El vino es para La Rioja una seña de identidad. Y si tuviéramos que buscar uno de los enclaves que recoge la historia del vino de Rioja ese sería el Barrio de la Estación de Haro. Pasear por el trazado de calles en las que se distribuyen las bodegas históricas alrededor de la estación de tren, ya en desuso, se convierte en un viaje por el tiempo, entrando en esos ‘calados’ centenarios donde además de catar buenos vinos vas a disfrutar de su peculiar arquitectura, ver de cerca oficios artesanos como la tonelería y llevarte unas botellas de recuerdo.
El Barrio de la Estación es un lugar único porque atesora la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo y cuya construcción fue en torno a un eje central y común: la estación de ferrocarril, en la segunda mitad del siglo XIX. De ahí que se le conozca como la milla de oro del vino de Rioja. Por aquellos tiempos, numerosos bodegueros franceses tuvieron la necesidad de acudir a La Rioja para adquirir vinos con los que sustituir las malas cosechas que el oidium (1863) y la filoxera (1867) provocarían en sus viñedos, instalando sus centros de exportación en los alrededores de la provisional estación de ferrocarril. De aquellos orígenes ya no queda en pie ningún almacén-bodega de origen francés. De las que hoy permanecen, la primera en instalarse fue la de R. López de Heredia y Landeta (en 1877); en 1879 se crea la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE); en 1886, D. Ángel Gómez de Arteche funda la bodega A. y J. Gómez Cruzado; en 1890 se instala La Rioja Alta S.A. y se crea, en 1901, Bodegas Bilbaínas.
En aquellos 30 años (1877-1904) es cuando definitivamente se configura el Barrio de la Estación tal y como hoy se le conoce, años en los que también había fábricas de aguardientes, de jabones y abonos así como algunas viñas entre los almacenes de los bodegueros. A partir de 1970, Muga (fundada en 1932) traslada su sede del caso urbano de Haro al Barrio de la Estación, sumándose a la lista de bodegas en este singular emplazamiento. Y una década más tarde, Roda construiría también allí su instalaciones pasando a formar parte de tan singular vecindario. Hace unos años, todas las bodegas crearon una asociación y organizan una jornada de puertas abiertas con catas, gastronomía y actuaciones, La Cata del Barrio de la Estación, que este año será el 20 de junio.
R. López de Heredia Viña Tondonia. 1877. La más antigua
La bodega más antigua de Haro, R. López Heredia Viña Tondonia, sigue siendo 100% familiar. La arquitectura de esta bodega que muchos conocen como Viña Tondonia, su vino más conocido, es una auténtica joya.
- Qué ver: La torre de Viña Tondonia es todo un símbolo muy reconocible, que aparece en las etiquetas de sus botellas. Servía para hacer publicidad porque los rótulos se divisaban desde muy lejos y también para contemplar los viñedos. A este mirador se le conoce como Txori Toki, casita de pájaros en euskera. El patrimonio cultural de la bodega es apabullante, desde los documentos, mobiliario y obras de arte, pinturas o coches antiguos (posee dos Bugattis) a las piezas etnográficas, sin olvidar los oficios que permanecen vivos, como la tonelería.
- Visitas: Abierto de lunes a sábado (consultar festivos). Cerrado domingos. Cita previa (teléfono o por e-mail). La visita al viñedo con guía, visita al calado Viña Tondonia, y la degustación de uno de los vinos blancos y el Viña Tondonia Tinto Reserva. Solo se realizan visitas los sábados por la mañana 10.30h. El precio es de 15 € por persona (los menores de 18 años están invitados).
- Te sorprenderá: en un alarde de modernidad, con motivo del 125 aniversario de la bodega, encargaron el diseño de la tienda y wine bar a la arquitecta iraquí Zaha Hadid quien recreó un decantandor acristalado. Dentro, llama la atención el stand de madera de estilo modernista con el que la bodega participó en la Exposición Universal e Internacional de Bruselas del año 1910.
Cvne. 1879. La huella de Eiffel
¿Cvne con «uve»? Sí, así se escribe el nombre de esta bodega porque son las siglas de la Compañía Vinícola del Norte de España. Es impresionante, una de las bodegas de mayor envergadura de nuestro país que fue fundada por dos hermanos en 1879 y ahora está en manos de miembros de la quinta generación.
