El corcho es un material que se ha utilizado tradicionalmente como tapón para botellas de vino, y aún hoy en día sigue siendo la opción más utilizada para sellar vinos y otros productos, especialmente para vinos de guarda del viejo mundo. La obtención del corcho se lleva a cabo a partir de la corteza del alcornoque, un árbol que crece en regiones cálidas del mundo, como Portugal, España y Marruecos.
La cosecha del corcho se realiza a mano y generalmente se lleva a cabo cada 9 años. La corteza se corta en tiras y se deja secar durante 6 meses a un año antes de ser procesada. A continuación, se pasa por un proceso de lavado y decorticación para eliminar la capa exterior y obtener la capa interna, que es más suave y flexible. Después, las tiras se cortan en tamaños apropiados para los tapones de corcho y se lijan para darles un acabado suave.

Los tipos de tapones para el vino: corcho y sintético
Hay dos tipos principales de tapones utilizados para sellar botellas de vino: corcho natural y tapón sintético.
Corcho natural
El corcho natural es el material tradicional, y se produce a partir de la corteza del alcornoque como se describe anteriormente. Este tipo de corcho es poroso, lo que significa que permite una pequeña cantidad de aire a entrar y salir de la botella, lo que es importante para el envejecimiento del vino.
Dentro de los tapones de corcho, existe una gran variedad según la parte de la corteza que se utilice, de la medida, del control de calidad, si es de una sola pieza o está compuesto por mucho pequeños pedacitos de corcho aglomerados, etcétera.
No obstante, como ya expliqué en un artículo anterior, el corcho natural no está exento de problemas. Existe un pequeño porcentaje que puede presentar contaminaciones de una bacteria denominada TCA o Tricoloroanisol, que vive en el corcho y llega a contaminar el vino y producir el desagradable “encorchado” que afecta completamente al perfil organoléptico del vino.

Tapón sintético
Por otro lado, el tapón sintético se produce a partir de materiales sintéticos como el polietileno o el poliuretano, y se utiliza como alternativa asequible al corcho natural. Aunque estos materiales no son porosos, permiten un control más preciso de la cantidad de aire que entra y sale de la botella, lo que puede ser útil para ciertos tipos de vino. Una de las ventajas de estos materiales es que están libres de la anteriormente mencionada bacteria de TCA.
Otras alternativas al corcho
Además de estos dos tipos de corcho, existen otros tipos de tapones que se utilizan para sellar botellas de vino como el tapón de rosca o de vidrio. Estos tapones están hechos de materiales como el plástico, el metal y el vidrio, y ofrecen una alternativa práctica y asequible al corcho. No obstante, no suelen utilizarse en vinos de guarda destinados a pasar años en bodega.

En resumen, aunque el corcho se lleva utilizando siglos, sigue siendo uno de los tipos de sellado de botellas de vino preferidos por los productores. A pesar de que en ocasiones pueda presentar algún problema, sus ventajas sobrepasan con creces sus inconvenientes. Además de la parte romántica del corcho, o ¿acaso se imagina una botella de Château Petrus con tapón de rosca? Pero es importante destacar que no por tener otros tipos de tapón diferentes, un vino sea necesariamente de inferior calidad.
Hay vinos excelentes con sellados menos tradicionales