, cebolleta y hierbas aromáticas de Castoriá o una ensalada de tomate, pepino, pimiento, alcaparras, albahaca y anzótyro, un suave y cremoso queso cretense.

Los viernes por la noche el restaurante está abierto hasta la medianoche y ofrece un menú gourmet especial con platos como el kefalotyri con miel y tomillo, un queso hecho de leche de cabra y oveja típico de la región de Dodona, acompañado de Retsina, un vino blanco de color amarillo pálido que data de la antigüedad y al que se le añade resina de pino natural durante su fermentación. La historia del Retsina comenzó con los antiguos griegos, cuando se utilizaba resina para sellar las ánforas en las que se conservaba, almacenaba y transportaba el vino, en el cuál acabó impregnándose, convirtiéndose en algo inseparable y que lo caracteriza.

Cuna de la Democracia

En Atenas no es difícil sentirse transportando en un viaje en el tiempo mientras uno se pasea por el Templo de Zeus Olímpico, la biblioteca y la puerta de Adriano o en cualquiera de las dos Ágoras (griega y romana), donde se halla el templo de Efesto, el santuario mejor conservado de la antigüedad.

Parlamento (foto de Y. Skoulas)

Uno de los rincones con más historia de Atenas, aunque menos frecuentado por los visitantes, es la colina del Pnyx, donde se sitúa el que está considerado como primer parlamento de la Historia, una explanada semicircular en la que se reunían los ciudadanos atenienses desde el siglo VI a.C. para escuchar a conocidos oradores, que hablaban desde una tribuna de piedra.

Considerada como una de las urbes más vibrantes de Europa, la capital helena rebosa vida en cualquier época del año. Una de las mejores maneras de conocer Atenas es deambular por sus calles y descubrir la zona de Monastiraki y su «Flea Market» o las múltiples callejuelas colindantes a la plaza de Sintagma, centro neurálgico de la Atenas moderna con el Parlamento y el Monumento al soldado desconocido. Cerca de allí, en el número 2 de la Platía Agías Irinis,  «Kostas» está considerado como uno de los mejores lugares para degustar la comida rápida griega o suvlaki, una especie de sabroso bocadillo de carne. El más popular es el gyros, compuesto de tiras de carne de cerdo o de pollo asada lentamente  en un espetón mecánico vertical y envuelta en pan de pita griego con tzatziki, cebolla, tomate y patatas fritas.

Origen de la Dieta Mediterránea

Se dice que la Dieta Mediterránea, tal y como la conocemos hoy, nació en Grecia y que muchos de los platos de su cocina actual podrían ser fácilmente reconocidos por los habitantes de la Antigua Grecia: cereales, legumbres, frutas y verduras, aceite de oliva, quesos y pescados eran y siguen siendo la piedra angular de un pueblo que valora, por encima de todo, los productos frescos.

Varoulko Lazarou ((por V. Paterakis)

Cerca del centro de Atenas, en el puerto de El Pireo, se encuentra Varoulko, uno de los referentes en pescado y marisco de la capital. Situado en la calle Akti Koumoundourou 52, a orillas de la bahía de Mikrolimano, su chef y propietario Lefteris Lazarou, es conocido por cambiar su menú regularmente basándose en los ingredientes de temporada, que elige personalmente en los mercados locales. Entre las especialidades de este restaurante, galardonado con una estrella Michelin, están el delicioso pulpo a la brasa y los calamares, tanto a la plancha como cocinados, así como unos exquisitos mejillones cocinados con feta, aceite, orégano y zumo de limón. Varoulko cuenta también una amplia selección de vinos.

Una tradición muy arraigada

Paliá taverna tou psará

Una de las tradiciones más arraigadas en Atenas es disfrutar de un café a cualquier hora del día en una de sus múltiples cafeterías y terrazas, de diseño cuidado y buen ambiente. A pesar de que existe un amplio abanico a la hora de pedir uno, la mayoría de los griegos suelen elegir entre el café griego y el frappé. El café griego, que data de la época de la invasión otomana, se prepara al estilo turco en un pequeño cazo, denominado briki, en el que se hierven todos los ingredientes para luego dejarlo reposar y servirlo en una taza acompañado de un vaso de agua. El frappé, preferido sobre todo por los jóvenes, es un café instantáneo batido con hielo y cubierto con la espuma espesa que se produce al agitarlo. Ambos se pueden tomar de tres maneras: sketos (sin azúcar), metrios (con tanto azúcar como café), o glikós (con el doble de azúcar que de café).