- Que ver: Un gran patio central reparte los distintos espacios, un conjunto de 22 edificios y calados, que han ido creándose alrededor de las dependencias originales de 1879. Una de las joyas es la Nave Eiffel (1890-1909), diseñada por el estudio del legendario arquitecto Aleixandre Gustave Eiffel y que supuso una auténtica revolución espacial, creó una estructura con una innovadora fórmula de sujeción: sin columnas, el techo se sostiene mediante cerchas metálicas, que van de pared a pared. Este gran espacio diáfano mejoró considerablemente la gestión del parque de barricas en la nave, facilitando labores de trasiega, mantenimiento y supervisión de los vinos.
- Visita Guiada con degustación de 2 vinos: 15€. Actividades para los niños mientras los adultos hacen la visita.
- Te sorprenderá: el ‘cementerio’ de botellas con auténticas joyas para amantes del vino y la casa jardín, donde se puede comer bajo reserva. Tienen tonelería propia.
Bodegas Gómez Cruzado. 1886. El carácter del terruño
Esta es la más pequeña de las bodegas de la Estación. Bodegas Gómez Cruzado fueron creadas en 1886 por Ángel Gómez de Arteche, un noble mexicano relacionado con el ducado de Moctezuma. Pasados los años, en 1916, Don Ángel y Don Jesús Gómez Cruzado compran la bodega y se encargan de dirigirla durante una época en la que el negocio se expandió. En torno a 1990, el negocio pasó a ser propiedad de varios socios y, en 2003, llegó a manos de sus actuales propietarios, vinculados con México, país en el que residen y al que la bodega parece estar vinculada de alguna forma especial.
- Qué ver: Esta bodega boutique es coqueta y muy entrañable, el lugar ideal para conocer a través de sus vinos los paisajes de viñas riojanos. Esta pequeña bodega, con una producción anual cercana a las 200.000 botellas, ha conseguido aunar tradición y modernidad en sus elaboraciones, dirigidas por los enólogos Juan Antonio Leza y David González, combinando diversos métodos de crianza del vino, desde las barricas de roble a los huevos de hormigón.
- Visita guiada a la bodega y Cata en la sala de barricas de cuatro vinos de la familia central de Gómez Cruzado y la Selección Terroir con aperitivo y aceite de oliva DOP Aceite de La Rioja. Lunes a sábados (festivos y puentes incluidos). A las 10.00h Inglés y a las 11.00h Español. Precio: 25 €.
- Te sorprenderá: recorrer la geografía riojana en la copa con sus vinos de terruño, una gama de vinos de pueblo de edición limitada, con características realmente únicas y singulares: desde los viejos vasos de Badarán donde nace su fabuloso vino Pancrudo, al abrigo de la sierra de La Demanada, hasta las cepas octogenarias de Leza, al pie de la Sierra de Cantabria, terruño de Cerro de las Cuevas y el vino Montes Obarenes, su interpretación de los blancos clásicos de Rioja.
Bodegas La Rioja Alta, S.A. 1890. Las luces de Haro
Esta histórica bodega fue fundada en 1980 por cinco viticultores vascos y riojanos que unieron sus fuerzas para elaborar vinos de calidad. Curiosamente, la primera presidenta fue una de sus socias, algo inédito para la época. El año de su fundación, 1890, fue histórico. Haro y Jerez fueron las primeras ciudades en las que se instaló la luz eléctrica. Y se acuñó la frase: «ya llegamos a Haro, ya se vez las luces». Una curiosidad de esta bodega es que siguen fabricando sus barricas de roble, unas 30.000, cada año.
- Qué ver: Unos hermosos jardines dan la bienvenida al visitante y en primavera ofrecen un espectáculo de luz y color. Te encantará recorrer las silenciosas naves con las viejas tinas que están a punto de cumplir 130 años de historia. Aquí se elaboran sus famosos vinos: Gran Reserva 890, Gran Reserva 904, Viña Ardanza, Viña Arana y Viña Alberdi.
- Visita guiada: El recorrido guiado recorre la bodega y permite disfrutar también de su tonelería. Fines de semana: 15 €. Incluye recorrido guiado por las instalaciones centenarias, cata comentada de tres vinos, un aperitivo y obsequio de 1 botella de 37,5 cl.
- Te sorprenderá: en La Rioja Alta se sigue utilizando el arte de la trasiega a la luz de la vela, un método artesanal que consiste en limpiar cada barrica eliminando lo sedimentos de forma natural.
