Estamos en plena temporada de vendimia, cuando los viñedos y las bodegas viven el ajetreo de la recogida de la uva y la elaboración del nuevo vino. Es el momento más esperado y el de mayor actividad en los distintos territorios de Catalunya en los que el vino forma parte de su cultura, de sus tradiciones y forma de vida.
Y es, también, la mejor época para vivir las experiencias y fiestas que tienen preparadas en las 9 Rutas del Vino repartidas por Catalunya, con planes sorprendentes y muy divertidos en las más de 300 bodegas que abren sus puertas a los visitantes y en los pueblos que se engalanan para festejar la llegada de los nuevos vinos y cavas.
Ruta del Vino DO Alella, con vistas al Mediterráneo

La Ruta de Vino de Alella discurre por localidades cercanas a Barcelona, como Alella, y las bodegas y viñedos se encuentran dentro del Parque Natural de la Cordillera de Marina, con vistas al Mediterráneo, como las bodegas Alta Alella, que organiza infinidad de actividades, o Quim Batle.

El Hotel Arrey-Alella se levanta en lo que fueran las antiguas Cavas Signat y además de dormir entre viñedos desde los que se vislumbra el mar, el hotel organiza catas de vino y cava maridadas con quesos locales producidos en el mismo celler. Vamos a encontrar otras propuestas muy apetecibles, incluso fuera de las bodegas, como las catas en los mercados municipales.
En esta Ruta del Vino de Alella te hablarán de la pansa blanca, es la variedad de uva de cepa blanca que reina en la zona costera de la DO Alella. Sus grandes vinos blancos, secos, dulces y perfumados, son siempre una grata sorpresa para los amantes de los vinos ligeros y frescos.

Atentos, también, a sus fiestas: el 9 y 10 de septiembre, en la Fiesta de la Vendimia en Alella habrá clases magistrales con expertos enólogos, feria de artesanía, muestras gastronómicas y bailes.
En Vallromanes organizan unas Jornadas gastronómicas en las que los restaurantes de la villa ofrecen platos maridados con vinos de la DO Alella y también cervezas artesanas. Y en Llinars del Vallés, en sus fiestas mayores el vino y el cava también está muy presente.
En octubre, la feria VI+ programa visita a bodegas y muchas actividades (catas, talleres, vinoterapia…) en muchas las localidades de la Ruta del Vino DO Alella.
Ruta del Trepat, DO Conca del Barberà

La Conca de Barberà es un territorio vinícola situado al norte de la provincia de Tarragona, era un lugar venerado por los romanos en la época del imperio que compraban grandes cantidades de los vinos que allí se producían. Y su momento de mayor esplendor fue en el siglo XII en torno a la orden de los Templarios y la abadía de Santa María de Poblet, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Su variedad principal es el Trepat, uva autóctona muy apreciada con la que se elaboran vino tintos, frescos y suaves, y también magníficos rosados. Aunque la joya de la corona de la Conca de Barberà son sus vinos blancos, que se elaboran con Chardonnay, Macabeu y Parellada.
La Ruta del Trepat te lleva conocer las diversas “catedrales del vino” de la zona, las bodegas modernistas de las cooperativas de Barberà de la Conca, l’Espluga de Francolí, Montblanc, Pira, Rocafort de Queralt y Sarral, junto a interesantes museos temáticos dedicados a la cultura de la viña y el vino, como el Museo del Vino de l’Espluga de Francolí.
Los amantes del senderismo y el buen vino se encuentran en el corazón de la Ruta del Císter, un gran sendero (GR-175) que une los tres monasterios cistercienses de la zona: el de Santes Creus, el de Vallbona de les Monges y el de Poblet, uno de los más grandes de Europa.

