Comencemos con la socorrida expresión: que no te la den con queso. Hasta hace relativamente poco, daba la sensación de que cualquier queso era auténtico queso manchego y en una enorme cantidad de restaurantes y establecimientos nos ofrecían quesos con la promesa de formar parte de esta denominación de origen. Pero lamentablemente en muchas ocasiones no era así, y estos quesos no cumplían con la normativa que regula esta denominación y por consiguiente con la calidad que se requiere para pertenecer a ella. Afortunadamente, en Julio de este año 2019, el Tribunal Supremo dio la razón al Consejo Regulador de la Denominación de Origen para frenar a las queserías que vendían quesos con simbología asociada a la Mancha ( la figura de Don Quijote, molinos de viento, etc..) pero que no cumplían las características propias de estos quesos. Hoy os damos las claves que debéis conocer para diferenciar unos de otros y que el refrán, al menos en este aspecto, no se cumpla. A partir de ahora, solo querréis comer auténtico Queso Manchego D.O.
El aspecto exterior
Cuando tengamos delante un Queso Manchego D.O. entero, es decir sin cortar, debemos tener en cuenta ciertos factores que nos ayudarán a identificar su autenticidad: su aspecto exterior debe ser entramado y sus caras, que deben ser planas, presentarán cuatro líneas que dividirán al queso. Su color dependerá de la maduración del mismo y podremos observarlo desde un tono similar al marfil hasta un color pardo.
El aspecto interior
En caso de que lo compremos en cuñas, su color interior variará también desde el blanco hasta un tono marfil y podemos encontrarlo con una superficie lisa o bien con pequeños “ojos” repartidos por él.
El término Denominación de Origen
En el etiquetado comercial del queso debe aparecer el término «Denominación de Origen Queso Manchego». Además, en el caso de que haya sido elaborado con leche de oveja cruda, debe llevar incluido la palabra “artesano” o “artesanal”.
La placa de Caseína
Una de las novedades es la nueva placa de Caseína que se encontrará en todos los quesos de la denominación de origen. Esta placa cumple una importante función, pues asegura que en cada porción obtendremos el identificativo de que se trata de Queso Manchego. La encontraremos incrustada en la cara opuesta de la etiqueta comercial bajo el término: “D.O.P. QUESO MANCHEGO” acompañado de una serie de dígitos y dos o tres letras.
Contraetiqueta numerada
En la etiqueta comercial que encontraremos en el queso, con el logo de la Denominación de Origen encontraremos la contraetiqueta numerada. Si se trata de un queso de menor tamaño o cortado en cuñas la contraetiqueta la encontraremos en su esquina superior derecha marcada por una banda de color azul o verde, respectivamente.
Logo Europeo
Este logo lo otorga la Unión Europea y con él reconoce a las figuras de calidad. En el Queso Manchego cuenta con el correspondiente a la Denominación de Origen Protegida.
Maduración
Otro de los aspectos que nos pueden ayudar a diferenciar el auténtico Queso Manchego D.O. es la maduración del mismo. Estos quesos deben tener un mínimo de 30 días de maduración para los elaborados con leche pasteurizada y cuyo peso no supere el 1,5kg y de 60 días para el resto de formatos. El tiempo máximo de maduración de un Queso Manchego D.O. es de 2 años.
Si sigues estas indicaciones, podrás estar seguro que el queso que compres será Manchego D.O. con la calidad que eso implica.