
Cuando en el año 2003 se conoció el menú de la boda de los Príncipes de Asturias, muchos se preguntaron qué granja era esa que había suministrado los capones, en la que además su personal era, en su mayoría, discapacitado. Quizá la Casa Real quiso hacer un guiño a la solidaridad con esa apuesta, como en su momento lo hiciera la Infanta Cristina cuando eligió para el menú de su propia boda la Quinoa, un cereal colombiano que ha sustituído en extensas zonas del país a las plantaciones de coca.
El capón de la primera boda de unos Príncipes de Asturias desde la restauración fue un éxito, no sólo por la intencionalidad del producto, sino por su sabor y la capacidad que tiene esta carne de estar preparada con antelación y resultar tan igualmente deliciosa que si estuviera recién hecha. Es de prever que ni en sueños pudiera imaginar su fundador, Alfonso Jiménez, donde llegaría la empresa que proyectó cuando sólo tenía 19 años, ni siquiera cuando en 1994 se asociara a Francisco J. Iglesias podría pensar que Cascajares llegaría a convertirse en una de las empresas de transformación de productos agroalimentarios más prestigiosas del país. Un prestigio que no sólo es la consecuencia de la calidad de sus productos, sino también de la filosofía empresarial con la que han trabajado durante tantos años, que incluye contratar a personas con alguna discapacidad tanto física como psíquica, hasta llegar hoy en día a tener una cuarta parte de la plantilla.
Desde hace diez años Cascajares promueve y organiza una subasta de capones con carácter solidario con el objetivo de recaudar fondos para organizaciones benéficas. Por esta y otras iniciativas, la empresa palentina recibió en 2007 el Accesit a la Responsabilidad Social Corporativa dentro de los premios al mejor joven empresario del año, además de la certificación Efr, que acredita el esfuerzo de Cascajares por desarrollar medidas orientadas a facilitar el equilibrio entre vida familiar, personal y laboral, promover la igualdad de oportunidades y la inserción laboral de personas con discapacidad.
En la actualidad la empresa tiene distribuidores en diferentes puntos de España y fuera de nuestras fronteras en Canadá, y sus productos se venden en medio mundo.
Los capones que vuelven a casa por Navidad
En las Navidades de 2009, Cascajares agotó un stock de 21.000 capones, que se vendieron a través de su red y también de su tienda online www.cascajares.com. Unos capones que se deshuesan y rellenan con frutos rojos, foie y piñones, se asan y se acompañan de una salsa aparte; se envasan al vacío y se distribuyen en cómodos maletines. En el hogar bastará con filetearlo en frío, en lonchas medianas, colocarlo en una bandeja de horno junto con los muslos, las alas y unas manzanas reinetas cortadas en rodajas, y hornearlo durante treinta minutos. Su peso es de unos 2,5 kg.
Las pulardas trufadas asadas al horno tienen similar aceptación, y se venden igualmente en una caja, únicamente para hornear junto a la salsa que la acompaña, aproximadamente medio litro. Cordero y cochinillo se presentan precocinados y envasados con todas las garantías, ya que la empresa tiene implantado el sistema APPCC. Lo mejor de estos productos es que el resultado final en la mesa es de producto preparado en casa, únicamente es necesario darle un toque personal. Por ejemplo, en la pularda trufada, hay que añadir un poco de trufa rallada justo en el momento de servir o unos frutos secos machacados al capón, o rustir brevemente el cochinillo, o añadir al cordero un poco de tomillo.
Un menú para todas las ocasiones
Es frecuente que restaurantes donde se come muy bien tengan productos de Cascajares, tienen la facilidad de su conservación y el resultado final es bastante aceptable, siendo de gran utilidad tanto por su conservación como por estar ya cocinados. En el hogar la misma filosofía puede ayudarnos a realizar menús improvisados quedando como grandes chefs.
Los aperitivos están cada vez mas de moda, y poner un surtido variado de los mismos sin apenas trabajo es muy cómodo. Cascajares propone los Bocaditos o las Bolitas de cecina y membrillo con almendra, que constituyen un estupendo aperitivo, al igual que los Pirulís de pintada, que bastará con dejar descongelar, macerar en soja, salpimentar y freír, y que se presentan en formato grande, estupendos para restauración o familias numerosas, ya que la caja contiene cuatro bolsas y un total de 300 unidades.
Las Bolitas de queso de cabra con membrillo y cobertura de pistachos, los Cigarritos rellenos de morcilla y manzana reineta o de huevos con chorizo también son deliciosos, se venden congelados y bastará hornearlos o freírlos.
