Desde Barcelona nos informan de la puesta en marcha de Cookflat, una excelente idea para ampliar nuestra cultura gastronómica.
A través de esta web social, los participantes, de distintos orígenes, regiones, países, culturas y profesiones, darán a conocer su cocina tradicional a los invitados, a quienes recibirán en su propio domicilio y con los que compartirán alrededor de la mesa su gastronomía y cultura.
Los usuarios de la web, una vez registrados, podrán elegir entre una gran variedad de propuestas de menú, tan diversas como la procedencia de los anfitriones que las ofrecen. De este modo, uno puede ir a cenar a casa de una taiwanesa, un iraní, una sarda, un japonés, una peruana, un andaluz, un catalán, una madrileña y de un largo etcétera de procedencias que se irá incrementando. Lo mejor de todo, poder probar sus platos tradicionales.
Por ahora, se puede disfrutar de esta experiencia en Barcelona y Madrid. Sin embargo, la web pretende extenderse a otras ciudades nacionales e internacionales, contemplando a Málaga, París y Londres como próximas incorporaciones. Una excelente idea que resulta interesante tanto para el público local que quiera conocer la cultura y gastronomía de personas de otras regiones y países que residen en su ciudad, como para turistas y viajeros interesados en descubrir la cocina y costumbres de la gente autóctona del lugar visitado.
En Cookflat los anfitriones reciben invitados puntualmente, algunos días a la semana o al mes, en un único turno para comer o cenar, por lo que se hace imprescindible reservar con antelación. Se trata de un evento privado, similar a cuando se acude a casa de unos amigos y se lleva el vino, con la diferencia de que, en esta ocasión, hay una aportación económica para cubrir el coste de los productos que el anfitrión cocinará para el invitado y sus acompañantes.
Una oportunidad excelente de conocer gente, descubrir otras culturas y maneras de vivir, incluso de hacer nuevas amistades a través de esta vivencia culinaria. Como dijo Cicerón, «el placer de los banquetes no debe medirse por la abundancia de los manjares, sino por la reunión de los amigos y por su conversación».