A finales de agosto (del 25 al 28), en L’Espluga de Francolí se celebra la Fiesta de la Vendimia, una muestra de vinos y cavas de la comarca con degustación y venta. Además de cata, hay un concurso de pisada femenina en que las mujeres tienen que demostrar su habilidad pisando uva.
Montblanc es la capital de la Conca de Barberà, una pequeña villa medieval situada en el valle del río Francolí y a los pies de las montañas de Prades. Declarada Conjunto Monumental y Artístico el año 1947, posee uno de los recintos amurallados mejor conservados de Catalunya. Aquí se encuentra el Museo del Vino, y otro atractivo turístico del municipio es La Fira de Safrània (azafrán), el último fin de semana de noviembre, donde se pueden probar los vinos de la DO y muchos otros productos de la comarca.
Además, se organizan visitas a los campos florecidos de azafrán para hacer la recolecta, catas de vino, demostraciones de cocina en directo, actuaciones y talleres infantiles de cocina, entre otros. No puedes irte de Montblanc sin probar su famosa coca salada, de conejo asado y picolat, un sofrito de cebolla y tomate.
Ruta del Vino de Lleida

La Ruta del Vino de Lleida, DO Costers del Segre, nos va a descubrir una provincia de contrastes, con sus llanuras del sur y sus montañas al norte, con la historia de los monasterios y de la tradición vinícola, y aventuras en plena naturaleza. Muchas bodegas organizan actividades que combinan el enoturismo y el oleoturismo para probar otro de los productos estrella de la zona, el aceite de oliva de la DO les Garrigues.

La Ruta del Vino DO Costers del Segre nos lleva por siete territorios repartidos a lo largo de toda la cuenca del río Segre y del Pirineo leridano. Esta zona nos permite visitar la capital Lleida, y descubrir secretos tan curiosos como los motivos del vino que esconde la catedral, la Seu Vella, recorrer Urgell o Noguera donde disfrutaremos de excelentes vinos, buena gastronomía y animadas fiestas.
Una bodega de visita obligada es Raimat, un edificio centenario, obra del arquitecto y discípulo de Gaudí, Joan Rubió y Bellver, rodeado de más de 700 Ha de viñedos que se pueden recorrer a pie o en bicicleta y después disfrutar de una comida con productos de la tierra acompañados de sus vinos y, además, dispone de alojamiento, con 10 suites para pasar una noche inolvidable y despertar entre viñas con un delicioso desayuno campestre.

Castell de Remei es otra bodega histórica y una de las más prestigiosas de Catalunya que hoy cuenta con un santuario, un restaurante y salas de exposiciones. La bodega Purgatori, de la Familia Torres, se ha integrado en el recinto del histórico Mas de l’Aranyó, preservando el edificio antiguo que hizo construir la Abadía de Montserrat hace dos siglos y medio, y realzando su historia vinícola.
Y una de las bodegas más singulares de la DO Costers del Segre es Mas Blanch i Jove con un museo de arte entre viñedos y olivares, la Viña de los Artistas. La bodega propone una visita guiada para conocer cómo se elabora el vino, después se saborea un almuerzo con quesos y embutidos artesanales, pan de payés, tomates del huerto, frutos secos y chocolate y una cata de cuatro vinos y dos aceites de oliva virgen extra producidos con las aceitunas de sus propios olivos.

En septiembre, Albi celebra la Fiesta del Vino y su Nueva Cultura, unas Jornadas en las que participan las bodegas de la zona e incluyen catas de vino. En Lleida, coincidiendo con la vendimia y el vino joven, tiene lugar la Fiesta del Vino. Y en Verdú, la Fiesta de la Vendimia, con la tradicional pisada de la uva y cata de vinos de la DO Costers del Segre y en especial de la subzona de la Vall del Corb.
Durante todo el año, en la zona de Sort se pueden hacer rutas que unen el senderismo y enogastronomía, paseos entre viñas para conocer el trabajo de los productores del Valle de Sort y el Batlliu.
Ruta del Vino DO Empordà

