Bodegas de Asturias y la cocina de las guisanderas, la escapada perfecta para este otoño

En Cangas del Narcea nacen unos vinos que son casi un milagro, vinos heroicos excelentes para acompañar las recetas de las guisanderas de Asturias. ¡Un plan redondo!

Alicia Hernández01/10/2020

En Asturias no todo es sidra. Los vinos DOP Cangas nacen en el suroeste del Principado como auténticos héroes, en terrenos y laderas escarpadas donde la mecanización es imposible. Ahora es el momento idóneo para conocer las bodegas de estos vinos únicos, entrar en su Museo y unirse a la Fiesta de la Vendimia.

Tras la vendimia llega la Fiesta de la pisada de la uva, en Cangas de Narcea. ©Turismo de Asturias.

La zona de producción es Cangas del Narcea, el mayor concejo de Asturias situado al suroccidente del Principado. Una tierra en la que habita el oso pardo, con bosques maravillosos como el de Muniellos, y zonas declaradas Reserva de la Biosfera, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. La historia de estos vinos se remonta a la época romana pero toma protagonismo alrededor del siglo XI, con la creación de los monasterios que usaban el vino para la liturgia, y está muy ligada a la fundación del monasterio de San Juan Bautista de Corias que multiplicó el cultivo de viñedo en la zona. El monasterio, con una planta imponente, es hoy el Parador de Turismo de Corias. En el sótano alberga un museo con restos arqueológicos de la construcción más antigua y la iglesia se puede visitar y sigue abierta al culto. Con el paso del tiempo, los viñedos se fueron extendiendo a otras zonas, en los valles de los ríos Navia y Narcea. En 1850 el viñedo asturiano, como el resto de España, sufrió la filoxera y la sidra tomó el protagonismo que mantiene hoy en día. El vino se redujo prácticamente al cultivo y consumo familiar pero en los últimos años, desde la creación de la Denominación de Origen Protegida en 2011, los vinos de Cangas han cobrado mucho interés y aumenta el cultivo de viñas de diferentes uvas.

Viñedos en terrazas escarpadas de Bodegas Monasterio de Corias. ©Bodega Corias

El cultivo de la vid en Asturias es casi un milagro. Su DOP Cangas forma parte del territorio calificado como Viticultura de Montaña o Heroica que comparte con otras dos zonas singulares con la DO Ribeira Sacra y la DO Priorat, con viñedos de alta montaña y fuerte pendiente. Incluye los concejos de Cangas de Narcea, Allande, Grandas de Salime, Degaña, Ibias, Illano, Pesoz  y Tineo.

Y son grandes héroes también porque agrupa a un puñado de bodegas que han decidido recuperar los viñedos casi perdidos, que fueron arrancados por las explotaciones mineras. En algunos casos ha sido la séptima generación la que ha devuelto el vino a su tierra. Las principales uvas de la zona son albarín blanco, albarín negro, verdejo negro, carrasquín y mencía.

Enoturismo de altura

Apúntate a las guiadas a las bodegas de Cangas, como la de Monasterio de Corias. ©Turismo de Asturias

En la actualidad, cinco bodegas están adscritas a la DOP Cangas y todas pueden visitarse con las medidas de seguridad sanitaria impuestas por la Covid-19. Es uno de los planes previstos en las experiencias de Asturias a lo Grande que no hay que perderse este otoño:

  • Monasterio de Corias. Ha recuperado desde el año 2000 la tradición benedictina de la elaboración del vino en sus monasterios. La visita a esta bodega del Monasterio de San Juan Bautista de Corias es guiada (5 euros). Se elaboran vinos blancos y tintos, y además orujos y gelatinas.
  • Chacón Buelta. Se encuentra Cerredo (Degaña) y fue pionera de la creación del Consejo Regulador. Sus viñedos están en el concejo de Ibias, en terrenos escarpados y duros que propician la viticultura heroica y apuestan por el cultivo ecológico. Esta pequeña bodega familiar admite visitas (gratuitas), previa reserva.
  • Bodega Vidas. Beatriz Pérez y Pepe Flórez son un matrimonio emprendedor que, tras unos años fuera de Asturias, decidieron regresar a su tierra y poner en valor sus conocimientos –él es químico y ella físico–, creando esta bodega en 2012 y sus vinos 7 Vidas.  La visita a un típico viñedo cangués y una cata de 3 vinos en bodega, más regalo de una botella de vino, tiene un precio de 8 euros.
  • Bodega Álvarez Álvarez (Chicote). Esta bodega ha llegado a la séptima generación y sin cambiar su esencia. En las visitas (con cita previa concertada) Antón Chicote nos cuenta, además, historias y anécdotas de su familia, de Cangas, de Asturias… La producción es pequeña, con dos vinos: Penderuyos y Penderuyos selección.
  • Bodega Vitheras. Es una es una de las bodegas más antiguas de España, creada en el año 1556. Su nombre responde a Viticultores Heroicos de Asturias. Los viñedos se encuentran situados en el pueblo de Carballo (Cangas del Narcea), con una pendiente del terreno muy acusada, con un suelo formado en un 55% de gravas y un 55% de tierra fina. Esta bodega ha recuperado las plantaciones que se destruyeron con la llegada de la minería, y el resultado son dos vinos: el blanco Vitheras, con albarín blanco y moscatel grano menudo, y el primer rosado de la zona: Lucía. La visita guiada a la bodega es gratuita.

