El café es una semilla que viene del fruto de una planta: el cafeto, una rubiácea que tiene muchas especies botánicas.
El cafeto es un arbusto originario de Etiopía, de hoja perenne que se cultiva en zonas intertropicales, entre 300 y 2.000 m de altura, según especie y variedad. Es una planta rubiácea y tropical que produce las llamadas «cerezas» – por su color rojo intenso– , especies de bayas que contienen dos semillas de café cada una. Esta planta tiene un porte elevado, que puede alcanzar los 12 metros de altura.
Hay 60 especies diferentes botánicas del cafeto (muchas son asilvestradas y no se consumen), pero las variedades principales son dos: Arábica y Robusta y de ellas se consigue el café que se produce y se consume en todo el mundo.
Arábica y Robusta, las dos grandes especies
El arbusto de Arábica, la primera especie en consumirse, mide entre 3 y 6 metros y se cultiva en regiones situadas entre los 500 y 2.000 metros de altura. Es la especie más antigua, la más conocida y de mayor calidad. El grano de café es plano, alargado y el surco que atraviesa la parte plana suele ser torcido e irregular. Su aspecto suele ser desde verdoso pálido hasta verdoso azulado. El contenido en cafeína es del 1 al 1,5%. De entre las variedades y orígenes que existen, podemos destacar: Típica, Borbón, Caturra, Colombia, Blue Mountain, Maragogipe, Moka, etc.
La especie Canephora o Robusta, más moderna, procede de África, donde crece silvestre. Se cultiva entre los 300 y los 1.000 metros aproximadamente y la altura del arbusto oscila entre los 5 y los 10 metros. «Como su propio nombre indica, se trata de una especie más resistente y adaptada, que ofrece una mayor producción y resistencia a las plagas. Además, su contenido en cafeína es alrededor del 3%, el doble que el Arábica«, explica Ricardo Oteros, presidente de Supracafé. Las variedades de robusta más importantes son: Conillón, Java, Kouillou, Niaul, Robusta e Inéac.
Hay excepciones como el Excelsa o Ibérica, pero la producción es bajísima y de tan baja calidad que no se tiene en cuenta. O la especie Laurina, que se está recuperando en la isla de Reunión, pero es residual.
Una planta tropical con muchas cosechas
La planta del cafeto tiene unos requerimientos climáticos muy especiales, y sólo se da en la zona intertropical. La Arábica necesita entre 18º C y 24º C de promedio, y nunca aguanta menos de 10ºC. El Robusta puede alcanzar temperaturas más altas, hasta 28ºC.
El componente de lluvia es fundamental. La planta Arábica necesita entre 1.800 y 2.000 litros anuales, y hasta 2.500 litros si es el Robusta. En las regiones tropicales y ecuatoriales, donde siempre es primavera o verano, el comienzo de las lluvias es lo que da inicio a la floración blanca y perfumada, parecida al jazmín.
Ocho o nueve meses después llegan los frutos: bayas rojas, brillantes y carnosas como cerezas, por eso reciben ese nombre coloquial.
Con cada lluvia se da inicio a una floración. Y por eso el cafeto es una de las pocas plantas que da al mismo tiempo flores, frutos verdes y frutos maduros, por lo que la recogida deberá ser muy cuidadosa: habrá que coger los que estén ya maduros, grano a grano.
«Es el caso de Colombia y Kenia, que tienen dos cosechas por año que son muy extensas, derivando de diferentes floraciones. Hay una época seca de dos meses en la que se produce un estrés hídrico en la planta que dará diferentes floraciones, en distintas semanas, durante dos o tres meses«, explica Ricardo Oteros, presidente de Supracafé, empresa de producción, importación, proceso y comercialización de cafés de alta calidad, 100% Arábica.
Cada ciclo de maduración dura entre siete y nueve meses y proporciona de medio a un kilogramo de cafe tostado, aunque alguna variedad puede llegar a los dos kilogramos. La época de recolección varía en función de la proximidad del país productor a los trópicos. Entre octubre y febrero se recoge en los países cercanos al Trópico de Cáncer, y de mayo a julio en los más próximos al de Capricornio; en ambos casos, coincidiendo con las épocas de lluvias.
Desde que se planta el cafeto en las laderas de la montaña hasta que da la primera cosecha pasan unos tres años, y es a partir del cuarto o quinto año cuando el cafeto alcanza su máxima producción.