Comer bien en Palencia: cocina de temporada económica y natural

Con una cocina casera de calidad y muy buenos productos, su gastronomía es uno de los grandes atractivos por los que se debe viajar a esta hermosa tierra.

Eva Celada12/05/2015

Catedral de PalenciaComer bien en Palencia no es difícil. La mayoría de los restaurantes disponen de menús del día a precios realmente económicos, sobre todo en las zonas más rurales donde, por otra parte, se ofrece una cocina de producto del entorno que no precisa adscribirse al movimiento «slow food» porque es la de toda la vida, con recetas de la cocina tradicional castellana y alguna sorpresa, con restaurantes de cocina creativa de gran relieve y muy alejada de la improvisación propia de los lugares multitudinarios.

¿Qué productos no debes perderte?

Tanto a la hora de comer en un restaurante, como a la de comprar productos para llevarlos a casa, son excelentes las legumbres de Tierra de Campos, en especial la alubia de Saldaña y las lentejas pardinas. Los vegetales tampoco se quedan atrás, con una huerta de altura que propone verduras con sabores concentrados, resultando exquisitas las alcachofas, habas, lechugas, coliflores y repollos y, ya con reconocimiento nacional, los Pimientos rojos de Torquemada, las Cebollas de Palenzuela o las Patatas de la Ojeda.

En el terreno de las carnes hay productos que ni te imaginas, empezando por los embutidos, como las cecinas de Villarramiel, las morcillas de Villada, espectaculares, el pato en Villamartín de Campos en todas sus presentaciones, con uno de los mejores foie que se hacen en España, gracias a la empresa Selectos de Castilla y el rey de la zona: el Lechazo Churro, exquisito asado y entre asado. La ternera de Cervera en la Montaña Palentina y los palominos bravíos de zurita en Campos son otros bocados imprescindibles. De Palencia son también famosos los capones de Cascajares y la costumbre de tomar platos de caza en temporada en la gran mayoría de los restaurantes, al igual que las setas que se encuentran en su entorno, como las de cardo, boletus, amanita de los césares, senderillas, perrechicos y los níscalos, muy utilizados en guisos de legumbres y caza.

No hay una gran costumbre de servir queso en los restaurantes, sin embargo, los hay extraordinarios y con multitud de premios, como los del Cerrato o la Montaña Palentina, algunos como Campos Góticos o Cantarillas, en el pódium de los mejores a nivel internacional.

Aunque Palencia no tenga mar, es paso natural hacia el centro desde el puerto de Cantabria, lo que hace que tanto restaurantes como hogares consuman pescado de gran calidad. Los preferidos son el congrio, el mero, la merluza y el bacalao, y las formas de prepararlos, desde al ajoarriero a en salsa o rebozados.

Pocos saben que hay aguardientes de gran calidad en la zona. Se venden en las tiendas y se producen en Lantadilla y Becerril. Como curiosidad, en Aguilar se pueden adquirir las famosas galletas a las que huele todo el pueblo, también en Venta de Baños. Las famosas pipas Facundo también son palentinas, concretamente de Villada. El pan y la miel, especialmente la procedente de la montaña, también son exquisitos.

Dulces de convento

Brazo de San Lorenzo, típico dulce palentinoPalencia y su provincia tienen multitud de dulces. Los rigores del frío y la gran cantidad de conventos y monasterios hacen de los palentinos expertos golosos, que toman con satisfacción, en las confiterías, deliciosos dulces como el Brazo de San Lorenzo en Osorno, los amarguillos de Villoldo, hechos con almendras amargas, o los socorritos de Cervera, así como diversidad de pastas y almendrados.

Platos que no puedes perderte

La menestra palentina, con sus exquisitas verduras rebozadas y su caldo corto, las patatas a la importancia que, jugosas, absorben todo su caldo, los cangrejos del Pisuerga, con su toque picante de temporada en verano. La sopa castellana, el lechazo churro asado, las alubias de Saldaña guisadas con un suave pimentón, el cocido castellano con su variante en la montaña, la tortilla guisada, los palominos en salsa, la carne de Cervera suavemente cocinada o los caracoles… Y como postres, resultan imprescindibles las natillas y el arroz con leche.