Llegamos a Girona para recorrer la Ruta del Vino del Empordà y visitar algunas de las bodegas, más de 40, inscritas en la DO Empordà que no para de crecer: Terra Remota, casi en la frontera con Francia, La Vinyeta, con infinidad de actividades de enoturismo, Perelada, que acaba de estrenar unas instalaciones fantásticas, Mas Geli, en Pals, Mas Llunis, en Garriguella, Mas Oller, en Torrent…
El Camino del Vino del Empordà dibuja un trazo transversal del mar hacia la montaña y nos muestra la viña como un paisaje dentro del paisaje, con vistas caprichosamente bañadas de sol y tramontana. La ruta discurre por el Parque Natural del Cap de Creus y el Paraje Natural de Interés Nacional de la Albera.
También propone visitar la ciudad de Figueres, la capital del Empordà vitivinícola actual y sede del fantástico Teatro-Museo Dalí. El majestuoso Castillo de Peralada acoge el Museo del Vino, de gran valor histórico. Y junto a Roses se encuentra el Centro Enológico Coll de Roses, un viaje interactivo al universo del vino.

Para disfrutar de la belleza inigualable de las viñas junto al mar, es posible visitar Mas Marès, en Roses, y la Finca Garbet, en Colera. Son muchas las bodegas que invitan a dormir entre viñedos o recorrerlos a caballo, en bicicleta incluso navegar sin perderlos de vista en kayak de mar.
Esta ruta del vino es un recorrido por la cuna de Dalí y de Pla, por lugares que conservan tesoros del románico, por el paisaje ampurdanés y por la tierra con la gastronomía más excepcional del momento, con exponentes como los hermanos Roca (con tres estrellas Michelin) que representan la cocina ampurdanesa y gerundense y son un referente de la alta cocina mundial.
Tampoco faltan las fiestas en esta Ruta: la Feria del Vino y el Cava en Palafrugell se celebra en agosto, con conciertos del Street Jazz Costa Brava. En septiembre es la Mostra del Vi de l’Empordà de Figueres y la Fiesta de la Verema, el toque de salida al inicio de la vendimia con la prensada del primer mosto. Tiene carácter itinerante y cada año se celebra en un municipio diferente de la DO Empordà.
En noviembre, la Fira del Vi Nou de Calonge se festeja con el desfile de las barricas por el centro histórico hasta el castillo, hay catas y actividades relacionadas con el mundo del vino.
Ruta del Vino DO Penedès, el vino catalán

Si pensamos en un vino de Catalunya, probablemente el primero en venir a nuestra mente sea uno del Penedès.
Los grandes nombres del vino y del cava están en la Ruta del Vino DO Penedès, en la provincia de Barcelona y parte de Tarragona. Son bodegas de fama internacional que muestran al visitante todo su pasado. Es el caso de Codorníu, una familia de viticultores que se remonta al siglo XVI. Cavas Llopart es otro clásico del Penedès que ha diseñado distintos tipos de visitas y actividades, como una cata panorámica o la posibilidad de contemplar las lágrimas de la vid al inicio de la primavera.
Finca Viladellops es un antiguo pueblo convertido en un gran proyecto de enoturismo, muy cerca de Sitges. El plan perfecto es visitar la bodega y degustar sus vinos y terminar el día junto al mar tomando un buen arroz.

Una visita obligada a las bodegas del Penedés es la llamada Carretera del Vi. Se trata de una ruta formada por trece bodegas pertenecientes a siete municipios de las comarcas del Penedés y el Garraf. Esta ruta recupera el antiguo trazado comercial que usaban los romanos para vender sus vinos. Además de conocer las bodegas de esta ruta, la experiencia se complementa con la riqueza arqueológica y patrimonial de la zona, donde podemos conocer desde vestigios íberos a edificaciones modernistas.
Del calendario festivo de la DO Penedès hay que destacar la Fiesta de la Filoxera, en Sant Sadurní d’Anoia que termina con una rociada de cava para celebrar la victoria. Y la Cavatast, en octubre, en la que unas cincuenta bodegas de cava y de empresas de restauración, charcutería, pastelería y chocolate ofrecen catas a los visitantes, que también tienen la opción de visitar las bodegas y cavas de la villa.
En Sitges no hay que perderse la Fiesta de la Vendimia, con el prensado del primer mosto, concurso de pisadores de uva y el pesaje de la Pubilla y l’Hereu con su equivalente en vino. Y en Sant Cugat Sesgarrigues y Sant Pere de Riudebitlles, sus animadas Fiestas del Mosto, en octubre.
La magia del cava catalán
La historia del cava, el espumoso catalán, arranca en el siglo XIX con el empeño de perfeccionar el método champenoise. En el corazón del Alt Penedés, Sant Sadurní d’Anoia es la capital del cava, donde se pueden visitar las cavas más emblemáticas y el Centro de Interpretación del Cava, ubicado en una destilería de vino del año 1814, en el edificio de La Fassina. Desde aquí se organizan actividades como la vendimia, los fines de semana de septiembre y octubre.

