Si estás leyendo este artículo es muy probable que encajes en el siguiente apartado: “persona con un creciente interés por el mundo vinícola pero no experta en la materia y que quiere aprender más sobre vinos”. Si ese eres tú: enhorabuena, has aterrizado en el artículo correcto.
Primero, te dejamos un enlace para que puedas familiarizarte con las nociones principales de la cata, de forma que puedas catar un vino tu mismo e interiorices ciertos conceptos para el día a día:
Cómo catar un vino para «parecer» un sumiller
Después, y tal y como nombramos a este artículo, repasemos un par de trucos que te ayudarán en estos primeros pasos de tu larga carrera como “sumiller amateur”.
1- La selección del vino

Los vinos deben elegirse en función de la situación en la que los tomaremos. Esto que parece una perogrullada es un concepto fundamental a la hora de escoger un vino u otro. La comida que vayamos a comer, si es un vino para una celebración especial, para el día a día, para sorprender a alguien o para brindar por una buena noticia condicionarán la elección del mismo.
En lo que ha maridajes se refiere, quédate con estos conceptos básicos (según vayas profundizando podrás jugar con diferentes maridajes más especiales y combinar de otra forma los vinos):
- Vinos blancos: entrantes ligeros, alimentos cremosos y pescados.
- Vinos tintos: guisos, potajes, asados y carnes rojas.
- Vinos espumosos: alimentos salados, quesos y mariscos.
- Vinos dulces: postres.
2- El descorche del vino

Debes tener presente que descorchar la botella puede no ser tan sencillo como parece si no tienes cierta experiencia. Olvídate de tu “fuerza bruta” para esta tarea y realiza el movimiento con delicadeza y firmeza. Es fundamental que el sacacorchos que uses sea de buena calidad (existen algunos sacacorchos con sistemas automatizados que sacarán el corcho sin ningún tipo de problema) y que tengas en cuenta la siguiente afirmación: lo que gira es el sacacorchos, no la botella.
3- La decantación y la oxigenación en los vinos

En mil ocasiones habrás escuchado el tema de la decantación y de la oxigenación de los vinos. Para empezar, debes saber que esto se hace para que el vino mejore sus características después del tiempo que ha estado cerrado en la botella. Para ello puedes usar alguno de esos dos métodos:
- Decantación: este proceso consiste en separar las partículas que contiene el vino vertiendo el líquido en otro recipiente. Una buena opción para los vinos que tienen posos.
- Oxigenación: se realiza para darle al vino fuerza, por ejemplo con vinos que se abren antes de tiempo.
4- La copa de vino

No todas las copas valen, al igual que no todas las copas tienen el mismo efecto sobre el vino. Cada tipo de vino tiene su copa ideal, aquella que potencia las características del propio vino debido a las suyas propias. Como norma general, podemos decir que:
- Para vinos potentes, copa tipo balón.
- Para vinos finos, copa estrecha.
5- La temperatura de los vinos

La temperatura puede perfectamente arruinar un vino: tanto si el vino que vas a servir está a más temperatura o por el contrario está demasiado frío. Es fundamental que sepas la temperatura ideal del vino que vas a tomar para que este desprenda sus aromas y sabores en todo su esplendor. Las temperaturas recomendadas por tipo de vino son:
- Blancos jóvenes, espumosos, finos y manzanillas: de 5º a 8º
- Rosados y blancos muy dulces: de 8º a 10º
- Blancos con crianza, amontillados, olorosos y oportos: de 10º a 12º
- Tintos jóvenes con pocos taninos: de 12º a 14º
- Tintos con crianza: de 14º a 16º
- Tintos reserva y gran reserva: de 17º a 18º