Bene Bono nació en 2020 con la misión de combatir el desperdicio alimentario al rescatar frutas y verduras ecológicas rechazadas por las grandes superficies. El proceso de Bene Bono es sencillo: se contacta con agricultores y productores para rescatar las frutas y verduras que serían desperdiciadas. Semanalmente, los clientes hacen pedidos en la web o aplicación de Bene Bono, y se solicita a los colaboradores el número exacto de productos que serán enviados a los consumidores en cestas.
Hoy, hablamos con Camille Martínez, , City Manager de Bene Bono en España, para que nos cuente todo sobre esta interesantísima startup.
¿Qué inspiró la creación de Bene Bono y cuál es la misión principal de la empresa?
Bene Bono nació en el año 2020 gracias a sus fundadores, Grégoire Carlier, Sven Ripoche y Claire Laurent, quienes se dieron cuenta de que había una gran cantidad de frutas y verduras que eran desperdiciadas por las grandes superficies debido a razones estéticas: demasiado grandes o pequeñas, deformes, con imperfecciones… Así, Bene Bono surgió con el objetivo de luchar contra el desperdicio alimentario, ayudando a los agricultores y productores ecológicos a comercializar este tipo de productos.
¿Cuál es el proceso que siguen para rescatar y aprovechar las frutas y verduras ecológicas que son rechazadas por las grandes superficies?
El proceso que seguimos es relativamente sencillo, contactamos con agricultores y productores para explicarles lo que hacemos y cómo lo hacemos. Normalmente, ellos ya tienen identificado el número de frutas y verduras que descartan o desechan por motivos estéticos, por lo que nosotros solo les ayudamos a evitar que este producto acabe siendo desperdiciado, contribuyendo a hacer su actividad más sostenible y a evitar parte de sus pérdidas económicas.
Así, cada semana, tras recibir nuestros pedidos en la web o app de Bene Bono, solo solicitamos a nuestros colaboradores el número exacto de frutas y verduras que enviaremos al consumidor final en nuestras cestas.

¿Qué impacto ambiental tiene el desperdicio de alimentos y cómo contribuye Bene Bono a reducirlo?
El desperdicio alimentario tiene un impacto indudable en la sociedad y en el medioambiente. De hecho, según las Naciones Unidas, si el despilfarro de alimentos fuera un país, sería el tercero que más emisiones de CO2 libera en el mundo, después de Estados Unidos y China.
En este sentido, Bene Bono ayuda a la reducción de la huella de carbono y a economizar agua proveniente de la producción gracias a la comercialización de frutas y verduras que, de pasar por canales de distribución tradicionales, serían desechadas.
Tras su llegada a Madrid, en febrero, Bene Bono ya ha conseguido salvar más de 55 toneladas de frutas y verduras y economizar más de 27,5 millones de litros de agua en la ciudad. Además, desde su nacimiento, hace tres años en Francia, ha salvado más de 2.000 toneladas de frutas y verduras ecológicas y ha evitado la emisión de cerca de 300 mil kg de CO2 equivalente, salvando cerca de 490.000 millones de litros de agua.
¿Cuál ha sido la respuesta de los consumidores y las grandes superficies ante la propuesta de Bene Bono?
Nuestro negocio nació como un B2C, por lo tanto, nos dirigimos especialmente a clientes particulares. La acogida está siendo positiva, porque hemos pasado de operar en Madrid y alrededores a ampliar la red en la Península a Barcelona y Valencia, donde esperamos obtener los mismos resultados que en la capital.
Por otro lado, hemos abierto recientemente una línea de negocio dedicada a empresas, quienes pueden pedir nuestras cestas en las propias oficinas con importantes beneficios para los empleados como descuentos o la financiación de las mismas.
¿Qué desafíos has enfrentado al establecer la startup y cómo los has superado?
