La alimentación y las pautas alimentarias que seguimos durante todo el año no son las mismas que en verano. Las vacaciones, los cambios de temperatura, la ruptura de rutinas o los desplazamientos son algunas de las circunstancias que hacen que modifiquemos nuestra forma de comer en estos meses. Y en ocasiones, estos cambios de hábitos suponen trastornos digestivos, algo más común de lo que parece en estas fechas.
Las intoxicaciones alimentarias producidas por bacterias o virus son las más comunes en verano, principalmente las Campylobacter (67 % de los casos), la Salmonella (27 %), la Escherichia coli (3 %) y la Listeria monocytogenes (1 %). Además de estas bacterias, existen otros problemas asociados a la alimentación en esta época como el estreñimiento, los empachos provocados por comidas abundantes o los gases.
Resumiendo, los principales trastornos digestivos que nos encontramos en verano son:
- Intoxicaciones alimentarias
- Gases
- Acidez
- Estreñimiento
- Digestiones pesadas
- El corte de digestión
Para prevenir todo esto, os damos una serie de consejos que harán que disfrutéis del verano sin que vuestro estómago sufra

- Un correcto lavado de manos: esto es algo que hemos oído mucho últimamente y es que lavarse las manos bien y a menudo es una de las principales armas para huir de virus y bacterias. Antes y después de cada acción que hagamos, desde ir al servicio, dar una vuelta, comer, estornudar o hacer deporte.
- Cocinar los alimentos: una forma de eliminar los patógenos que se encuentran en los alimentos es cocinarlos bien, de esa forma evitaremos, entre otras cosas, al temido anisakis.
- Cuidar la cadena de frío: uno de los grandes fallos que cometemos en estas épocas es el cambio brusco de temperaturas en los alimentos. Es fundamental no romper la cadena de frío para que no suframos ninguna intoxicación. La nevera debe estar por debajo de los 4,4º y el congelador por debajo de los -18º.
- El agua segura: por muy atractiva y refrescante que pueda parecer el agua del río o de una fuente que no conozcas, únicamente debes beber agua segura, preferiblemente embotellada
- Ojo con la leche sin pasteurizar: al pasteurizar la leche se produce un proceso térmico que elimina sus patógenos, por ello es preferible no consumir leche si no tenemos claro que está pasteurizada.
- Hidratarse: siempre, pero más en verano, la hidratación es fundamental.
Si sigues estos consejos, ¡podrás disfrutar del verano sin molestia alguna!
FUENTE: DOSFARMA