Hubo un día, allá por 1879, un ingeniero alemán de nombre Karl von Linde cambió el mundo para siempre: fabricó el primer frigorífico. Desde entonces la forma de conservación de los alimentos supuso un salto de gigante en la salud alimentaria y en la gastronomía mundial. Pero ¿se conservan los alimentos igual en verano que en invierno?. La respuesta es simple: no. La temperatura ambiente que tenemos en el interior de nuestras casa puede variar muchos grados en función de la estación del año, por lo tanto la temperatura de nuestro frigorífico también. A no ser que tengamos un sistema de refrigerado que mantenga la casa a la misma temperatura los 365 días del año, es inevitable que nuestro frigorífico sufra pérdidas de temperatura.
Pero que no cunda el pánico, siguiendo una serie de sencillos consejos podremos minimizar estos cambios de temperatura para que nuestros alimentos, aunque en el exterior hagan unos agradables 40º a la sombra, sigan frescos e intactos. Beko (marca internacional de electrodomésticos de Arçelik Group) nos da estos 5 consejos:
- No colocar los alimentos frente a los sensores, canales de aire o ventiladores del frigorífico. Parece una perogrullada pero en muchas ocasiones, con las prisas o la pereza por bandera, en lugar de colocar dejamos caer, y los alimentos se acumulan en lugares inadecuados del frigorífico obstruyendo por ejemplo el paso del aire, lo que supone problemas de enfriamiento.
- No llenarlo mucho. Hay veces que parece que vaya a llegar una nueva guerra mundial y debamos encerrarnos en casa durante un par de años para sobrevivir. No es cierto. De momento, crucemos los dedos, nuestros supermercados siguen abasteciéndose con normalidad (prueba de ello es la reciente crisis del Covid-19) así que es preferible comprar una vez a la semana o cada 15 días y no llenar el frigorífico en exceso ya que acarrea problemas de temperatura, así como de circulación del aire, enfriamiento o incluso en el cierre de puertas.
- Guardar los alimentos en recipientes. El bendito tapper entra en juego en este apartado, así como los cajones verduleros. Los alimentos que están guardados en recipientes colaboran con un mejor funcionamiento del frigorífico, manteniéndose en mejor estado.
- No juntar alimentos fríos y calientes. Si introducís en el frigorífico un preparado caliente, ponéis en riesgo tanto la correcta conservación de dicho alimento como la temperatura del frigorífico. Al elaborar una receta, deja que atempere a temperatura ambiente antes de introducirla en el frigorífico.
- Mantén el orden. Muchas veces se nos acumulan en la nevera alimentos que ya han caducado, lo que hace que consuman un espacio que nos podríamos ahorrar y por consiguiente su correspondiente energía.