La D.O.P Cariñena va acompañada siempre de su leitmotiv, ese que une a sus vinos con la piedra. Los terrenos en los que se cultivan estas vides son tierras pedregosas y difíciles de trabajar, terrenos en los que los viticultores de Cariñena se dejan la piel para conseguir sacar de ellos estos singulares vinos. Y es que son precisamente las características de este terroir las responsables de conseguir unos vinos excepcionales, con uvas concentradas y de un intenso sabor, fruto de las condiciones de vida extremas a las que se ve sometida la vid.
Su área de producción se ubica en el valle del Ebro y se extiende por 14.110 hectáreas. Las poblaciones con viñedo son: Aguarón, Aladrén, Alfamén, Almonacid de la Sierra, Alpartir, Cariñena, Cosuenda, Encinacorba, Longares, Mezalocha, Muel, Paniza, Tosos y Villanueva de Huerva. Más de 1.300 vinicultores se esfuerzan cada día en cuidar sus tierras y conseguir vinos gran calidad.
Unos vinos que aún están por descubrir.

Breve historia de la D.O.P Cariñena
Hablar de Cariñena es hablar de los viñedos aragoneses. Y su historia se remonta al siglo III a.C. en dónde existen vestigios que apuntan a que los habitantes bebían vino con miel. Y esto sucedía en la villa romana Carae. Hoy, renombrada Cariñena.
Posteriormente, en 1415 se tiene constancia de que Fernando I de Aragón los incluyó entre sus alimentos favoritos para alguno de sus viajes. Pero no fue el único ilustre que menciona a los vinos de Cariñena. Voltaire, el famoso escritor e intelectual francés, escribió al Conde de Arana: « Si este vino es de vuestra propiedad hay que reconocer que la tierra prometida está cerca«.
En 1932, fecha en la que se crean las denominaciones de origen, se inaugura en Cariñena la Estación Enológica pero debido a la guerra civil, no es hasta los años 60 cuando los vinos dan ese salto de calidad que pretendía dicha estación.
La colección Premium de Raúl Igual de la D.O.P Cariñena
Dice Raúl, con mucho sentido común que «es muy complicado poder seleccionar los vinos más representativos de una Denominación de Origen«. Sin duda es una tarea complicada y algo injusta, ya que el trabajo de todas las bodegas que se esfuerzan en conseguir vinos de calidad, las pequeñas y las grandes, merecerían formar parte de esta selección.

Dicho esto, si existe una voz autorizada para seleccionar los vinos más representativos de la D.O.P Cariñena, este es Raúl Igual. Aragonés y turolense, Raúl ha formado parte de proyectos como El Bulli o Zalacaín y en 2007 abrió su propio restaurante en Teruel, Yain, que significa vino en Hebreo. Mejor sumiller de España en el año 2010 y mejor Sumiller IWC (International Wine Challenge) en 2021, esta es la selección de la DO que nos propone y sus comentarios de cata:
Vinos blancos
Anayón Macabeo, de Grandes Vinos
Vino blanco pleno de fruta madura y textura glicérica. Este vino es una buena interpretación de la capacidad de adaptación de viñas viejas, de carácter concentrado e intenso. Con un buen criterio ha realizado fermentación maloláctica y envejecimiento en barrica, aportando un carácter graso, más volumen y aromas de vainilla que combinan perfectamente con los aromas frutales de la fruta blanca de su juventud.
Elements Lluvia, de la bodega Ignacio Marín
Las variedades blancas adaptadas a climas cálidos ofrecen vinos glicéricos y estructurados como este. Con un delicioso carácter de fruta blanca madura, flores blancas, recuerdos herbáceos y lácteos. En la boca es seco con un cuerpo amplio y largo final marcado por por un ligero amargor bien integrado que le aporta profundidad y completa un estilo graso y complejo.
Las Margas Garnacha Blanca, de Bodem Bodegas
El día que caté este vino por primera vez intuí un vino que todavía estaba en desarrollo y que necesitaba unos meses para expresas todo su potencial. Seguramente, en el momento que usted tenga esta botella en sus manos será un momento fantástico para su consumo, pues habrá desarrollado sus aromas de fruta blanca fresca muy limpia que busca la nobleza, toques florales y vegetales perfectamente bien integrados, con un excelente trabajo de lías y envejecimiento que respeta los aromas de juventud y permiten adquirir mayor complejidad y volumen.

