Cómo ser vegetariano y comer el menú del día

28/09/2012

Un vegetariano ha de saber buscarse la vida -o mejor dicho, ingeniárselas para comer algo sin carnes- en cualquier lugar y situación. En casa, evidentemente es fácil, uno ya tiene la despensa y la nevera con su selección de alimentos, pero los problemas pueden venir cuando se come fuera.

En el día a día laboral muchos recurren al táper, pero si hay que socializar o si no se ha preparado nada en casa, lo que queda es el menú del día que ofrecen los restaurantes. En la primera mirada a la carta, parecerá que no se puede comer nada, sin embargo siempre hay opciones. Por ejemplo, el primer plato casi nunca es un  inconveniente, porque ahí abunda la oferta vegetariana: ensaladas, sopas, arroces, verduras cocidas… El postre tampoco es problema; suele haber mucho lácteo en forma de yogur, helado, flan o tarta de queso. E incluso si se es vegano, aunque sea una fruta, también se puede tomar.

El asunto a resolver está en el plato principal, en donde el 100% de la oferta suele ser a base de carnes, excepto raras excepciones de restaurantes new age que pueden tener algo de seitán o tofu. Una recomendación: inútil pedirle al camarero que recomiende algo en caso de ser vegetariano, porque acabará trayendo canelones de pescado. (Ya hemos comentado en otro artículo que hay alguna confusión y muchos piensan que los vegetarianos comen pescado, marisco o jamón).

Los buffets pueden ser una buena opción para un vegetariano, especialmente los orientales¿Solución? Fácil, pida usted dos primeros, uno más light como ensalada o sopa y otro con algo más de “cuerpo” como arroz, lentejas (¡pero sin chorizo!), pasta con salsa de tomate (como la comen los niños, muy básica), o incluso unas verduras gratinadas con queso. Como comida de medio día, al final no está nada mal, es más digestiva y si luego se ha de seguir trabajando cunde más a nivel rendimiento.

Los lugares que tienen el estilo de buffet libre pueden ser una buena opción para un vegetariano porque hay bastante para escoger, y los orientales (chinos y japoneses) aún mejor, porque ahí sí que se acostumbra a tener al menos algo de tofu.

Si no hemos tenido tanta suerte con la oferta del restaurante, es decir, si entre los primeros no hubo algo más contundente, lo que queda es compensarlo en la cena de casa, pero tampoco hay que pasarse porque como dice el refrán: «desayuna como un rey, pero cena como un mendigo».