Andrea Tumbarello

Don Giovanni: Esto sí que es una trattoría

Andrea Tumbarello ha convertido Don Giovanni, no sólo en el restaurante italiano más conocido de la capital, sino también en un lugar de encuentro acogedor y lleno de amigos

Eva Celada14/03/2014

Andrea TumbarelloAndrea Tumbarello ha convertido Don Giovanni en el restaurante más italiano de Madrid.

Su estética y su ética nos llevan a unos platos llenos de mediterráneo, pero también llenos de los frondosos bosques del norte del país, gracias a sus fantásticas trufas, de las que el milanés es un enamorado (no es de extrañar que le llamen «Andrea Trufarello»).

La sala tiene ese punto de cocina de familia: «En realidad nuestro restaurante es una tasca, una casa de comidas con ambiente familiar«, nos dice, que aporta el eficaz y discreto Senem García, hermanísimo de Abraham. En la cocina también trabaja un hijo del conocido chef de Viridiana. Muchos de sus platos se mantienen en la carta desde la inauguración del restaurante: Alcachofas fritas excelentes, el famoso Huevo Millesime, que se degusta con una exquisita focaccia, la Pasta con frutti di mare y esa salsa de tomate natural… todo en su punto, al igual que las pizzas, sobre las que ya le comentó Ferran Adrià a Tumbarello que si ponía un restaurante sólo de pizzas, triunfaría, y así es.

Huevo Millesime (Huevo con trufa negra)La Torrija de panettone también es un clásico del restaurante, como lo son también los magníficos gin-tonics y otras bebidas que se preparan para la sobremesa. No parece el sitio perfecto, por decoración, para estar horas tras la comida pero, sin saber por qué, te dan las tantas.

Y es que Don Giovanni te atrapa, es como viajar a Roma, Nápoles o Sicilia y entrar en una trattoría, donde las palabras -a veces ruidosas- de los comensales son la música, y el baile lo ponen esos camareros que casi intervienen en la conversación y que, como mínimo, te hacen sentir en casa. Andrea pasea de una mesa a otra, saludando con igual familiaridad a infantas que a periodistas, y a éso también debe, en parte, su éxito…