Vinos Tintos
Anayón Cariñena, de Grandes Vinos
Los aromas de fruta roja y negra maduras se envuelven en violetas, tomillo y romero, la madera termina de dar complejidad a través de aromas de especias como la canela, la pimienta negra y el cuero. Un vino donde los aromas de fruta madura son acompañados por aromas terciarios y donde se vislumbra un largo envejecimiento potencial de guarda. De estilo clásico, es un vino impecable, que despierta en mí recuerdos de juventud y aprendizaje.
Anayón Garnacha, de Grandes Vinos
Quizás es uno de esos vinos explosivos que no dejan indiferente pero que, cuando se deja domar por una copa amplia que permita su oxigenación, comienza a expresar su pureza y su finura. Es un vino de intenso aroma a cereza pura, madura y jugosa que expresa la garnacha vieja, donde la barrica nueva de calidad no se oculta con aromas de vainilla y café en el que ambos compiten por sobresalir. Cuando el vino se oxigena, se unen mostrando una maravillosa elegancia y calidad, con volumen y cuerpo.
Elements Tierra, de Bodegas Ignacio Marín
Vino de carácter noble y limpio. La pureza de la fruta y la madera perfectamente bien integrada hacen de él un vino redondeo, con un ensamblaje impecable. El vino muestra claramente una meticulosa selección de uva en un momento óptimo de maduración, con una elaboración limpia y un envejecimiento que le aporta aromas terrosos, pizarrosos y especiados. Se siente claramente por un lado la juventud y, al mismo tiempo, la madurez de la crianza a través de un ensamblaje bien estudiado, convirtiéndolo en un vino complejo y delicioso.
Hacienda Molleda Cariñena, de Hacienda Molleda
Cuando el tiempo de envejecimiento y el carácter de juventud se encuentran en su punto óptimo son encontramos con vinos redondos como este, donde la fruta negra y jugosa se entrelaza con sutiles aromas de café y caramelo. Vino de corte clásico bien ensamblado que muestra el paisaje de un clima extremo y seco, marcado por veranos cálidos y largos permitiendo una maduración completa que muestra una fruta jugosa.
Pazina Última Garnacha, de Bodegas Paniza
La garnacha tinta, como uva perfectamente aclimatada e este clima, es capaz de dar vinos tan maravillosos como este, lleno de fruta roja madura, aromas de monte bajo y florales, con un sutil envejecimiento bien interpretado por parte de la bodega con el objetivo de ampliar sus aromas, sin ocultar su sabor a fruta jugosa y elegante.
Terrai OVC, de Bodegas Covinca
La concentración de este vino no deja indiferente. Muestra todo el potencial, el color y la fuerza de una fruta negra oscura e intensa, un vino con claro carácter de juventud que ha sido domado por una madera elegante que le aporta complejidad y le acompaña con sus aromas de canela y ahumados. Amplio, concentrado, oscuro, denso y maduro.
Torrelongares Gran Reserva, de Bodegas Covinca
El balance de la fruta roja y negra maduras, con el tiempo de crianza en barricas, es impecable; aportando complejidad a través de aromas de especias dulces, tabaco y ahumados, creando un equilibrio muy agradable y mostrando el potencial de envejecimiento que tiene la D.O.P Carriñena. Un vino Redondo, listo para disfrutar, que se encuentra un un buen momento de consumo.
Viñas Viejas de Paniza, de Bodegas Paniza
Vino de carácter sutil, fino y elegante que expresa un perfil delicado de garnacha como variedad representativa de los vinos de media crianza en Cariñena, donde los aromas puros de cereza madura y guindas dejan entrever un carácter de cacao, madera, tabaco y suelo de bosque en un envejecimiento con barricas usadas para respetar la fruta. Garnacha de corte tradicional bien elaborada, maduro y cuerpo ligero.
Mistelas de Garnacha
Aromas del Pilar, de Bodegas Hermanos Torcal
Es una asignatura pendiente volver a poner en valor las mistelas de Garnacha en Aragón. Este es uno de esos vinos que recuperan una tradición centenaria y lo hacen de manera noble y genial. Su densidad y colro profundo dejan intuir un vino de aromas de fruta concentrada, mermelada y violetas, con toques de tomillo y romero. En la boca es dulce y jugoso, sin ser empalagoso. Uno de esos vinos inolvidables que siempre que quiere compartir.