En muchas ocasiones podemos escuchar que los niños detestan la casquería, que introducir en su dieta este grupo de alimentos es algo, como poco, imposible, o que su sabor es incompatible con los más pequeños e la casa. Pero lo cierto es que muchos de estos prejuicios son heredados y somos los mismos padres los que pensamos eso e inculcamos a los niños nuestros gustos: la casquería se puede preparar de muchas formas para que los niños puedan disfrutar de ella, ya que constituye un alimento realmente importante para ellos, con unos nutrientes fundamentales y que pocos alimentos más les aportan.
¿Qué es la casquería?
La casquería es el término que se utiliza para denominar a las entrañas de un animal, así como otras partes consideradas despojos: tuétano, criadillas, sesos, tripas, pies, mollejas, cabeza, corazón, hígado, lengua, pulmones, bazo, riñones, etc.
¿Por qué es tan importante que los niños coman casquería?
La casquería es mucho más nutritiva que la carne porqué, además de proteínas, aporta otros nutrientes como son vitaminas liposolubles, glúcidos, vitamina A, vitamina B, hierro, calcio, magnesio, potasio, sales minerales, etc. Todo esto hace que, cuando un niño come casquería, está aportando a su organismo una cantidad de nutrientes que pocos alimentos van a proporcionar.

Las partes más recomendables para los niños
A continuación vamos a pasar a analizar algunas de las partes de casquería más recomendables para los niños.
El Hígado
Hay muchas cuestiones alrededor del hígado, especialmente con respecto a su consumo por los más pequeños. Quizá su aspecto no sea demasiado atractivo ni para los niños ni para los más mayores, pero el hígado contiene una elevada cantidad de vitamina A, B y hierro, lo que lo convierte en un super alimento. La fórmula perfecta para que lo consuman es hacer con él un buen paté, que en sándwich o acompañado de pan tostado les encantará.
Para limpiarlo:
- En caso de contener alguna vena, retirarla con cuidado con la ayuda de un cuchillo.
- Lavar con agua fría y secar con papel de cocina.
- Listo para cocinar.
¿A qué edad pueden comer hígado los niños?
Los hígados se pueden incluir en la dieta de los niños tan pronto como puedan comer sólido. Son una excelente fuente de hierro y fantásticos alimentos. No obstante, no se recomienda abusar de ellos y su consumo debe ser ocasional, en torno una vez a la semana. Esto es debido a que se pueden producir intoxicaciones debido a un exceso de vitamina A.
Además, como el hígado se encarga de filtrar los productos químicos del cuerpo de los animales, es donde terminan las hormonas y antibióticos que se suministran a estos. Por supuesto, dependerá de donde compremos la casquería. Si estamos 100% seguros de que el animal ha estado sano no hay ningún problema.
Las Mollejas
De ternera, cordero y cerdo, son tan ricas en proteínas como la carne. Para que los niños las consuman se pueden hacer a la plancha, bien tostadas y con un chorrito de limón, o rebozadas con huevo y pan rallado. Acompañadas de patatas fritas no notarán la diferencia con un filete.
Para limpiarlas:
Las mollejas, al comprarlas (en algunas grandes superficies se pueden comprar listas para cocinar) llevan una telilla que prácticamente no se aprecia a simple vista porque, además, está muy adherida a la carne.
Para limpiarlas tenéis que retirarla con ayuda de un cuchillo pequeño con punta. Retirar también las impurezas que encontréis.
A continuación las colocamos en un bol con agua y unos cubitos de hielo y las dejamos así durante treinta minutos.
Pasado ese tiempo, se escurren y volvemos a repetir la operación, con agua y hielo, dos veces más, para asegurarnos de que quedan limpias de impurezas.

Los Riñones
Los de cordero, ternera y cerdo son los más solicitados, y casi tan apreciados como el hígado. Contienen, junto con los sesos, las máximas cantidades de proteínas, por lo que resultan ser un complemento perfecto para la alimentación de niños y adolescentes, contribuyendo a su desarrollo y al fortalecimiento de los huesos. Al igual que con las mollejas, la plancha es una buena alternativa para que los coman.
Para limpiarlos:
- Retirar la membrana que los cubre.
- Eliminar la grasa que se encuentra en su interior. Para eso debemos abrirlos. Los nervios de los riñones también se deben quitar.
- El siguiente paso es lavar bien los riñones y macerarlos para eliminar su fuerte sabor. Para ello se dejan sumergidos entre 20 y 30 minutos en agua con vinagre, o se bañan con abundante zumo de limón y sal. Pasado ese tiempo, se lavan, se secan y ya estarán listos para utilizar.
¿Dónde podemos comprar la casquería?
Lo más recomendable es comprarla en una carnicería de confianza. Algunos mercados tradicionales incluso tienen puestos dedicados de casquería. Aunque parezca evidente, si las piezas que vamos a comprar huelen mal o tienen un color extraño, deberemos evitarlas.
A tener en cuenta
- Las vísceras rojas, como son el hígado, el corazón, los riñones y los pulmones, son una excelente fuente de hierro y de vitaminas del grupo B. Constituyen, por tanto, el alimento antianémico por excelencia, comparable tan sólo a algunas algas y con la ventaja de poder consumirse vísceras en las cantidades deseadas, dentro de un orden. En cambio, el consumo de vísceras blancas, entre las que se incluye sesos, tuétano y criadillas suelen tener un alto contenido de colesterol y no son especialmente recomendables para los niños.
- La casquería se pueden congelar, pero se recomienda que sea poco tiempo, ya que son muy grasas y esto hace que se estropeen con rapidez.
- Es imprescindible asegurarnos que estamos comprando producto fresco y, a no ser que lo congelemos, deberemos cocinarlo en el mismo día..
Unos trucos que siempre funcionan
- Siempre se puede usar el famoso recurso del chorrito de limón o el tomate frito para acompañar y disimular el sabor.
- Cuanto más sencilla sea la receta, en este caso mejor. Intentad darle a los platos un aspecto que el niño reconozca.
- Cómo siempre decimos, que el niño se involucre en la preparación del plato, de esa forma lo comerá con mas gusto.
Tres recetas muy sabrosas con casquería
Una vez conocemos la teoría pasemos a la práctica: ¿Cómo podemos introducir la casquería en la dieta de los niños sin que la rechacen?
Riñones a la plancha

Ingredientes
- 250 gr riñones de ternera
- sal
- 3 limones
Elaboración paso a paso
- Se ponen los riñones en un recipiente con agua helada, sal y el zumo de 2 limónes, y se deja reposando unos 30 ó 40 minutos.
- Una vez pasado ese tiempo, escurrimos y secamos bien con papel de cocina.
- Ponemos en la plancha el riñon entero durante 25 minutos, añadimos sal y un chorrito de limón de vez en cuando para impedir que se seque. A los 25 minutos damos la vuelta, le volvemos a añadir limón y cocinamos 10 minutos más.
- Retiramos de la sartén y lo cortamos en rodajas, volvemos a añadir una pizca de sal y lo ponemos en la plancha nuevamente hasta que se doren.
Hamburguesa de hígado de ternera

Ingredientes
- 1 hígado de cerdo
- 1 huevo
- sal
- pan rallado
- leche
Elaboración paso a paso
- Picamos el hígado, previamente vaciado de las tiras tipo nervio, para que quede limpio.
- Mezclamos con el huevo batido, un poco de leche y añadimos pan rallado para dar consistencia a las hamburguesas.
- Le damos la forma deseada a la hamburguesa y la hacemos a la plancha con un chorrito de aceite.
- Mientras se cocinan tostamos el pan de hamburguesa.
- Montamos y servimos.
Mollejas de pollo empanadas

Ingredientes
- 2 mollejas de pollo
- 1 huevo
- pan rallado
- aceite de oliva
Elaboración paso a paso
- En un bol batimos el huevo y en otro diferente añadimos el pan rallado. Empanamos la molleja, igual que empanaríamos un filete de pollo.
- Freimos los filetes en otra sartén, con un dedo de aceite.
- Colocamos el filete empanado en papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
- Listo para servir.