En el grupo de los entrantes, guarniciones y productos para ensalada se encuentran los prácticos Carpaccios, tanto el de manitas de cerdo loncheado como los de buey y reno. Se presentan en bolsas congeladas ya partidas. Sólo quienes preparan carpaccio en casa saben de las dificultades de la realización de este plato, principalmente para cortarlo congelado. El de Cascajares bastará con presentarlo en el plato todavía congelado y aderezarlo: el de buey con aceite, algo de pimienta y parmesano en lascas puede quedar buenísimo, enormemente práctico resulta también el fondo de Buey con el que se pueden hacer multitud de platos, desde carnes guisadas, potajes o sopas, un clásico de la casa son las crestas de gallo confitadas, utilizadas por numerosos restaurantes o los gratenes.
Para el hogar resultan muy aconsejables tanto las migas de perdiz escabechada como la pechuga escabechada de gallo de corral loncheada, que son el acompañamiento perfecto de ensaladas de lujo, a las que bastará añadir lechugas, en el caso de la perdiz -la de escarola funciona bien-, así como algunos frutos rojos y una suave vinagreta de Pedro Ximénez.
Elaboraciones como el Milhojas de capón con foie y manzana caramelizada puede suponer un magnifico primer plato para una comida en la que hay que quedar bien tanto por producto como por presentación. Bastará con sacarlos de la bolsa y hornearlos doce minutos a 180º, y se puede acompañar de rodajas de dados de manzanas de diferentes variedades.
De segundo plato Cascajares nos propone Picantón relleno de foie gras y pasas, que únicamente habrá que precalentar al horno durante unos veinte minutos con un resultado espectacular, o las Carrilleras, que también son otra buena alternativa y se ofrecen tanto de buey, cerdo, ciervo o cordero lechal, así como la Codorniz rellena o la Hamburguesa de ciervo con foie o cerezas.
La mayoría de los productos se distribuyen en formato para restauración y en otro con menos unidades para el hogar. Se trata de productos de alto nivel que se pueden encontrar en supermercados y zonas Gourmet, como las croquetas en envases de doce unidades con diferentes variedades, los cigarritos tan deliciosos o los pansigoneres. Lo mismo sucede con las conservas gourmet en Aceite de Oliva Virgen, que resuelven cualquier comida improvisada y que se presentan en latas, donde podemos adquirir desde Pierna de cordero lechal, a carrilleras o cochinillo. Otra buena solución son las conservas de escabechados, perfectas para ensaladas frías o templadas, platos de pasta o arroces. Practicas y deliciosas son también las conservas de jarretes de cordero lechal, las de ossobuco, de venado, las carrilleras, el rabo de buey, las orejas de cochinillo, los muslos de gallo de Corral… La mayoría se sirven con salsas o patatas panaderas, pero quedan mejor si le incorporamos nuestra propia guarnición.
Los maletines de la suerte: un buen regalo para los grandes momentos
Quizá los artículos que más predicamento tienen entre los consumidores son los maletines de Cascajares, tanto el de capón y el de cordero como el de cochinillo, que son un perfecto regalo para las grandes ocasiones y sirven para poder disponer en nuestras mesas de esos platos importantes que por tiempo o medios no podemos realizar en el hogar. En el maletín se incluye el producto envasado al vacío, con salsa aparte y gel que no se toma para mantenerlo en frío.
La salsa es abundante en todos los casos y se puede modificar si se desea, realizando una más cercana a los sabores familiares si la original gustara menos. En el caso de los asados, tanto el de cordero como el de cochinillo, lo ideal es poner una fuerte al horno con patatas panaderas, cebolla cortada en aros y ajos, añadir un poco de aceite y dejar hacer al horno a fuego suave. Después se pondrán el cordero y el cochinillo y se dejará según indica el envase, de esta forma queda aún más casero.
En el caso del capón, se puede servir la salsa caliente en salsera aparte, ya que no todo el mundo aprecia los sabores agridulces, y preparar una salsa alternativa con base de vino y carne a la que se le añadirá unas uvas, se deja cocer diez minutos y se sirve caliente en salsera.
La confianza es fundamental en la alimentación y Cascajares la tiene de sus clientes desde hace décadas: en restauración se utilizan sus productos y en los hogares cada vez es más frecuente su consumo. El capón es la estrella de la marca, pero Cascajares es mucho más que sus capones navideños.
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