Fiesta y Museo

Fiesta de la Vendimia en Cangas del Narcea, cada 12 de octubre. ©Turismo de Asturias.

La Fiesta de la Vendimia de Cangas del Narcea, declarada de Interés Turístico Regional, es única en Asturias, ya que no hay más zonas vitivinícolas. Coincide cada año con el Puente del Pilar, en la primera quincena de octubre, y son múltiples las actividades que se realizan en torno a la vendimia.

Museo del Vino de Cangas del Narcea. ©Turismo de Asturias

Y si tu visita no coincide con la fiesta, te queda la opción de aprender más de estos vinos en el Museo del Vino de Cangas, en el barrio de Santiso, con la forma de una gigantesca maniega (cesta) en la que se recoge la historia, la cultura y todos los detalles de la elaboración del vino, verás incluso un genuino llagar, una bodega tradicional asturiana con piezas con más de 400 años de antigüedad.

Las guisanderas prodigiosas

En Los Pisones son las guisanderas las que dirigen la cocina. ©Club De Guisanderas

Pero la manera más aconsejable de catar los vinos asturianos es hacerlo sentados a una buena mesa, acompañando a alguna de las recetas tradicionales de la cocina astur. Y si hay alguien que defiende la tradición es el Club de Guisanderas de Asturias, una asociación única en España que reúne un grupo de mujeres cocineras que mantienen más vivos que nunca los guisos y recetas asturianas que elaboran con mimo y siguiendo un instinto natural y lo aprendido de sus madres y abuelas.

En la actualidad, el club lo forman cerca de 30 mujeres que regentan sus casas de comida y restaurantes. Tienes que ir a conocerlas y disfrutar de esa comida casera y cien por cien asturiana que sigue la temporada de los productos del mar y la tierra.

Fabes con almejas de Casa Eutimio. ©Casa Eutimio
  • Los Pisones: En Gijón, Leni, Beatriz y Noela regentan esta Casa de Guisanderas que ocupa un edificio del siglo XIX, la casa familiar que preserva con tanto cariño como la cocina tradicional asturiana… pero sin dejar de innovar. Hay que probar su Ñocla a la plancha al estilo Leni, y las Fabes con marisco.
  • Casa Lula. Este hotel restaurante deja los fogones en las manos expertas de Adina, Mayte y Blanca. Tres guisanderas que siempre tienen al fuego un pote, uno de los mejores de Asturias, y su arroz con leche, hecho con paciencia y sin parar de «remover, remover y remover», ese es el secreto que nos descubre Mayte. Y unas gotas de licor, ingrediente secreto.
  • Casa Eutimio. En Lastres, Rafael Eutimio Busta Otero y su esposa Aida Rosales crearon esta casa que ya cuenta con el relevo de su hija María Busta, guisandera criada entre fogones que prepara con su madre las especialidades de la casa, como el Besugo a la espalda, la Merluza al estilo Eutimio o las Fabes con almejas, pero ha sabido introducir nuevos platos que triunfan como la ensalada de rape, setas y gambas o el premiado “Cacholetus” como mejor cachopo en 2017.
Ramona, la guisandera de Casa Belarmino, con su premiada croqueta de jamón ibérico. ©Casa Belarmino
  • Casa Belarmino. Cuando se entra en este reputado restaurante no se puede dejar de probar la que fue la segunda mejor croqueta de jamón ibérico en Madrid fusión 2020, pero tampoco se pueden dejar de lado los pescados y ese pote de berzas que prepara Ramona Menéndez, en su restaurante de Manzaneda, un plato típico de la comarca de Peñas, “con la morcilla típica, la fariñona”, explica la guisandera.
  • El Llar de Viri. Esta guisandera destila pasión por la cocina. Y en especial por la fabada a la que Viri Fernández rinde especial homenaje cada día en la cocina de su Llar, ese hogar convertido en restaurante en un precioso ‘pueblín’ a los pies del río Nalón, San Román de Candamo. Con su receta de fabada se alzó con el primer premio del Concurso Internacional, fue la Mejor Fabada del Mundo en 2013… y sigue siendo una de las mejores para tomar con un vino DOP Cangas.