Casa Ciriaco, cocina tradicional madrileña del siglo XXI

Los clásicos se renuevan y dan batalla. Algunos, como Casa Ciriaco, ofrecen una cocina con memoria honesta y bien servida que merece la pena degustar.

Redacción17/06/2019
Sala de Casa CiriacoSala de Casa Ciriaco

Uno de los restaurantes más emblemáticos de la capital, que ha conocido tres siglos, se ha salvado de su cierre gracias a su nuevo propietario Alfonso Delgado, del restaurante Casa Alberto. Sus paredes están tapizadas con la historia reciente de España, en rincones tan emblemáticos como el del rincón del arte o los toros.

Los Callos de Casa CiriacoLos Callos de Casa Ciriaco

La luz de sus ventanales ilumina una sala llena de esos recuerdos, con mesas y sus inmaculados manteles blancos, y las sillas, iguales pero distintas, ya que están todas rehabilitadas y perfectas.

Nos hemos detenido en el comedor porque entrar en Casa Ciriaco es un placer para los sentidos, es un museo donde tardas un tiempo en comprobar la envergadura de la memoria del establecimiento. Los sentidos también te confunden, huele a nuevo pero todo te dice que es un lugar con historia, con esa sensación se sienta uno en la mesa.

La segunda sensación es el servicio de sala, liderado por Carlos Figueroa y siempre te da un cierto temor que sea un servicio a la antigua usanza, de esos metres intrusivos que no te dan espacio, y no: profesionalidad al máximo, información continuada pero respetando conversación y tiempos, servicio impecable, tanto del propio Figueroa como del resto de los camareros. La distribución de una ración de merluza entre tres en la mesa ha sido todo un espectáculo, algo que se ve muy poco en la actualidad, donde se viste de informalidad la falta de profesionalidad.

También en un establecimiento más que centenario, preocupa la consecución de los platos, ¿serán algo rancios? Tampoco, la mayoría de todos ellos respetan los fundamentos clásicos, pero están plenamente actualizados, desde los Callos a la madrileña (17 euros) perfectos, melosos pero no excesivamente grasos, picantes en su justa medida: deliciosos.

Gallina en PepitoriaGallina en Pepitoria

Las Croquetas de jamón resultan perfectas: irregulares, cremosas, con trocitos de jamón en el interior, no saben a harina aunque quizá podrían ser un poco más cremosas. Se incluyen 6 en la ración y su precio es de 10 euros.

Tomamos las Albondigas de ternera (16,50 euros), parecen albóndigas de la abuela pero más ricas, jugosas, la salsa se acompaña con unas patatitas. La ración son 6 unidades, resulta un plato contundente, comes perfectamente con ellas y compartiendo un entrante.

También nos gusta la Gallina a la pepitoria (16 euros),con la textura seca propia de este ave que prácticamente ya no se sirve en ningún restaurante, normalmente es pollo y el fondo, con la almendra trabada, es perfecto, un plato difícil que está en su punto.

Concluimos el menú de David y Cristina, los cocineros, con una Merluza a la bilbaina (22,50 euros) que recuerda a esos pescados que hacían nuestras madres los días de fiesta, pero en este caso la merluza está impecable, jugosa por dentro, perfecta de punto, el fondo de ajos con las patatas panadera, la cebolla y el pimiento son otro espectáculo, un plato para no olvidar.

Merluza a la bilbaina Casa CiriacoMerluza a la bilbaina Casa Ciriaco

Buena bodega, con mayor profusión de vinos madrileños, el pan mejorable y, como decimos, el servicio impecable.

Un restaurante para recuperar los sabores perdidos, para disfrutar de esa cocina madrileña llevada al siglo XXI con acierto y sin estridencias, para regresar a los sabores, pero también a las texturas de la memoria, ya que ahora parece que no tenemos mandíbula. Muy recomendable.

Casa Ciriaco
Calle Mayor, 84 – Madrid
Teléfono 915595066