Codorníu es una visita imprescindible. Esta histórica bodega ofrece viajar hasta los orígenes del cava catalán mediante distintas actividades, como los cursos de cata, almuerzos entre los viñedos y visitas guiadas. Esta bodega es la empresa familiar más antigua de España y una de las más antiguas del mundo. Manuel Raventós, el gran impulsor de Codorníu, contrató en 1895 al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch (coetáneo de Gaudí) para ampliar la bodega y el edificio es desde 1976 Monumento Histórico Artístico. Bajo tierra en un dédalo de cavas subterráneas es donde, desde hace un siglo, los cavas Codorníu realizan la segunda fermentación y crianza a una temperatura siempre constante.
En 1872, Josep Raventós Fatjó elaboró cava por primera vez en España siguiendo el Método Tradicional y la segunda fermentación en botella, y utilizando uvas autóctonas del Penedés: Macabeo, Xarel·lo y Parellada.
También en Sant Sadurní d’Anoia se encuentra Freixenet, otra de las grandes bodegas en la ruta del Cava. Cavas Gramona mantiene la cava tradicional en el centro de Sant Sadurní y abre también al público las nuevas instalaciones a las afueras. Villafranca del Penedès merece una visita para pasear por su barrio gótico, admirar calles del barrio gótico, contemplar la maravillosa Basílica de Santa María, disfrutar de su rica arquitectura modernista y, por supuesto, visitar el Museo de las Culturas del Vino, conocido como VINSEUM.
Y si queremos que nuestra visita a la tierra del cava coincida con alguna fiesta, la de La Filoxera (7 y 8 de septiembre) conmemora como los habitantes de Sant Sadurní superaron la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX. Un correfoc recorre las calles de la villa y la fiesta se acaba con una rociada de cava para celebrar la victoria. En octubre, Cavatast reúne unas 50 bodegas de cava que ofrecen catas a los visitantes, también de otros productos de la zona.
Ruta del Vino DO Pla de Bages, a un paso de Barcelona

En la falda de Montserrat, te espera un territorio dibujado por bancales, lagares excavados en la piedra y tinas de piedra seca en medio del bosque (se conservan alrededor de 4.000) donde antiguamente había miles de hectáreas de viñedo. Un patrimonio vinícola único en el mundo con auténticos tesoros a pie de viña y que, curiosamente, es la gran desconocida.
La Ruta del Vino DO Pla de Bages está en Barcelona y cuenta con 17 bodegas repartidas por buena parte de la comarca del Bages y el Moianès. No está claro cuándo comenzó el cultivo de vid en esta región, pero el autor del manuscrito medieval «Miracula Sancti Benedicti» interpretó que el nombre Bages provenía de Bacus, el dios pagano del vino. De Baco vino Bacasis y finalmente Bages. Se están recuperando uvas autóctonas, como la picapoll, variedad blanca característica de la DO.

