Dispensadores de geles hidroalcohólicos a la entrada del local, control de la temperatura a los empleados, separación entre comensales, reducción del aforo, cartas online, mayor amplitud de terrazas… Aunque aún no hay una fecha clara para la apertura de bares y restaurantes en España, ya que ésta dependerá de la fase en la que se encuentre cada provincia en el plan de desescalada anunciado esta semana por el Gobierno, lo cierto es que el deseo de que la campaña de verano no se eche a perder en un país que vive del turismo, ha motivado que el sector haya comenzado a trabajar en una hoja de ruta para abrir sus negocios garantizando la seguridad de los clientes. En el camino hay muchas incógnitas y aún es pronto para despejarlas. ¿Serán suficientes estas medidas?, ¿podrán hacer frente los hosteleros a la inversión?, ¿cuántos negocios echarán el cierre definitivamente por no poder adaptarse a la nueva realidad?
Según el Anuario de la Hostelería de España 2019, en España hay 314.311 establecimientos dedicados a la hostelería. Todos ellos ávidos de abrir. Sin embargo, todo hace presagiar que serán los últimos en levantar sus persianas, una circunstancia que preocupa, y mucho, tras haber perdido la campaña de Semana Santa y con la temporada de verano a la vuelta de la esquina. Quizás sea el interés del colectivo por adecuarse cuanto antes a la nueva realidad lo que ha motivado que el sector se haya puesto a trabajar en un escenario que trata de devolver cierta normalidad en un contexto de absoluta anormalidad.

En este sentido, la Asociación de Hostelería de Madrid ha elaborado una Guía técnica sanitaria que da pistas sobre cómo pueden ser nuestros bares y restaurantes en un futuro cercano. Si el único antídoto conocido hasta el momento para hacer frente al coronavirus es la limpieza, en la restauración no iba a ser una excepción. Extremar la higiene y la limpieza en los establecimientos hosteleros será la premisa por la que se deberá regir cualquier local que quiera reabrir sus puertas, siempre y cuando el Gobierno lo permita, claro está.
Según esta guía, los clientes deberán lavarse las manos con geles hidroalcohólicos en la entrada del local y a la salida de los aseos, se incrementarán las frecuencias de limpieza en los puntos donde más se toca (tiradores, picaportes, servilleteros, combos de aliño…), se desinfectarán las mesas y las sillas y se ventilará después de cada servicio. Los restaurantes únicamente podrán ofrecer su servicio de sala durante la fase 2 –prevista para el 25 de mayo, si todo va bien-. En ese escenario no se permitirá el servicio de barra.
La distancia también será una tónica general en los restaurantes, al menos, se deberá guardar una separación entre los clientes de 1,5 metros, lo que hará que los bares tengan que reducir hasta un tercio su capacidad. Eso conllevará que algunos locales tengan que escalonar el horario de sus comidas y restringir el acceso de los clientes para que les compense abrir. Para ello, por ejemplo, la Junta de Andalucía limitará a media hora el tiempo que los clientes pueden permanecer desayunando, periodo que se alargará a 90 minutos en el caso de las comidas principales. También en esta comunidad, no se permitirán reservas de más de cuatro personas a menos que puedan justificar su convivencia.
A estas medidas se suman la del pago con tarjeta, el uso de cubiertos desechables en algunos establecimientos y la consulta de la carta a través de dispositivos electrónicos.

Aunque la colocación de mamparas divisorias entre comensales es una solución que se ha contemplado en varios países y negocios, no es una medida que se baraje en España, a menos de forma generalizada. Sí que hay algunos establecimientos que han comenzado la instalación de estas mamparas pero no es un recurso que cuente con el beneplácito de la patronal de Hostelería de España, la cual considera esta inversión como “inasumible para el sector”, teniendo en cuenta las pérdidas acumuladas por el cierre de negocios y el incierto horizonte que les espera durante los próximos meses.
LAS TERRAZAS ¿UN RESPIRO?
Si en el interior de los bares la distancia se reduce, en el exterior podría ampliarse. Ésta es, al menos, una de las medidas que han planteado algunas asociaciones de hostelería, como ASHOTUR o la Federación de Hostelería de Valencia, que abogan por ampliar la zona de terraza en bares y restaurantes, siempre y cuando lo permita la vía pública; aumentar el horario de cierre de las mismas y extender hasta el otoño –o durante todo el año- la apertura de las terrazas.
De momento, las terrazas serán las primeras en abrir, lo harán en las zonas que se encuentren en la fase 1 –prevista que se inicie, si todo va bien, el 10 de mayo- y con un 30% de su capacidad para respetar el distanciamiento social.
Sea como fuere, volveremos a nuestros bares, aunque como reza la canción “ya nada volverá a ser como antes.”
