No es la primera vez (ni será la última) que hablamos de nuestro oro líquido, el AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra). Los beneficios que nos aporta, tanto a nivel de salud como enfocado a un aspecto puramente gastronómico son enormes. Versatilidad, sabor, carácter… el AOVE forma una parte irrenunciable de la cultura de nuestra gastronomía.
Hoy, profundizando en este alimento, os proponemos realizar una cata para exprimir al máximo nuestros aceites y conocer un poco más esta joya de nuestra cocina. Identificar su aroma, su sabor, su olor o su textura nos dará una visión más global del AOVE que tenemos enfrente y sus diferentes posibilidades gastronómicas.

Así que prepara un vaso pequeño o una copa, añade un chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra y comencemos la cata.
Fase visual
El color del aceite puede ir de un amarillo oro, característico en los aceites más maduros a un verde intenso en los más herbáceos. Para que un Aceite obtenga una buena puntuación en la fase visual, debe tener un aspecto limpio y brillante, con un color vivo. En las catas profesionales, la fase visual no se tiene en cuenta para no influir en las fases posteriores, es más, los catadores usan vasos opacos para no ver el color del aceite que van a catar.

Fase olfativa
En esta fase es cuando se empieza a poner seria la cata. Es importante, antes de oler, tener el vaso dónde vayamos a catar a una temperatura concreta para realzar los aromas de nuestro aceite. Esta temperatura debe rondar los 27º. Para ello, calentaremos el vaso frotándolo con las palmas de nuestras manos (con el aceite ya dentro) e inclinaremos ligeramente el vaso mientras realizamos este movimiento. Cuando el vaso adquiera temperatura, inspiraremos profundamente para traer a nuestra memoria los aromas que nos lleguen del aceite: aceituna verde, aceituna madura, manzana, higuera, hierba verde, tomateras…
Fase gustativa
El momento de probar el aceite es emocionante, ya que previamente hemos tenido ese contacto visual y olfativo y nuestro sentido del gusto estará impaciente por tenerlo en boca. Probaremos el aceite y lentamente iremos degustando distribuyéndolo por nuestra boca para encontrar los distintos sabores que nos ofrece: dulce, picante, amargo, verde, frutal….
Concluida nuestra cata, conoceremos más el aceite que tenemos delante y de esa forma lo podremos utilizar en unas u otras elaboraciones.