Casa Rafael no está ubicada en un lugar de fácil acceso y con grandes conexiones, ni cuenta con carteles ni letreros que indiquen el camino. Tampoco tiene una web diseñada por un equipo creativo en donde muestre las bondades gastronómicas del restaurante ni realice visitas interactivas por el mismo. Es más, Casa Rafael no tiene ni web. Y no la necesita. Porque aquí el foco está puesto en un tema muy simple (y que sorprendentemente se olvida en muchos restaurantes). Aquí se viene a comer. El resto son fuegos artificiales que no interesan en esta casa de comidas gallega.
Rafael, como no podía ser de otra forma, es quién te coge el teléfono para hacer la reserva y es quien te abre la puerta de su casa. Ha tenido el restaurante cerrado durante casi 2 años debido a la pandemia, para disgusto suyo y de sus parroquianos, fieles a una propuesta gastro que es pura honestidad. Comida y más comida, con el producto como actor protagonista y raciones generosas y abundantes para salir más que satisfecho.

Esta vez hemos venido a comer su menú de caza, una de las señas de identidad de la casa. El menú nos propone todo un relato en torno a la caza.
Comienza por unos entrantes, espectaculares los lazos de faisán, sabrosos y finos; los muslitos de codorniz, rebozados al estilo gabardina, son igual de delicados. Estos bocados nos dan muchas pistas de lo que viene a continuación: el tratamiento del producto por parte de la cocina es espectacular, los años de experiencia cocinando caza se notarán en cada una de las elaboraciones.

Tras este aperitivo, la cosa se pone seria: fabada de caza, cocinada con carne de jabalí, corzo y ciervo. Sabor y más sabor, altamente adictiva. Un plato que más quisieran para sí muchos de los grandes y premiados restaurantes de nuestro país. La fabada de Casa Rafael debería entrar directamente en el olimpo de los platos de cuchara de la gastronomía española.

Continuamos la travesía, y esta vez le toca el turno a la caza menor: perdiz, liebre y faisán. Tal y como decíamos antes, tantos años hacen que la elaboración en principio complicada de estas piezas, que corren el riesgo de perder su excelente sabor, se antoje sencilla. Una de las grandes virtudes del restaurante es que pese a la gran cantidad de sus raciones no pierde la sutileza en el sabor de sus plazos. La caza menor mantiene esa esencia que conquistó a reyes y marqueses y su sabor es delicado y tierno.

Sin tiempo para pensar, llega a la mesa las tres bandejas que representan la caza mayor: corzo, ciervo y jabalí. Las tres elaboraciones sabrosas y contundentes. Si tuviésemos que elegir alguna de ellas, la palma se la lleva el venado, un plato de 10. Carácter, personalidad y una técnica depurada.

Y como no podía ser de otra forma, los postres culminan un menú de escándalo: milhojas, flan de castañas, queso con membrillo y Requeixo (requesón). Todo casero y delicioso.

En conclusión, Casa Rafael es un lugar de peregrinaje obligatorio para los amantes ya no de la caza, si no del buen comer. Un lugar de culto para disfrutar con amigos en una mesa repleta de una propuesta gastronómica honesta y deliciosa. Eso sí, ese día ¡desayuna ligero!
Casa Rafael (Portocobo)
Dirección: AC-151, 3, Monfero, A Coruña
Teléfono: 645 155 922
Menú 30€