Restaurantes recomendados

En Palencia capital:

Casa Pepe’s (Avenida Manuel Rivera, 16. Tel: 979 100 650): uno de los establecimientos preferidos de los palentinos, tanto en su zona de barra como en su comedor castellano. Cocina de producto de temporada de máxima calidad, con una de las mejores bodegas de Palencia. Platos como el rabo de toro o la sopa de trufa son ya clásicos del restaurante. Precio a la carta entre 40 – 50€.

Asador La Encina (C/ Casañe, 2. Tel: 979 710 936): amplia barra de picoteo con mesas exteriores, comedor amplio y agradable. Especialidad en lechazo churro asado en horno con madera de encina, exquisito. Su cocinera Cirina González también hace una excelente tortilla de patatas, considerada durante años como la mejor de España. Muy ricos todos los guisos. Merece la pena. No hay menús, el precio a la carta es de 35 – 45€, aunque si se come de picoteo se puede reducir a 20 – 25€.

El Casero (C/ Mayor, 108. Tel: 979 700 017): fundado en 1923, es un restaurante emblemático de la capital con buen surtido de tapas, especialidad en guisos y bacalao. Hay menús diarios y de fin de semana, y se puede comer desde 15€.

Mesón Los Templarios, en Villalcázar de SirgaDon Jamón (C/ Mayor, s/n. Tel: 979 702 270): cocina de producto de calidad con menús del día y carta, buena bodega. Especialidad en jamón y embutidos de la dehesa de Badajoz, cuenta con una amplia barra de tapeo y mesas exteriores para comidas informales. El servicio es eficaz, aunque la amabilidad depende del camarero que te toque. Carta: 30 – 35€.

Habana (C/ Mayor Principal, 101. Tel: 979 70 27 66): uno de los gastrobares más recomendables de la ciudad, con moderna decoración, muy acogedor y patio interior. Realizan una cocina en miniatura excelente, con bocados como el bocadillito de jijas con huevo o la cecina con foie, guisos excelentes, todo muy depurado y delicioso. No perderse los postres, obra de su propietaria, amante del dulce como pocos. Se puede comer desde 15 – 20€ informalmente. Vajilla y cristalería de nivel. Muy agradable.

La barra de Villoldo (Plaza la Rinconada de San Miguel, 2. T Tel: 979 610 202): de los propietarios de la Estrella del Bajo Carrión, este gastrobar aúna informalidad y a la vez buena cocina, basada principalmente en el tapeo, con platos para compartir, como alitas o croquetas de morro y mano de cerdo, ensaladas, bocadillos o calamares en su tinta. Trabajan con brasas y las carnes o pescados son una delicia. Buena carta de vinos a precios asequibles. Todo está buenísimo y es posible comer desde 10 a 15€.

La Casa de comidas La Traserilla (C/ San Marcos, 12. Tel: 979 74 54 21): casa del siglo XIX que recuerda a la «casa de la agüela», asegura el equipo dirigido por Miguel Sánchez. Tres comedores, una barra de pinchos y tapas y una bodega se incluyen en este establecimiento donde degustar platos tradicionales de la región, como la menestra palentina, el rape al horno con piñones o el lechazo asado, y otros de cocina más moderna. Como colofón postres de producto local, como la leche de oveja churra con flambeado de canela y su caramelo, templado de chocolate con castaña al jengibre, o el semifrío de queso con crema de manzana reineta, moras flambeadas y helado de frutos rojos.

Para las copas en la capital, es muy aconsejable The Lemón Society, en el Paseo del Salón, 13, uno de los bares con más ginebras del mundo: las tienen «casi todas». Vino por copas bien servido y conservado, además de cócteles y, como no podría ser de otra forma, gintonics de autor. Un establecimiento con muchísima actividad y una gran repercusión mediática. Buena terraza.

Y haciendo unos kilómetros más…

La Concordia (Tel: 979 808 271, en Monzón de Campos): interesante restaurante en el que se ofrece cocina casera con mucha intención y especialidad en setas, caza y nabos, con los que hacen auténticas maravillas. El servicio, digno de un tres estrellas gracias a Beatriz, su propietaria, quien junto con su hermano en la cocina, hacen un tándem perfecto. En el plato hay mucha indagación local. La ensalada de nabos, fresas y queso de cabra es una auténtica delicia, también los guisos de carne, los estofados de legumbres y las carnes de máxima calidad realizadas al horno. Hay menú y posibilidad de medias raciones. Te sientes como en casa, muy recomendable, se puede comer desde 15 – 20€.

