Hoy os traemos una tarta de queso algo diferentes a las que hemos presentado anteriormente. Tiene una peculiaridad: no necesita de horno. Es muy sencilla de hacer y es casi imposible pifiarla. Eso sí, si eres de la escuela que adora las tartas de queso fluidas que se desparraman en el plato, esta receta no es para ti. Al fin y al cabo es una receta que no necesita de horno, por lo que es imposible conseguir una textura melosa.
No obstante, tampoco es un mazacote, ya que resulta muy suave, pero tiene la consistencia justa para mantenerse firme. La mermelada, sea del sabor que sea, es totalmente recomendable en esta receta, ya que combina a la perfección con el sabor ligero del queso y la nata.
Al tratarse de una receta súper sencilla es perfecta para hacer con niños. Podrán explorar el mundo de la repostería y aprender un montón de cosas. La cocina es un buen sitio en el que afianzar nuestra relación con los peques de la casa.
Receta de tarta de queso sin horno

Equipamiento
- 1 molde desmontable
Ingredientes
- 200 g queso Philadelphia
- 500 ml nata o crema de leche
- 40 g azúcar
- 7 gr gelatina sin sabor (suele ser la cantidad contenida en un sobre)
- 150 gr galletas María
- 75 gr mantequilla
- mermelada favorita al gusto
Elaboración paso a paso
- Trituramos las galletas María
- Fundimos la mantequilla en el microondas y la mezclamos con las galletas
- Creamos una capa con la mezcla de las galletas y la mantequilla en el fondo del molde
- Reservamos el molde en la nevera durante 15 minutos
- En una cacerola puesta a fuego bajo mezclamos la nata, la gelatina y el azúcar. Removemos bien hasta que quede una mezcla homogénea, pero sin hacer hervir
- Retiramos el cazo de fuego y agregamos el queso Philadelphia. Volvemos a mezclar bien
- Una vez pasado los 15 minutos en la nevera, sacamos el molde y vertemos la mezcla
- Llevamos nuevamente el molde a la nevera durante 6 horas
- Una vez pasado el tiempo ya tenemos la tarta. Retiramos el molde y servimos. Acabamos con nuestra mermelada favorita o la cobertura al gusto