La familia Sanz-Cid, propietaria de la finca y la bodega Dehesa de los Canónigos, recibió un emotivo homenaje de amigos, clientes y colaboradores en la celebración de los 25 años de su primera añada de vinos en 1989. Dueña de Dehesa de los Canónigos desde 1931, la familia ha demostrado un respeto y amor a la tierra que han logrado hacer trascender a sus vinos, el producto estrella de una finca de 600 hectáreas en las que se reparten campos de labor, pinares y viñedos con los que los Sanz-Cid se han enamorado y comprometido.

Hospitalidad, familia y tradición son claves en Dehesa de los Canónigos, y de ello dejaron constancia las diferentes personalidades que tomaron parte en el evento de la celebración, dirigido por la periodista Loles Silva y que arrancó con Javier Pérez de Andrés, periodista y gastrónomo, con intervenciones en vídeo de quienes no pudieron asistir por sus compromisos profesionales: el torero Enrique Ponce, el presentador de informativos Pepe Ribagorda, ambos padrinos de la bodega, y el corresponsal de RNE en Israel, Francisco Forjas.
En el acto también participaron diferentes personalidades públicas, que fueron manifestando su reconocimiento a la familia Sanz-Cid, mostrándoles cariño y respeto, entre las que se contaban Juan Vicente Herrera, Presidente de la Junta de Castilla y León, José María Aznar, expresidente del Gobierno, quien acudió acompañado por su esposa la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; Juan José Lucas, Vicepresidente del Senado y Javier León de la Riva, Alcalde de Valladolid entre otros. Asistieron también representantes diplomáticos de varias nacionalidades, entre ellos Bernardo Córdova, Cónsul de México en España, que demostró especial sensibilidad y conocimiento de los vinos y la gastronomía española.
La ceremonia concluyó con un sorprendente espectáculo de arena, en el que el artista Felipe Mejía representó la historia de la bodega y el importante papel de los viñedos propios de esta bodega familiar, fue uno de los puntos principales del evento. La familia Sanz Cid, una de las fundadoras de la Denominación de Origen Ribera del Duero, fue la protagonista de un vídeo-homenaje a toda una trayectoria en el mundo del vino y en el que se reconocen los valores humanos de Luis Sanz y María Luz Cid.
La quinta generación dedicada al vino es la mejor referencia de un producto excepcional. Belén, una de los cuatro hijos de Luis y María Luz, es la enóloga de la bodega y, junto con su hermano Iván, el gerente, dirigen Dehesa de los Canónigos. Belén forma parte de la joven y brillante cepa de enólogos que está encumbrado el vino español a lo más alto. Y son precisamente quienes desde la cuna han estado involucrados en la viticultura, por tradición familiar, con la diferencia de que además tienen una formación técnica completa y rigurosa, que se han preocupado de adquirir estudiando por todo el mundo en las mejores instituciones, formación a la que las generaciones anteriores, en su mayoría, no tuvieron acceso, y aunan la sabiduría y experiencia heredada de antaño con los conocimientos y fundamentos más actuales.
Belén logra hacer de sus vinos un referente de la Ribera del Duero. Su estilo propio a la hora de elaborar en el que aparece la impronta adquirida de su padre Don Luis, quien siempre ha tenido como lema «antes uvas que cubas» y que, sin duda, ha sabido interpretar, con una producción limitada a 200.000 botellas anuales, muy inferior al potencial de las 60 hectáreas actuales de viñedo de la finca, primando la calidad en el riguroso trabajo de la bodega con una vendimia que siempre realizan a mano y una buena labor en la posterior mesa de selección hace que sólo se elaboren las mejores uvas, garantizando el mejor producto, que el criterio enológico de Belén Sanz enriquece y afina sin dejar que se pierda la esencia de la fruta, logrando vinos muy elegantes con las complejidades presentes en su justa medida para resultar siempre muy agradables. Una línea a seguir, honesta y acertada, de la que Dehesa de los Canónigos hace bandera y que les aporta resultados, logrando el reconocimiento merecido y además estar muy bien posicionados en los más importantes mercados internacionales.
Dehesa de los Canónigos no es sólo vino, es un entorno privilegiado. No en vano, la bodega se encuadra en un caserón del siglo XIX de estilo vasco, rodeado de viñedos y pinos centenarios. Iván Sanz hace gala de la hospitalidad familiar, es el perfecto anfitrión para lo que han venido a denominar, y no sólo en las redes sociales, #experienciadehesa, desarrollando actividades enoturísticas memorables en el envidiable marco natural y arquitectónico que la finca proporciona.