Éste será sin duda un año clave en la vida del cocinero malagueño Dani García, que con dos estrellas de la Guía Michelin por su restaurante Calima y once establecimientos de La Moraga ha decidido rescindir su contrato con Meliá Hoteles, renunciando a la preciada nómina, para alquilar el restaurante y emprender su propio camino: «Cuando empiezo a montar los bares la Moraga hay una pieza que no encaja, he estado intentando llegar a un acuerdo con ellos, les debo mucho por todo lo que han hecho por mí. Lo más razonable es que yo siguiera alli porque era el deseo de ellos y el mío, pero separados; no tenía sentido que yo montara una empresa como La Moraga o Mil Milagros y a la vez estuviera trabajando en otro sitio. Por lo tanto, al final lo más sensato era hacerlo como un alquiler y ya está».
¿Esto va a cambiar en algo su trabajo?
Creo que es un salto importante para nosotros. Antes estábamos marcados por unas reglas, a pesar de que yo no podía quejarme porque tenía bastante libertad en todos los sentidos, pero al estar dentro de un entramado tan grande como el de una empresa hotelera hay una serie de normas y unas cosas que no puedes hacer, a la hora de comprar productos o alguna máquina un año antes tenía que proponerlo para defenderlo. Ahora decido yo y punto: comprar en la lonja, ir a una tienda del barrio… Yo creo que para ellos era un punto incómodo, es un paso importante para los dos, sobre todo para mí, hemos firmado un contrato de diez años.
Uno de los cambios es que estais abriendo al mediodía…
Sí, los viernes y sábados, es una decisión que hemos tomamos nosotros, y lo hemos hecho porque dejamos a tanta gente fuera en las reservas que se nos ocurrió hacerlo asi para que puedan venir más personas si lo desean, aunque no sea en las cenas.
Se le ve contento…
Super contento, ha sido un momento decisivo, y aunque se que es una responsabilidad no me da miedo, sé lo que da de sí el negocio, cómo funciona, sé lo que pierde…
¿Lo que pierde, ha dicho?
Sí, desde luego sé que se pierde dinero, y lo he hecho con todas las consecuencias. Ahora tenemos otras fuentes de ingresos, los bares, etc; hay colchones y paracaídas para sustentar Calima… y los utilizaremos.
Otra de las novedades para esta temporada es la contratación para el restaurante de un nuevo sumiller: José Ramón Godoy, colaborador de Con Mucha Gula y que antes ejercía de sumiller en el hotel Viura en Rioja Alavesa y que se incorpora a la plantilla de Calima para ofrecer su toque personal.