No siempre es fácil encontrar dulces y bollos sin gluten en las pastelerías. Lo normal es que los celíacos y sensibles al gluten conozcan la repostería más clásica y tradicional porque, en general, las abuelas y las madres se las preparan en casa. Pero algo está cambiando y ahora hay confiterías y panaderías que preparan estos productos sin gluten para disfrute de los celíacos. Y, lo más importante, están ricos, porque a veces se hacen y venden cosas incomibles pensando que con ser sin gluten ya es suficiente, y sin tener en cuenta el sabor. Estos son cinco que hemos encontrado y que, además, están muy logrados y no tienen (casi) nada que envidiar a los que se hacen con harinas con gluten.
1. Sobaos y quesada pasiegos
No podía haber sido en otro sitio. En Santillana del Mar (Cantabria) se venden a diario miles de sobaos entre los visitantes que acuden a conocer una de las villas más hermosas del Norte de España. Ahora los celíacos pueden probar y llevarse a casa este dulce souvenir que elaboran en la Confitería Las Quintas. En su lista de productos sin gluten aparece la típica quesada, elaborada también con la mejor mantequilla cántara, las rosquillas de anís, galletas y otros postres de temporada, como tartas o roscón de Reyes.
2. ‘Fartons’ valencianos
En Apcel se han especializado en la panadería y pastelería sin gluten desde que a las hijas de Iván les diagnosticaron la celiaquía. En su obrador de Vallada (Valencia), prueban y prueban hasta conseguir el mejor sabor y aspecto, y ahora su catálogo va creciendo al tiempo que hace felices a un mayor número de celiacos. Entre los panes hay que destacar su pan de hamburguesas, muy logrado, esponjoso, nada que ver con otras versiones que se desmenuzan enseguida. Y entre los dulces bordan las cocas, el mostachón y otros bollos, pero queremos recomendaros los fartons, para disfrutar como un valenciano más de la horchata mojando este bollo, como mandan los cánones. Los venden en bolsas de tres.
3. Palmera de hojaldre
En la Celiacoteca de Alcalá de Henares (Madrid) han conseguido una masa de hojaldre espectacular. Sus palmeras, de azúcar o de chocolate, están buenísimas, tersas y crujientes. Y el tamaño y el precio están en consonancia: 2,50 euros. En la panadería-pastelería preparan pan cada día y muchos de sus productos de bollería (ricos también los donuts, las napolitanas, los bizcochos…) son libres de lactosa. Allí mismo pueden probarse los pasteles con una bebida o disfrutar de un desayuno o de una merienda con acompañamientos, tanto dulces como salados, todos ellos sin gluten y sin lactosa.
4. Coca de ‘llardons’ o de chicharrones
En la pastelería Jansana de Barcelona (Balmes, 106) es difícil elegir. Todo tiene una pinta exquisita y está muy bueno. De su obrador salen, en cada momento, los dulces catalanes más típicos que los celíacos van a celebrar: los panellets de Todos los Santos, la mona de Pascua, los buñuelos de Semana Santa, la crema catalana, que suele hacerse para celebrar San José, o la coca de llardons, de chicharrones, un dulce muy típico de Carnaval. En esta pastelería libre de gluten no utilizan tampoco lactosa y, además de dulces, trabajan muy bien el chocolate y las tartas, además de ofrecer bocados salados y postres deliciosos, como el tiramusú.
5. Churros malagueños
Algo tan sencillo como tomarse unos churros, calentitos, recién hechos… es impensable para muchos celíacos. En la Cafetería Churrería El Artesano, de Churriana (Málaga) se hacen y fríen al momento en una sala separada, para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada.
Han visto ya a muchos celíacos llorando de alegría al tomarse estos churritos crujientes con su chocolate.