En Madrid se producen vinos desde hace siglos. Los romanos, grandes aficionados al vino, pudieron introducir el cultivo de la vid si es que no estaba ya implantado. Pero es durante los siglos XIII y XIV cuando la producción de vino cobra verdadera importancia y llegan al siglo XV con un aura de prestigio, como aparece en citas literarias como las del Arcipreste de Hita, que cuenta que esos «buenos vinos» eran exportados a otras localidades. En 1481, el concejo madrileño establece sus condiciones de venta y en carta enviada a los dignatarios de Burgos se determina que «los que vengan de allá por vino, vengan cargados de pescado, y que si no lo truxeren que no llevarán vino».

La nueva historia de los vinos madrileños arranca en 1984, con el reconocimiento de la Denominación Específica Vinos de Madrid, que en 1990 quedaría ya establecida como Denominación de Origen. La región vinícola está dividida en cuatro subzonas: San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero, Arganda y El Molar, con más de 8.000 hectáreas de viñedo. Actualmente, están acogidas 51 bodegas, la mayoría en la subzona de Arganda, y alrededor de 110 marcas de vino.
Pídelo así: #unodemadrid

Los vinos madrileños empiezan a encontrar su lugar en las cartas de vinos de los restaurantes de la Comunidad de Madrid y pueden pedirse por copas en bares y tabernas. «Hay que romper tópicos y apostar por nuestros vinos, reclama Antonio Reguilón, presidente de la DO Vinos de Madrid, porque hay mucha variedad y están demostrando que son vinos de calidad, cada vez más». Desde el Consejo Regulador animan a pedir los vinos madrileños en las barras de los bares con un hastag que han creado para promocionar su consumo: #unodemadrid.

Las cifras atestiguan el aumento de las ventas (un 21% más en 2021 respecto al año anterior) y los premios no paran de llegar, el último, un Gran Bacchus de Oro (la máxima distinción) para Las Moradas de San Martín «Libro Once. Las Luces 2011», de garnachas centenarias, elaborado con una añada excepcional como fue la 2011.
Enoturismo por Arganda… ¡hasta en Metro!
Una buena forma de conocer los vinos de Madrid es probarlos en su propia bodega, practicar en el enoturismo en la Comunidad de Madrid por las diferentes subzonas, siguiendo las Rutas del Vino de la DO Vinos de Madrid. La subzona de Arganda, situada en el suroeste de la región, es la más extensa, con 30 municipios y 37 bodegas. A algunas se puede llegar incluso en Metro, como a la Cooperativa Vinícola de Arganda que acoge en sus instalaciones el museo del Vino de Arganda. De aquí parte una ruta con el ferrocarril y el vino unidos que nos lleva hasta Tielmes, donde se puede visitar la Bodega Tagonius para conocer sus vinos, muy reconocidos y premiados desde hace tiempo. Tagonius es el nombre que los romanos dieron al Río Tajuña que discurre por el pueblo. Nuevo Baztán es otra parada. Este es un pueblo muy singular pues fue creado por el intelectual, periodista y político, Juan de Goyeneche como un pequeño centro industrial, a finales del siglo XVIII. Tiene poco más de 6.000 habitantes y allí está la Bodega Cuarto Lote, que elabora sus vinos de forma sostenible.

Colmenar de Oreja ha sido nombrada la primera Ciudad del Vino de Madrid, es el pueblo con más bodegas en su haber y es muy recomendable la visita a las de Pedro García, Peral y Jesús Díaz. Su historia vinícola nos lleva a conocer que aquí se fabricaban las tinajas para fermentar y guardar el vino. Muy cerca, en Valdelaguna, se pueden visitar los restos de un molino aceitero, una antigua prensa de vino y las Bodegas Pablo Morate con su completo museo y una cata final. La ruta continúa por Chinchón, con su bella plaza mayor con balcones, soportales y buenos mesones donde se pueden catar los vinos de la zona, como los Del Nero y Val Azul. De Villaconejos son famosos sus melones pero también se hacen buenos vinos y aceites.

En Morata de Tajuña nos espera Bodega Licinia y Bodega Muss. La ruta finaliza en Aranjuez, Real Sitio y Villa cuyo Paisaje Cultural es Patrimonio de la Humanidad por su Palacio Real y los hermosos jardines. En Aranjuez destaca la Bodega del Real Cortijo, que se construyó en 1782 por orden de Carlos III y perteneció a la Casa Real hasta el reinado de Isabel II, es la única bodega de la Corona Real y está tan solo a media hora de Madrid. También os aconsejo conocer la Bodega El Regajal. En la finca que lleva su nombre habitan 77 especies de lapidópteros (mariposas) y se elaboran unos vinos muy especiales.
Navalcarnero, los vinos del Sur
La fama de los vinos de Navalcarnero son bien conocidos y hay historias tan curiosas como la que recuerda que el alcalde de Móstoles, Andrés Torrejón, no declaró la guerra a los franceses hasta que se hubo comido un cocido madrileño con unas jarras de vino de Navalcarnero.

Esta zona se sitúa en el centro-sur de la Comunidad de Madrid, atravesada por el río Guadarrama, y la localidad de Navalcarnero tiene muchos atractivos turísticos, empezando por su hermosa plaza, un museo del vino, restaurantes donde probar sus famosos asados y el cocido, y cinco bodegas: Muñoz Martín, situada en pleno casco antiguo de la villa desde 1930, Andrés Díaz, A Pie de Tierra, Marqués de Griñón, en Aldea de Fresno, y la Cooperativa de Nta. Sra. de la Soledad, en El Álamo.
Las joyas de San Martín de Valdeiglesias

La ruta más occidental de los Vinos de Madrid abarca nueve términos municipales sobre los que se distribuyen las 12 bodegas inscritas en la D.O. Vinos de Madrid. Hay bodegas en Cadalso se los Vidrios, Navas del Rey, Cenicientos, Villa del Prado y San Martín de Valdeiglesias. Y aquí nacen vinos excelentes, a los pies de la sierra de Gredos, con viñedos centenarios en suelos de granito donde se rinde culto a la Garnacha y a la Albillo Real. Bodegas tradicionales se unen a nuevos proyecto, como Tierra Calma, que ha recuperado viñas viejas y trabaja en ecológico, hay actividades en el viñedo y la oportunidad de catar vinos excepcionales como los que nacen en Las Moradas de San Martín.
Los vinos de El Molar recuperan la historia

La nueva subzona de El Molar es la única que se encuentra en el norte de la región y está constituida por Colmenar Viejo, El Molar, El Vellón, Patones de Arriba, Pedrezuela, San Agustín de Guadalix, Talamanca del Jarama, Torrelaguna, Torremocha del Jarama, Valdetorres de Jarama y Venturada. Una ruta que discurre junto a la N-I y que nos lleva a conocer la historia de las Cuevas del Vino de El Molar. Las más antiguas, de origen árabe, datan de los siglos IX y X y en ellas podemos probar el vino de la zona acompañado de la comida serrana, asados y carnes a la parrilla. En la actualidad hay tres bodegas dentro de la DO Vinos de Madrid: Tinta Castiza y Viña Sebastián, en El Molar, y Viña Bardela, en Venturada.