Es evidente que la situación actual en la que nos encontramos, una cuarentena que dura ya más de un mes a causa de la crisis provocada por el coronavirus, provoca que nuestra exposición a los rayos del sol se haya reducido de forma muy significativa y provoque un déficit de la misma. En una situación de normalidad, esta exposición supone el 90% de la producción de la vitamina D por parte de nuestro organismo, por lo que en un momento tan excepcional como el actual, es probable que acabemos sufriendo un déficit que a la larga puede acarrearnos consecuencias negativas. Vitamina d para niños y la vitamina d para bebés son muy importantes en su desarrollo, pero también en los adultos es necesario cuidar este aspecto.
Esta vitamina, también denominada calciferol, realiza una función fundamental en el cuerpo humano, principalmente en la regulación de las concentraciones de calcio y fósforo, favoreciendo la absorción de estos minerales en el intestino y siendo un beneficio para la correcta formación de los huesos y de los dientes.
“Son bastantes los síntomas que nos pueden hacer identificar si tenemos una carencia de esta vitamina, indicios como la fatiga o el cansancio, trastornos en el sueño, apatía, falta de energía, cefalea o dolor de huesos y articulaciones, entre otras, y ante lo que debemos tomar medidas de forma inmediata.” ha indicado Reme Navarro, farmacéutica y co-fundadora de Mifarma.
El equipo de expertos farmacéuticos de Mifarma, liderado por Reme Navarro, lanza una serie de recomendaciones sobre cómo podemos obtener los niveles adecuados de esta vitamina durante el periodo de encierro, un momento en el que se hace difícil conseguirla de forma natural.
“La exposición directa al sol durante 10 o 15 minutos unas tres veces por semana puede cubrir las necesidades del cuerpo de esta vitamina, pero no sirve si es a través de las ventanas. Por esta razón son muchas las personas que deberán recurrir a una dieta rica en vitamina D y complementarla con algunos suplementos, sobre todo si se trata de grupos de riesgo”, explica Reme Navarro. Analicemos estos consejos en detalle:
¿Qué alimentos contienen vitamina D?
Encontrar vitamina d en los alimentos es posible. Más que nunca es importante el incluir en nuestra cesta de la compra alimentos donde se encuentra en esta vitamina, tanto vegetales como animales. Dentro de estos encontramos los pescados grasos, también llamados pescados azules, como son las sardinas, los arenques, el congrio o el salmón, y otros como los huevos (por su yema), fuentes vegetales como los hongos y setas como los champiñones o el aguacate, así como con alimentos enriquecidos con esta vitamina, como los lácteos.

Suplementos con vitamina D
En muchas ocasiones esa dieta especial no es suficiente para conseguir el nivel recomendado en sangre de vitamina D, por lo que es recomendable incluir suplementos alimenticios que puedan suplir esa posible carencia y que son sencillos de comprar.
Es importante sobre todo para determinados colectivos que pueden tener factores de riesgo asociados, como son las personas mayores, niños y adolescentes en pleno crecimiento, lactantes, mujeres embarazadas o pacientes crónicos de enfermedades renales, hepáticas, intestinales, óseas o inmunitarias.
Dentro de las opciones de suplementos que podemos encontrar los hay en diferentes formatos como en cápsulas, como es la Vitamina D3 de Solaray, que trabaja en sinergia con el calcio y el fósforo para potenciar su absorción; en formato de sobres encontramos Vigantoletten Vitamina D3, que contribuye al mantenimiento de los huesos y al normal funcionamiento del sistema inmunitario, en forma líquida, o adaptados para los más pequeños como Vitadé.
Pero igual de negativo es el déficit como lo es un exceso, que puede afectar a nuestro sistema digestivo, evitando que nuestro intestino llegue a absorber calcio innecesario, por ejemplo. “El exceso de vitamina D en nuestro cuerpo es igual de perjudicial que lo es el déficit, no debemos excedernos porque puede tener consecuencias negativas para nuestra salud como pueden ser problemas en el aparato digestivo, confusión o desorientación, debilidad en los huesos, desarrollo de cálculos renales o incluso arritmias cardiacas”, comenta Reme. Además, añade que “este exceso se podrá manifestar de diferentes formas, como es la falta de apetito, náuseas, vómitos, debilidad, hipertensión arterial, sed e incluso nerviosismo; por lo que es importante tomar únicamente los suplementos indicados”.
Fuente: Mifarma