Surtido de Bacalao

Balzac, cocina clásica en un ambiente agradable

Eva Celada14/05/2010

Balzac cuenta con varios comedores amplios, así como un esmerado servicio de sala

En la línea de los restaurantes clásicos con glamour se encuentra este establecimiento, situado muy cerca del Museo del Prado, que cuenta con varios comedores privados, algunos incluso con acceso directo, y una cocina en la que prima el producto y la estacionalidad. Cabe destacar el servicio de sala, dirigido por José María Marrón, muy amable y profesional.

Nombre: Balzac
Dirección: Calle Moreto nº 7 – 28014 Madrid
Teléfono: 91 420 06 13
Página Web: www.restaurantebalzac.net
Tipo de cocina: Clásica de mercado, en la que se presta especial antención a la estacionalidad
Entorno: Varios comedores, amplios, el de no fumadores algo bajo de luz, todos ellos acogedores y agradables
Servicio: Rápido y eficaz
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Clase media alta: a mediodía predominan los ejecutivos y por la noche los turistas
Aparcacoches:
Precio: 55-60 euros
Fecha visita: Cena, sábado 10 de Abril de 2010

Cocina:

Vieira a la plancha sobre crema de espinacas y con puerro frito

Comienza la cena con un aperitivo: un Pate de aceitunas con tostaditas, algo sabroso el paté. Después recibimos un Salmorejo (10 euros), plato de la nueva carta de primavera, bien presentado y con buena textura. Le sigue un Tartar de ralf con cangrejo real y crema de guacamole: algo sabroso el tartar y especiado un poco de más, en mi opinión, lo que le resta sabor al cangrejo que apenas se percibe salvo por la textura. A continuación tomamos una Ensalada de foie gras caramelizado con costra de Pedro Ximenez: muy buena la calidad del foie y también el contraste con el crujiente de PX, aunque éste resulta algo duro al romperse, y las lechugas del acompañamiento resultan también algo descompensadas en tamaño y un poco tiesas. Continuamos con una Vieira a la plancha sobre crema de espinacas  y con puerro frito (16 euros), la vieira muy buena de punto, aunque los puerros resultan algo leñosos; con todo el plato queda interesante gracias al ahumado. Continuamos con una Colmenilla con salsa de oloroso y daditos de foiegras (18 euros), donde cabe destacar la salsa, con muy buena textura y sabor.

Surtido de Bacalao

Entre los segundos recibimos una Pluma de cerdo ibérico sobre salsa de regaliz con compota de manzana y frutos secos (18 euros): muy buen punto el de la carne, bien ligada la salsa, la compota muy integrada, completamente prescindible el pastel bicolor. Le sigue el Surtido de Bacalao (24 euros), uno de los platos estrellas de la carta, tiene varias preparaciones: al pilpil, ajoarriero, brandada y vizcaína, en general está bien, exceptuando la brandada que no está lo suficientemente cremosa. Aún así, el plato resulta curioso y llamativo, muy indicado para los amantes del bacalao, a pesar de que el punto del pescado no era perfecto, no lo suficientemente meloso.

Tarta de manzana fina con helado de vainilla

Probamos finalmente dos de los postres más solicitados de la carta: la Tarta de manzana fina con helado de vainilla, muy bien hecha, en su punto el hojaldre y la temperatura y los Buñuelos de chocolate con helado de fresa, algo finos los buñuelos y no suficientemente esponjosos, con un chocolate muy aromático. Ambos postres tienen un precio en carta de 8 euros.

El restaurante cuenta con una buena carta de vinos nacionales y alguno más solicitado de internacionales, posee una buena carta de infusiones a 3 euros, así como de cafés, y cuatro tipos diferentes de aceites que se sirven al principio del menú, de variedades como Hojiblanca, Cornicabra, o Arbequina.

Observaciones:

Hay un menú de 3 platos más postres por 35 euros y otro degustación con aperitivos, Ensalada de foie, Ravioli de conejo, Vieiras, Mero en tempura, Pluma de cerdo ibérico, Copa de papaya y Buñuelo de chocolate por 55 euros.

Calificación:

La cocina que realiza Gonzalo Omiste (con 19 años a sus espaldas como cocinero del Restaurante El Olivo) tiene buena presencia, calidad en los productos  y una técnica cuidada, aunque le falta algo de integración en los elementos que configuran el plato para hacerlo absolutamente rotundo. Ese «encaje» tiene que ver con el gusto del cocinero y también con la visión global de la cocina, pués ya no existen guarniciones que acompañan un producto principal: todo lo que está dentro de un plato es el plato, y si algún elemento no esta integrado, la preparación no está completa. Salvando este detalle la cocina de Balzac tiene buen sabor, resulta agradable y, en algunas preparaciones, excelente.

Puntuación:

7/10

 

Galería fotográfica: