De la mano de Ana Martínez Bujanda, consejera y directora de marketing y comunicación, la Bodega Valdemar nos ofrece un recorrido por su historia a través de una cata vertical. La familia Martínez Bujanda, con una larga tradición vitivinícola, se ha preocupado de sus cepas durante casi 100 años, controlando la producción necesaria para abastecer a la moderna bodega que construyeron en Oyón en 1985.
Dicha bodega resultó innovadora en la época, ya que se eligió hacerla moderna y abierta a la investigación, cambiando las telarañas con las que tradicionalmente convive el vino por la pulcritud y la firme decisión de que lo que envejece se quede solo dentro de la botella. Su compromiso con la investigación se plasma en sus vinos, para los que recuperan variedades casi perdidas o apuestan por otras de nueva creación.
La tradición y modernidad se aplican a las dos líneas de vino que la bodega Valdemar elabora: por un lado, y siguiendo el estilo más tradicional, se encuentran los vinos Conde de Valdemar, todos en botella borgoñona, ajustándose al estilo que esperamos de los vinos de Rioja. El otro camino toma la dirección de la modernidad, son los vinos Inspiración Valdemar. Innovadores sin estridencias, pero comercialmente más atrevidos, se apartan del canon de la categorizacion de crianza o reserva. Inspiración Valdemar se presentan siempre en botella bordelesa y se suman a lo que se viene llamando desde hace algún tiempo «la nueva expresión» de los vinos de Rioja.
En la cata nos presentan algunos vinos que aún no han salido al mercado, pero que ya apuntan maneras, aunque, como veremos más adelante, aún les falta la afinación que la crianza en botella les debe aportar.
La cata la comenzamos con dos blancos, en primer lugar el Conde de Valdemar Fermentado en Barrica 2011, un monovarietal de Viura (Macabeo), fermentado y criado en barricas de roble francés durante 3 meses, que logra un equilibrio entre la justa acidez y la sutil madera de la crianza.
El segundo blanco es el Inspiración Valdemar 2011, extraordinario por estar elaborador con un 100% de Tempranillo Blanco, que es una variedad muy poco difundida, es un vino totalmente original, fermentado y criado sobre lias en barricas nuevas francesas, muy en la línea moderna de «Inspiración», de un color amarillo pálido con algún brillo dorado. En nariz se reconoce el tempranillo, y en boca resulta untuoso y amplio, típico de la fermentación sobre lias y bastante complejo, todo un descubrimiento. Estos vinos los acompañaron con una brocheta de salmón con uvas y mahonesa de eneldo.
Continuamos con otra vertical de dos Inspiración Valdemar, esta vez con el 2008 y el 2010, este último en primicia. El 2008 con un 86% de Tempranillo, 10% Graciano y 4% Maturana tiene una crianza de 11 meses, de capa media alta con un bonito color granate, en nariz es complejo con fruta negra madura, resulta en boca muy redondo y largo con los taninos muy integrados. El Inspiración Valdemar 2010, 80% Tempranillo, 10% Graciano, 5% Maturana, 5% Garnacha, tiene una crianza de 10 meses de barrica francesa (80%) y americana, visualmente tiene una capa media-alta, color rojo picota intenso, en nariz salen frutas rojas y aromas balsámicos y especiados, en boca resulta muy vivo, expresivo, acido y untuoso, aún con aristas que el tiempo en botella que aún le queda acabará redondeando. Este vino es uno de los que aún no ha salido a la venta. Los vinos se maridaron con Zancarrón a la sidra con crujiente de patata gallega.
Continuamos con Inspiración Valdemar Edición Limitada 2005 y 2008. El 2005, 70% Tempranillo, 20% Experimental, y 10% Graciano se muestra bien cargado de color rojo cereza y con aromas típico de fruta madura y confitada con recuerdos tostados y especiados, en boca es algo graso con los taninos presentes, pero amables y de largo final. Por su parte, el Inspiración Valdemar Edición Limitada 2008 se elabora con un 70% Tempranillo, 10% de Maturana, 10% Graciano y 10% Cabernet Sauvignon, de capa media-alta, en nariz predominan los frutos negros maduros, los aromas tostados de la barrica algo de especias y un recuerdo a cedro, en boca es amplio, sabroso y de final muy largo. Estos se maridaron con un pintxito de queso Rio Vero con confitura de cebolleta y manzana.
Para finalizar la cata vertical se nos presentan tres vinos excepcionales dos monovarietales de Maturana, variedad prefiloxérica que hasta hace unos años se creía extinguida y que se logró recuperar en la década de los 90, además de un Gan Reserva de 1985 que da fe de los orígenes de la bodega.
Inspiración Valdemar Maturana 2005, 100% Maturana, vino muy cubierto, oscuro, intenso de color, con un particular aroma varietal, frutos negros, tostados, café, cacao y especias, en boca es redondo, sabroso, con los taninos muy elegantes que dejan un recuerdo largo y gustoso.
Inspiración Valdemar Maturana 2008, 100% Maturana, se presenta igualmente bien cubierto y elegante. Presenta en nariz recuerdos a frutos del bosque, cacao, tostados y especias. En boca es muy redondo y sabroso y con un puntito de acidez que le augura una muy buena evolución en el tiempo, de largo final, es un vino para tener en cuenta dentro de unos años al que auguro un magnifico envejecer. Los vinos se acompañaron de un rollito de buey, tête de moine y cítricos dulces.
Para finalizar probamos un vino que nació en 1985 con la bodega, el Conde de Valdemar Gran Reserva 1985, éste ya en la línea de la Rioja más tradicional, elaborado con un 80% de Tempranillo, y un 20% de Mazuelo, se ha criado durante 36 meses en barrica de roble y al menos otros 44 en botella. Presenta aún un hermoso color cereza brillante con unos aromas muy complejos con la fruta también presente, en boca muy redondo, gustoso y envolvente, de final largo y amable. Se acompañó con mousse de queso fresco y chocolate de naranja sobre cookie de canela.