Los comienzos normalmente son complicados. A nuestra llegada a España, tuvimos que adaptarnos al mercado, estudiar la competencia y la regulación del país, así como emprender una búsqueda de un equipo local comprometido y cualificado para el desarrollo de nuestra actividad.
Además, también nos enfrentamos al desconocimiento de gran parte de la sociedad sobre la problemática que supone el desperdicio alimentario y cómo afecta este al entorno ambiental y social. Nuestro objetivo ahora es darnos a conocer, romper esa barrera con el consumidor y conectar con él. Queremos que nos elijan por conciencia ecológica y por compromiso con el Planeta, pero, además, suponemos un gran ahorro para sus bolsillos.

¿Cómo se utilizó la financiación de 7 millones de euros para expandir las operaciones de Bene Bono y aumentar la cantidad de alimentos rescatados semanalmente?
Nuestro objetivo, tras esta ronda de financiación, era rescatar 3 toneladas de fruta y verdura a la semana en el primer mes de actividad en Madrid. Para llevarlo a cabo, empleamos los fondos en la creación de la red de productores locales, que actualmente se ha ampliado a 30 en la Península, al desarrollo de la web y la app, y por supuesto a construir el equipo humano que conforma Bene Bono en España, ya que son una parte muy importante del éxito que hemos cosechado en estos meses.
Además, al mismo tiempo que llegábamos a Madrid, nuestro equipo dedicaba una gran parte de los recursos a estudiar y desarrollar nuestros planes de expansión en España, prueba de ello es nuestra reciente llegada a Barcelona y Valencia.
¿Cuáles son los criterios para seleccionar las frutas y verduras que se rescatan? ¿Cómo garantizan la calidad y la seguridad alimentaria?
Elegimos las frutas y verduras que no serían aceptadas por los canales tradicionales de distribución. Además, siempre tomamos las decisiones en conjunto con las necesidades de los agricultores locales.
Además, la seguridad alimentaria está garantizada porque las frutas y verduras, ecológicas y de temporada, se seleccionan minuciosamente, respetando todos los procesos de seguridad y calidad. En Bene Bono, tenemos un proceso de validación previa, en el que comprobamos que el producto reúne las condiciones adecuadas para el consumo.
¿Bene Bono planea expandirse a otras ciudades o regiones en el futuro? ¿Cuáles son los planes de crecimiento a largo plazo de la empresa?
De momento, trabajamos en Francia en Lille, Toulouse, Lyon y Marsella. En España, hasta ahora en las comunidades de Madrid, Barcelona y Valencia. No obstante, nuestra intención es salvar millones de toneladas alrededor del mundo y continuar expandiéndonos sin perder la conciencia local.
¿Qué impacto social tiene Bene Bono en la comunidad local y cómo se involucra con organizaciones benéficas o programas de alimentación?
Como comentábamos, beneficiamos tanto a los productores locales como a los consumidores, ya que atajamos el problema del desperdicio alimentario desde la raíz. Por un lado, ayudamos a los productores a comercializar los productos que serían desechados y a evitar la consecuente pérdida económica y, por otro, hacemos llegar a los consumidores un producto de calidad un 30% más barato que en otros supermercados y locales ecológicos.
Estamos firmemente comprometidos con la causa y prueba de ello es que solo comercializamos el número de frutas y verduras que nos solicitan nuestros clientes semana a semana.
¿Cuál es tu visión personal para el futuro de Bene Bono y cómo esperas que la empresa contribuya a abordar el desperdicio alimentario a nivel global?
El objetivo de Bene Bono siempre ha sido contribuir a evitar el desperdicio de alimentos. Así, solo espero que cada vez podamos ampliar más nuestro radio de acción, llegando a nuevas ciudades y ayudando a un mayor número de agricultores y productores. Desde luego, un punto clave en mi visión de Bene Bono es el componente local, es decir, por mucho que crezcamos no queremos perder el contacto con los equipos y las personas que están en cada región, conectando con ellos y escuchando las necesidades de cada región.