Detalle del exterior del menú numerado

El Bulli, el mejor restaurante de todos los tiempos, cierra un ciclo

Eva Celada30/07/2011
Ferran Adrià aprovechará 2012 y 2013 para reflexionar y abrir una nueva etapa en elBulliFerran Adrià aprovechará 2012 y 2013 para reflexionar y abrir una nueva etapa en elBulli

Ferran Adrià había cosechado tanto que hubiera podido vivir del cuento otros veinte años, pero por una cuestión de ética y, posiblemente de sentido común, ha preferido cerrar el chiringuito y dedicarse a asuntos de más altas miras.

El cierre esta misma semana supone el fin de una frenética carrera en la que miles de personas han querido disfrutar de su «especial última cena» en uno de los mejores restaurantes de la Historia y posiblemente del mundo, pero Ferran sigue con su rutina hasta el último momento: despachar los papeles a última hora en su mesa de la cocina y atender de la mejor manera posible las decenas de peticiones de toda índole que le reclamán, aún más, ahora que dispone de un tiempo con el que antes no contaba, un tiempo que incluye una película de Hollywood por la que abrirá nuevamente el restaurante, posiblemente con comensales de figuración, aunque conociendo al catalán muy posiblemente abra su famoso email para aceptar algunas reservas.

Panel a la entrada de elBulliPanel a la entrada de elBulli

Se va, según sus palabras, porque el sistema no soporta tanto tiempo la misma cara, ni hay quien acepte de buen grado un actor que gana 15 oscars, pero debajo de esa razón, y con un peso mayor que ella, está el hecho de que tanto sus más estrechos colaboradores como el mismo precisan de tiempo para sus vidas privadas; la voz de alarma la dió su propio hermano Albert hace unos años, cuando dijo que dejaba elBulli porque deseaba ver crecer a su hijo. La exigencia de un restaurante de estas características es insoportable y sobre todo insostenible con relaciones personales, con mantener una vida privada feliz.

Adrià no busca la riqueza, lo ha demostrado sobradamente, su genialidad es de índole artístico y el proyecto que emprende con elBulli Foundatión colmará esas exigencias. Sin embargo todos los que le conocemos, aunque sea mínimamente, sabemos que él nunca dejará de cocinar, ni tampo de dar de comer: serán amigos, ejecutivos de una empresa, touroperadores internacionales o, sencillamente, algún periodista que le caiga bien, pero él ofrecera sus nuevas creaciones, esas que ahora hará con mucha mayor tranquilidad, pero siempre con tensión, la necesaria para la creatividad.

Su legado sólo ha empezado a vislumbrarse; ocho de los diez mejores chefs del mundo son herederos de su cocina, pero miles por todo el planeta han bebido de sus fuentes: ha creído que otro tipo de cocina es posible y, sobre todo, ha dignificado la gastronomía española, dandole un rango absolutamente universal. Pero Adrià ahora se propone más: que la gastronomía impulse el turismo, fomentar el desarrollo de cocineros de vanguardia con talento: «Mi papel es de agitador«, dice, siempre lo ha sido, un rompedor. Hasta el 30 de julio de 2011 interpretaba sus propias composiciones, ahora quiere sólo componerlas.

Detalle del exterior del menú de la última temporadaDetalle del exterior del menú de la última temporada

Como homenaje no haremos una radiografía al Bulli, ni contaremos su historia, porque aunque cierre las puertas el restaurante, en realidad nunca fue un restaurante, siempre fue una fabrica de ideas, lo que sucedía es que el letrero de la puerta estaba mal rotulado; «No tengo ninguna nostalgia por cerrar elBulli, estoy muy ilusionado con el nuevo proyecto«, como diría su amigo Juan Mari: «A éste» -refiriéndose a Ferran- «todo le parece la bomba, y es que esa capacidad de ilusión, esa energia por componer nuevos escenarios, por formular nuevos lenguajes es la esencia de un genio, que lejos de retirarse, se reinventa…

La última vez que le ví en Cala Montjoi debí poner una cara tan triste que me dijo: «No te preocupes, seguiremos viendonos, esto no se termina…» ¡Ojalá asi sea!