Ruta por Dubai

Ruta por Dubai: Qué ver y qué hacer en la ciudad del futuro

Nos vamos de ruta y os enseñamos los mejores planes para que sepáis que ver y que hacer en Dubai, una ciudad que tiene mucho que ofrecer

Joaquín del Palacio09/03/2009

Hace unos pocos años, tal vez 30 ó 40, en Dubái el mar y el desierto se encontraban. Además, se encontraban en soledad: el azul marino y los ocres terrosos se unían en la línea de la costa, sin más testigos que una pequeña población. Hoy en día, el paisaje ha cambiado; sigue habiendo desierto y mar, pero aquel encuentro se hace a través del colorido de una ciudad inmensa, llena de oficinas y residencias, de avenidas y de solares en obras, de mercados, hoteles y restaurantes. Hoy nos vamos de ruta por Dubai, un un lugar único y, probablemente, irrepetible.

Los Emiratos Árabes Unidos son siete y Abu Dhabi es el más grande e importante, pero Dubái, con solamente 3885 kilómetros cuadrados, es el segundo en importancia y el más espectacular. Más del 90% de su población es inmigrante, por tanto es un emirato multicultural, lo que le confiere un carácter peculiar en todos los sentidos. Esta población inmigrante es de alto nivel laboral, social y económico, y ello se nota en la seguridad y la limpieza de sus calles, en el trato educado de los ciudadanos y en la elegancia que tienen al vestir.

El famoso Skyline de Dubai

Ruta por Dubai

Lo más llamativo al aterrizar es ver la imagen del skyline de la ciudad, trae recuerdos de películas de ciencia-ficción como «Blade runner». La mayoría de sus rascacielos aún están en obras, pero antes de que se terminen esas obras habrá de nuevo tal cantidad de ellas nuevas que parecerá seguir igual. Algunos de sus edificios son ejemplo de la vanguardia arquitectónica: las Torres de los Emiratos, el hotel Burj Al Arab, el hotel Atlantis The Palm…

Además, actualmente, Dubái cuenta entre sus construcciones con la más alta del mundo, el edificio Burj Dubái, burj es torre en árabe, con 818 metros y aún sin terminar, aunque ha alcanzado ya la máxima altura que le hace ser la estructura más alta construida por el ser humano.

Sin embargo, cuando se recorre la ciudad se encuentran rincones que impactan aún más. Dubái solamente tiene setenta kilómetros de costa pero… ¡a ellos les parece poco! Están aumentándola, con la creación de penínsulas e islas artificiales.

Por el momento ya tienen acabada una península con forma de palmera, está diseñada para la construcción de viviendas de lujo y hoteles con playa privada, es la llamada Palm Jumeirah. Esta primera palmera aumenta la línea de costa en setenta kilómetros. La empresa Nakheel tiene aún más proyectos pendientes: dos palmeras más ya en construcción, el Mundo también en ejecución, y todavía en proyecto el Waterfront y el Universo, así como un lago en el interior de la ciudad. ¡Meten el mar en la tierra y sacan la tierra al mar!

Cuando estén acabados estos proyectos el incremento de la línea de costa alcanzará mil kilómetros, y la población residente superará los dos millones de personas, viviendo en estas zonas costeras artificiales.

El futuro es y está presente en Dubai

Algo que sorprende en Dubái es la seguridad. No se ven policías por las calles, ni encargados de la seguridad en edificios ni bancos. Sin embargo, nadie delinque. En el distrito financiero hay una galería de arte que cuenta entre sus joyas con un cuadro de Monet, tres de Picasso, dos de Chagal, dos de Miró… Así hasta doce cuadros, valorados en 30 millones de Euros y expuestos a la venta sin ningún sistema de seguridad aparente.

Otra de las anécdotas de este lugar, es que tenemos la presencia de un reputado chef español. El restaurante Ossiano, nombre procedente de océano en latín, está llevado por el saber hacer de Santi Santamaría, que cuenta en sus cuatro restaurantes con siete estrellas Michelín. El establecimiento está situado en el gran resort Atlantis The Palm y conjuga el estilo mediterráneo con una carta llena de sabores propios de la gastronomía árabe, en una ambientación espectacular.

Santi desea que este restaurante sea un puente entre culturas, entre Oriente y Occidente, con una oferta gastronómica que se basa en ingredientes árabes con un toque mediterráneo. Ha optado por situarse en Dubái por tratarse de ser un sitio clave para su expansión internacional.

El Museo de Dubái nos recuerda que aquí también hubo un pasado. Sus muestras, etnográficas y arqueológicas, nos explican cual era su vida antes; una difícil vida entre el desierto azul del mar y el marrón de las dunas.

Hace siglos vivían de las perlas de su mar, el Golfo Pérsico. Pero hace menos de medio siglo encontraron en ese mismo mar el petróleo que hizo cambiar su rumbo económico. Para conocer el pasado dubaití se puede cenar en un dhow, embarcación típica y tradicional que recorre el creek, que es un brazo de mar que entra en la tierra. También se puede viajar a ese pasado haciendo una excursión en 4X4 por el desierto degustando su gastronomía tradicional y viendo alguna de sus costumbres en un campamento. El desierto te ofrecerá un atardecer silente y colorido sobre las arenas arábigas y, tal vez, un solitario orix asome su silueta sobre una duna.

Quizás la apuesta de los dirigentes dubaitíes sea desmesurada y sin sentido o quizás no. Es posible que un nuevo tipo de ciudad al más puro estilo de las películas sobre las colonizaciones futuras de otros planetas o mundos tenga en Dubái su prólogo.

Tal vez cambie la concepción que tenemos sobre el mundo y sus tradiciones en lo que a urbes se refiere. También es posible que dentro de unas décadas todo haya sido espuma y que las arenas del desierto hayan ganado terreno sobre una ciudad decrépita, decadente y abandonada, pero solamente el futuro, hoy presente en Dubái, nos dará la respuesta…