Las conservas son uno de los productos más infravalorados a la hora de utilizarlos para nuestras recetas. Un grave error, ya que nos ofrecen un enorme abanico de posibilidades gastronómicas. Productos como las sardinillas, el atún o las anchoas pueden convertirse en el ingrediente principal de platos espectaculares a los que sacarles el máximo partido gozando de un sabor incalculable.

El método histórico de las conservas
La función principal de las conservas no es otra que almacenar alimentos el mayor tiempo posible sin que se echen a perder rápidamente. Fueron creadas en el siglo XVIII para que los soldados pudieran transportar y abastecerse de alimentos de forma efectiva y siempre a mano. Su inventor fue el confitero francés Nicolas Appert, quien descubrió que, hirviendo los alimentos dentro de tarros cerrados y sellados con tapones de corcho, se conseguía mantener el sabor y sobre todo las propiedades nutricionales durante un tiempo prolongado.
Este proceso, que investigó durante 14 años, tendría una repercusión muy beneficiosa. El primer beneficiario de este método fue ni más ni menos que el emperador Napoleón, ya que podría abastecer a sus tropas durante largas jornadas para conquistas de nuevos territorios.

¿Cocinar con conservas? ¡Imaginación al poder!
¿No tenemos carne o pescado fresco en la nevera? Pues busquemos en la despensa, donde siempre guardamos alguna lata de atún, salmón o sardinillas. A grandes problemas, grandes soluciones. ¡Y a experimentar! Si disponemos de mayonesa y verduras como repollo o coliflor, ya estaríamos preparados para hacer una ensalada riquísima y fresquita.
Las conservas de marisco son de las más apreciadas por los amantes de la gastronomía marina. Hay multitud de variedades como mejillones, zamburiñas, navajas, berberechos… Y en cuanto a pescado, encontramos maravillas como bacalao, atún, bonito del norte, sardinillas o salmón. Gracias al líquido de cobertura que los acompaña, se potencia el sabor de todos ellos llevando el producto a un nuevo nivel.
Paté de anchoas o sardinillas

De las mejores ideas para preparar canapés para cenas especiales, y más ahora que se acercan las navidades:
- Trituramos las anchos o sardinillas
- Mezclamos las anchoas o sardinillas trituradas con un chorrito de limón
- Añadimos a esta mezcla una cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Cuando tengamos una pasta suave servimos en un bowl acompañado de tostas
Nosotros hemos optado por las sardinillas de Frinsa. Hemos tenido en cuenta que su líquido de cobertura es un aceite de oliva de gran calidad. El producto es lo más saludable y sabroso posible, pero, además, gracias a este líquido el alimento se mantiene protegido y con un sabor único.
Los mejillones: un producto con infinitas posibilidades

Los mejillones en escabeche son uno de los grandes placeres cuando optamos por algo de picoteo con amigos. Pero, también pueden formar parte de nuestro plato principal. Como por ejemplo unos garbanzos salteados con este producto tan increíble. Su elaboración es muy fácil:
- Se saltean en una sartén con aceite de oliva unos ajos cortados en láminas.
- Echamos la lata de mejillones, e incorporamos los garbanzos ya escurridos.
- Para un toque más profesional y que combina perfectamente con el plato, hemos decidido añadir alcachofas, ya que son producto de temporada.
Con la salsa de los mejillones en escabeche se puede preparar una vinagreta riquísima para ensaladas como esta que te proponemos donde el ingrediente protagonista es este rey del mar:
- Lavamos y cortamos unos tomates cherrys, pimiento morrón en conserva ( que también tiene un sabor mucho más potenciado que el pimiento fresco.
- Picamos en cubitos muy finos una cebolla.
- Mezclamos todos los ingredientes junto con los mejillones escurridos.
- Esta combinación de sabores la aderezamos con una vinagreta hecha a partir de aceite de oliva, vinagre balsámico, un chorrito de limón y la salsa en escabeche.
- Servimos en ensalada o en el plato que más nos apetezca
¿Qué tiene que tener una conserva para ser de calidad?
Los alimentos en conserva facilitan la consumición de productos de calidad, dado que están listos para tomar y son fáciles de almacenar. Para conseguir estos estándares podemos poner el foco en la procedencia del producto o en su elaboración. Te proponemos marcas como Frinsa, que velan por el cumplimento de su compromiso con la sostenibilidad y el cuidado de la salud en todos sus productos. Gracias a su selección de conservas gallegas, elaboradas de forma artesanal y tradicional, podemos disfrutar de un producto de calidad con sello español procedente de nuestras propias costas.

Las conservas son una excelente opción rápida, saludable y apta para todo tipo de edades y de ‘’públicos’’. A partir de ellas se pueden elaborar diversos platos, tanto sencillos y rápidos (con pasta o legumbres y ensaladas), como más elaborados (como los canapés de Navidad, entre otros).