Los europeos tiramos un porcentaje altísimo de comida y los españoles no somos menos: la falta de organización hace que en muchos casos se estropee la comida que compramos y que no cocinamos. Desde Con Mucha Gula, y por iniciativa de la OCU proponemos unos consejos para ahorrar en la comida desde el mismo momento de la compra:
- Hacer una lista de la compra en casa, comprobando lo que ya tenemos y lo que nos falta.
- Repasar las fechas de caducidad de lo que tenemos almacenado en casa.
- Planificar, si es posible, menús semanales y comprar en base a estos menús, especialmente los alimentos frescos, carnes y pescados, frutas y verduras.
- A pesar de llevar una lista de la compra ser flexibles en las tiendas a los productos de temporada: pescados, frutas y verduras que pueden variar de precio según mercado, y también algunas carnes. Sustituirlos en nuestra lista para no llevarnos más de lo necesario. Si hay una buena oferta, convendrá aprovechar y congelar.
- No caer sistemáticamente en la tentación de los formatos ahorro: estudios sobre los 3×2 o el «uno gratis» demuestran que no siempre es realmente más barato comprar con estas ofertas e incluso a veces no da tiempo a consumir todo antes de que se estropee.
- En frutas y verduras, los productos más feos o de pequeño tamaño suelen ser más baratos y no son peores, pueden ser una opción y es recomendable no desecharlos por principio.
- Algunas fruterías ponen productos más en el límite de su consumo óptimo o más feos a la vista en oferta en una zona aparte, pueden ser una buena opción para ahorrar si vamos a usarlo de inmediato.
- Saber comprar las diferentes piezas de carne y diferentes pescados es bueno, ahorramos y compramos lo necesario. Si pedimos al corte, ya sea pescado, carne o pollo, podemos pedir los recortes (espinas, huesos, etc.) y nos servirán para hacer caldos. En estos casos no lo tiramos nosotros pero, de este modo, evitaremos que otros lo desperdicien.