En la playa, con un comedor completamente abierto entre palmeras con vistas a una zona chill-out de cesped y con el mar al fondo, Club de Mar es un restaurante recién inaugurado con vocación de chiringuito andaluz, donde sardinas, pescados, frituras o jamón se convierten en excelencias graciasa un buen producto, presentaciones cuidadas y tecnicas perfectas.
Nombre: Club de Mar Villa Padierna
Dirección: Playa Bella, Urbanización Costalita – Carretera N340, salida km. 166 – Estepona
Teléfono: 952 889150
Página Web: http://www.hotelvillapadierna.com/
Tipo de cocina: Tradicional andaluza
Entorno: Con fuente central y grandes columnas, parece un capitel de una villa romana, y esa amplitud hace que resulte muy agradable y ventilado.
Servicio: Muy agil y agradable, capitaneadopor Rafael Torres
Accesibilidad: Buena
Ambiente: Al mediodía más informal, con gente de la playa y también huéspedes del hotel Villa Padierna, al que pertenece, y por la noche más formal, con parejas y familias que disfrutan de las palmeras iluminadas.
Aparcacoches: No, pero hay un gran parking en la puerta junto a la playa
Precio: Buena relación calidad-precio, teniendo en cuenta la situación y la calidad de la comida: 25-30 euros
Fecha visita: Almuerzo, 17 de julio de 2011
Cocina:
En este restaurante se puede empezar el mení con los aperitivos-tapas como la Anchoa del cantabrico en aceite de oliva Castillo de Canena (3,5euros), excelente el tamaño de la anchoa y su calidad. Se acompaña con Pan cristal con tomate, que resulta crujiente y jugoso.
Las Sardinas ocupan un lugar impotante en la carta, se hacen ahumadas con regañas de sésamos y cebollino fresco (3,5 euros) y también a la brasa con pimientos del Padrón, resultando excelentes: la ahumada es muy aromática y la fresca jugosa y con un sabor profundo a mar.
A continuación tenemos oportunidad de probar el Gazpacho andauz con mozarella y un tomate cherry partido (8,50 euros) tiene una textura absolutamente cremosa y suave, gracias al truco del chef: muy recomendable.
En la carta hay algunos platos internacionales como los Sushis, bien elaborados, aunque finalmente nos decidimos por el Tiradito de lubina bañado en salsa de naranja (14 euros) con un corte algo irregular, pero con un sabor picante y refrescante que ofrece un resultado muy original.
Tiempo después para el Ceviche de corvina con salsa clásica de leche de tigre y trocitos de gari, aguacate y boniato glaseado (16 euros), que se presenta en una ración abundante y de buen resultado, por su excelente maceracion.
A continuación, y aunque también preparan paellas y frituras, preferimos probar las Puntillitas, que resultan muy tiernas, pero nos quedamos sin duda con la Merluza sobre guiso de verduras y bolitas de patata: excelente, jugosa, llena de sabor, en su punto el pescado… increíble.
Para terminar tomamos dos postres, la Sopa de melón y piña, refrescante y original, y la Mousse de chocolate con pan, aceite de oliva, escamas de sal y polvo de Oreo, un postre lleno de contrastes y sabor, a la vez ligero y sorprendente, ambos postres un diez.
La bodega es algo corta, pero está inteligentemente surtida, y además se sirve el vino por copas. Hay tres tipos diferentes de pan, precocidos pero de buena calidad.
Observaciones:
Tras la cena se puede tomar cóctel o una copa en el chill-out, aunque es recomendable reservar, sobre todo los fines de semana.
Calificación:
¿Es posible comer extraordinariamente bien al borde del mar en lo que podría denominarse un chiringuito? Definitivamente sí, como lo es vestirse de forma elegante si se desea para cenar. Estamos ante un establecimiento poco común, cuyo cocinero Leonardo Ferchero hace una cocina de producto, exaltando los alimentos mediterráneos pero con una técnica absolutamente actual, según las directrices del chef ejecutivo del local, Victor Taborda, que dirige el resaurante La Veranda, también en Marbella.
Preparaciones bien presentadas, realizadas en su punto, con raciones abundantes… Lo mejor de la cocina tradicional y lo mejor de la cocina creativa, una apuesta inteligente e interesante que merece la pena conocer. Se disfruta mucho.