Estrella del Bajo Carrión (Tel: 979 827 005, en Villoldo): posiblemente el mejor restaurante de Palencia, con numerosos premios. Lo dirigen las hermanas Pedrosa junto al chef Alfonso Fierro (hijo de una de ellas). Cocina de máxima calidad con productos extraordinarios, así como guarniciones y presentaciones muy creativas. Todo está perfecto y sienta de maravilla, desde las alubias blancas con setas, la ensalada templada de manos y pies de cerdo, el foie, la paletilla de lechazo churro asada, el cochinillo y los postres: los helados en textura, temperatura y sabor impresionantes (los hacen ellos). El ambiente es relajado y elegante. Servicio familiar.

Los Lagares de Saldaña (Tel: 979 89 09 90, en Saldaña): con Ángel e Isabel al frente de esta cocina, con platos típicos de Castilla y León, saldrán elaboraciones como los Langostinos a la cazuela con tostas de pan al ajillo, la Parrillada de hortalizas de la huerta y tubérculos con salsa teriyaki, el Lomo de ciervo marinado con jengibre, bayas con puré de castañas y pera de roma en almíbar y la tabla de quesos, todos ellos en raciones completas o medias. Además, ofrece menú del día a 12,95€, a 16,80€ el sábado y a 21,60€ el domingo, y Pote del día a 8,90€.

Mesón los Templarios (Tel: 979 888 022, en Villalcázar de Sirga): característico mesón en pleno paso del Camino de Santiago y junto a una iglesia templaria, que ofrece cocina castellana incluso para grupos y cenas medievales. Especialidad en lechazo churro asado en horno, que está buenísimo, al igual que el pan candeal y la morcilla, que elaboran en el propio restaurante. Hasta la lechuga que ponen con el lechazo está crujiente y deliciosa. A pesar de su notable capacidad suele estar lleno y conviene reservar. Si queda un hueco para postre, no hay que perderse las natillas, que están buenísimas. Precio medio: 35 – 40€.

Mesón del Cerrato (Tel: 979 771 853, en Tariego de Cerrato): en lo que serían las bodegas se encuentra este restaurante castellano que lleva la familia González, en la cocina Yovana, que hace magia con sus más de 25 postres. Excelentes los asados, el lechazo churro es uno de los clásicos, así como la sopa de ajo castellana en sartén, las alubias, los callos o el rabo. Cocina castellana muy bien hecha, y de postres otro mundo: sofisticación y elegancia, que te llevan a París, Berlín o Nueva York. Hay que reservar, sobre todo los fines de semana. Muy recomendable, su precio medio está entre 35 y 45€.

En plena montaña, Tía Goya (Tel: 979 866 032, en Camporredondo de Alba): con aire rústico y sencillo, como si estuvieras comiendo en el comedor de tu casa, los propietarios ofrecen cocina casera palentina bien hecha, con platos como los garbanzos con callos, los guisos de patatas, alubias con conejo o platos de caza. Raciones abundantes. Menú todos los días que no supera los 15€ con vino. Trato muy familiar.

Los Palmeros (Tel: 979 810 067, en Frómista): establecimiento elegante, con buen servicio y cocina, en esta preciosa villa, paso del Camino de Santiago, que cuenta con una terraza exterior y carta de tapeo. En el comedor, cocina tradicional castellana con productos de la tierra, todo ello muy bien hecho. Cuenta con menú del apóstol y platos como la menestra palentina y los pichones de Tierra de Campos. Preparaciones solventes con fundamento, raciones abundantes (como en casi todos los restaurantes) y muy buen servicio. El precio oscila entre los 35 – 50€.

Lechazo churro palentino

Ticiano (Tel: 979 123 610, en Villallano, cerca de Aguilar): uno de mis restaurantes preferidos en Palencia, con el chef Francisco José Fonssati al frente, que es un verdadero prodigio de buen hacer, con platos como el mil hojas de cochinillo, por el que merece la pena ir, sin ninguna duda. Es uno de esos restaurantes que podrían tener una estrella de la Guía Michelin y donde, sin embargo, sus precios son muy asequibles: el menú de matanza cuesta 22€ incluyendo postre, café, agua y vino. Desde 25 – 30€ se come de maravilla. Es increíble. Buena bodega de vinos.

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