El punto de partida de esta Ruta del vino de la DO Pla de Bages puede ser el monasterio de Sant Benet de Bages, con viñedos documentados desde el siglo X y una gran bodega gótica. La Ruta incluye experiencias culturales enoturísticas, almuerzos entre viñedos y tinas de piedra seca, paseos en bicicleta o un “tren del vino”. Los más aventureros incluso podrán descubrir las viñas a vista de pájaro en globo, ultraligero o parapente biplaza, contemplando la espectacular cara norte de Montserrat.
Mas Sanmartí y Bodega Abadal organizan visitas y catas de vinos para todos los gustos y niveles. El Celler del Mas es otro destino para enoturistas aventureros: además de la ruta en 4×4, puedes dar un paseo en carro de mulas por los viñedos con parada en dos barracas de viña para degustar sus vinos, una cata de aceite y vinos completada con un desayuno o una ruta por la bodega y el castillo que termina con una comida en un restaurante de la zona.
Para vivir la fiesta de la Vendimia, hay que acudir en septiembre a Artés. Y en Manresa se celebra la Fiesta Nocturna Vinum, música en vivo y cata de vinos de la DO Pla de Bages mardidadas con bocados gastronómicos.
Ruta del Vino del Priorat, vinos de (mucha) altura

En Tarragona, la Ruta del Vino del Priorat nos lleva a recorrer los terrenos donde se aferran viñedos heroicos que nacen a gran altura y con una inclinación vertiginosa dan como resultado tintos potentes y con personalidad, auténticas joyas para los amantes de los vinos persistentes y con solera.
Empezamos nuestra ruta de enoturismo por el Priorat en Falset, capital de la comarca. En esta población, la más grande de la zona, se encuentra el antiguo Castillo de los Condes de Prades convertido en un interactivo museo comarcal.
Hay que visitar pueblos como Gratallops, Escaladei y Porrera, con sus muchas e interesantes bodegas. Terra Dominicata es una bodega situada en la antigua finca de cultivo de los monjes de la Cartuja de Escaladei, que se encuentra a 40 minutos de camino a pie desde la bodega y merece una visita, y que cuenta con hotel de 5* y restaurante. Aquí se encuentra también Celler Scala Dei, la primera bodega del Priorat: una botella de 1878 fue presentado en la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Mas Doix, entre Porrera y Poboleda y con unas vistas panorámicas, atesora algunos de los vinos mejor valorados del Priorat.
En noviembre organizan la carrera de montaña “Entrevinyes Mas Doix”, en la que se corre entre viñedos y se celebra la llegada con una comida popular regada, cómo no, de algunos de sus mejores vinos que nacen entre la Sierra del Molló y la del Montsant.

Los que quieran poner a prueba las habilidades olfavitas, deben apuntarse al Concurso ‘Nasset, nass, nassot’ que organizan en agosto en Porrera, una cata a ciegas para identificar los aromas de los vinos. En noviembre la villa organiza una gran fiesta, Tasta Porrera, con los vinos de 18 bodegas.
Septiembre es tiempo de vendimia y Poboleda celebra la Fiesta del Vi i la Verema a l’antigua en la que se recuperan las viejas tradiciones y se vendimia a la antigua usanza con los carros y las mulas, se pisa la uva y hay catas de vinos. En La Morera de Montsant, la Festa del Vi Blanc, un vino dulce que se elabora en la villa en fechas próximas a Todos los Santos y la Castañada, es un buen momento para conocer la zona y probar los vinos dulces y rancios junto a unas tapas.
Esta Ruta de los vinos de la DOQ Priorat incluye también los vinos de la DO Montsant, que se extiende por 16 municipios de Tarragona, la mayoría en la comarca del Priorat, excepto algunos de la Ribera d’Ebre.
En la DO Montsant conviven las grandes cooperativas agrícolas con las bodegas particulares, muchas de estas de tradición familiar que abren sus puertas y organizan interesantes visitas y actividades para descubrir todo un mundo, con algunas curiosidades como los los vinos generosos están ganando mucho peso y prestigio. Los dulces, rancios y mistelas ya se abren paso dentro de las bebidas gourmet.