Bodegas Bilbaínas. 1901. Los mayores calados de la Estación
Los orígenes de la bodega se remontan al año 1859 cuando Savignon Frères & Cie., se establecieron en Haro huyendo de la filoxera que afectaba a los viñedos galos. En 1901, un grupo de empresarios bilbaínos adquirió la bodega y constituyó la sociedad Bodegas Bilbaínas. Viña Pomal es su marca más conocida, el vino que nació en 1904 (una añada excepcional) y se ha convertido en el buque insignia de esta bodega registrada como firma embotelladora más antigua de La Rioja, desde 1901.
- Qué ver: Esta centenaria bodega es visita obligada para cualquier amante del vino y la D.O. Cava, porque también elaboran cavas. Se enorgullece de ser la bodega con la mayor superficie de calados subterráneos del territorio (3.400 m2) y con la mayor superficie de viñedo del municipio de Haro dispuesto a su alrededor.
- Visita guiada: Con una duración de dos horas, comprende el recorrido por las instalaciones, el viñedo de Viña Pomal y los calados. Finaliza con degustación de Viña Pomal Crianza (en roble americano), Viña Pomal Reserva (roble americano) y La Vicalandra Reserva (roble francés). La degustación se realiza durante el recorrido por la bodega con un bolso y una copa, y un paquetito de «grissinis» (palitos de pan). Finaliza con el último vino reserva acompañado de galletitas saladas y dados de queso. Precio: 18€.
- Te sorprenderá: pisar el viñedo de Viña Pomal, una parcela de 12o has, con uva Tempranillo blanca y tinta, que da nombre al vino más emblemático.
Bodegas Muga. 1932. Pura tradición
Sigue siendo una empresa familiar, fundada por Isaac Muga y Aurora Caño. Los primeros vinos de Muga fueron elaborados en una bodega subterránea, hasta que en 1968 decidieron instalar su propia bodega en un caserón del siglo XIX situado en el Barrio de la Estación de Haro.
- Qué ver: es la única bodega de España que cuenta con un maestro cubero y tres toneleros propios, quienes fabrican tanto los depósitos de la bodega como las barricas. Es la única bodega que utiliza madera de roble en todo el proceso de fermentación, almacenamiento y crianza del vino, prescindiendo del acero inoxidable. Y así se crían dos de sus vinos más valorados dentro y fuera de España: Prado Enea y Torre Muga.
- Visita: Hay diferentes opciones, la básica, con visita a la bodega y cata degustación de dos vinos, por 15€. Visita a viñedo, catas, paseo en segway… ¡y en globo! Sin duda esa es la mejor experiencia que puedes vivir sobrevolando los viñedos de la bodega y brindando con uno de sus vinos cerca de las nubes.
- Te sorprenderá: Siguen siendo fieles a los métodos tradicionales de elaboración como la trasiega por gravedad y la clarificación mediante clara de huevo fresco.
Bodegas Roda. 1987. Espíritu joven
Ha sido la última en llegar a este barrio bodeguero y ha elegido un lugar privilegiado. Bodegas Roda se instaló en 1987 a la vera del río Ebro, en un balcón del Barrio de La Estación de Haro (La Rioja), sobre un calado del siglo XIX.
- Qué ver: Las instalaciones fueron concebidas a la medida de los vinos de Roda: adaptando en cada fase el número de tinas a los viñedos seleccionados cada añada, una sala bioclimática, fruto de una apuesta inédita por la innovación, y dos naves de crianza excavadas directamente en la roca. Allí reposan los vinos: en Roda la crianza se realiza 100% en barricas de roble francés.
- Visita: La visita para iniciarse en el ‘universo Roda’ incluye visita a la exposición fotográfica ‘Maridajes’ y cata de dos vinos: Roda Reserva y Bodegas Roda Sela, así como de los aceites de oliva virgen extra L´AMO y AUBOCASSA. De lunes a sábado, a las 10h ó 12h (2 horas de duración). Imprescindible cita previa. Precio: 20 €. Hay otras visitas más especiales, con catas de vinos de añadas históricas, paseo en calesa, visita a viñedo… Su tienda y bar de vinos se encuentra a pie de calle, fuera de la bodega, y abre todos los días mañana y tarde y domingos por la mañana.
- Te sorprenderá: el calado de la bodega desemboca en un precioso mirador sobre el río Ebro donde se organizan catas y hasta un picnic para comer con el rumor del río y probar sus fabulosos vinos.