Tras la vendimia, las fiestas se suceden por todo el territorio. Masroig celebra esta fiesta tradicional donde se espinjola el tonel (se pone un grifo) para probar el vino. En la fiesta las catas de vinos se acompañan de catas de aceite del primer prensado de la nueva cosecha y espectáculos musicales. En la visita a la bodega Celler Masroig se puede seguir el juego de Los aromas del vino, un circuito para descubrir los olores y matices que esconde el vino.
Ruta del Vino DO Tarragona, romana y modernista

El pasado romano está muy presente en esta ruta que puede arrancar en Tarragona, la única ciudad catalana declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, y desde el Mediterráneo, adentrarnos en el interior rural y las Terres de l’Ebre.
Entre el río Ebro y el mar Mediterráneo se reparten las bodegas que configuran la Ruta del Vino de la DO Tarragona, la mayoría son proyectos familiares y cooperativas, como es el caso de Nulles, una de las Catedrales del Vino de Catalunya o la cooperativa modernista de Vila-rodona, joya arquitectónica de César Martinell. La DO se expande por la zona del Camp de Tarragona, con las comarcas del Alt Camp, Baix Camp y el Tarragonès, y la zona de la Ribera d’Ebre.
Esta ruta ofrece 19 visitas a bodegas y 37 experiencias singulares, desde un paseo en carruaje con cata de vinos hasta visitas y catas muy originales en los viñedos. También propuestas como rutas fluviales en laúd o excursiones en kayak por el Ebro, paseos entre viñas y hasta circuitos de marcha nórdica, como el marcado entre los viñedos que rodean el celler familiar de Mas Vicenç, Walk&Wine.

El calendario festivo dedicado al vino llega cargado de interesantes citas. En Cambrils tiene lugar la Mostra del Vi i la Gastronomía, en el Parc del Pescador en el mes de octubre, con catas guiadas gratuitas y showcookings. Móra la Nova celebra su Fira del Vi, una gran exposición vitivinícola que acoge vinos de las DO Tarragona y también de Montsant, Priorat, Terra Alta. Se presentan los vinos jóvenes, hay talleres y cata de vinos y la exposición y venta de productos.
Ruta del Vino DO Terra Alta por bodegas maravillosas

Entre el río Ebro y la frontera de Aragón, en Tarragona, se encuentra la región vitivinícola más meridional de Cataluña, la Terra Alta. Es un territorio de paisajes picassianos, Mediterráneo de interior (una zona reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera) donde los monjes templarios ya cultivaban el viñedo en el siglo XIII.
Esta Ruta de la DO Terra Alta nos lleva a Gandesa, concretamente a la bodega modernista que acoge el Consejo Regulador en la Zona del Vino y del Aceite (l’Espai del Vi i de l’Oli) y el Centro de Interpretación donde ofrecen catas comentadas con reserva previa y se pueden comprar más de 100 referencias de vinos amparados por esta denominación a precio de venta al público de bodega. Esta bodega, conocida como ‘el castillo ondulante de Cèsar Martinell’ (1919), está considerada una de las siete maravillas arquitectónicas de Catalunya.

La Bodega Altavins está en Batea y organiza visitas para todos los públicos. En familia, su gincana entre viñedos es la forma más divertida de descubrir la garnacha blanca y la garnacha peluda y probar la clotxa, el bocadillo de los labriegos que consiste en sacar la miga y rellenar el panecillo con tomate asado, sardina en salazón y aceite de oliva. La bodega cuenta con 36 hectáreas de bosque, llenas de senderos y miradores que quitan el aliento. Se podrán visitar in situ algunos de los fuertes que se construyeron durante la Guerra Civil Española.
La ruta puede terminar en Pinell de Brai, en la Bodega Cooperativa con el sello modernista de Cèsar Martinell. El friso de cerámica vidriada de la fachada principal se ha convertido, también, en un símbolo para la DO Terra Alta y ha sido declarado Bien de Interés Cultural Nacional por la Generalitat de Catalunya.
La Fira del Vi de Batea, en agosto, la Festa de la Verema de Corbera d’Ebre, en octubre, y la Feria del Vino de Gandesa, son las citas imprescindibles para catar los vinos de la DO Terra Alta, mistelas y vinos rancios artesanales que se maridan con productos de repostería casera y la clotxa.