Jeff Henderson

El efecto MasterChef desata la locura por la cocina

El popular programa televisivo ha hecho surgir una auténtica fiebre culinaria. Analizamos su efecto, además de algunos casos de personas que dieron un giro brusco en sus vidas para dedicarse a su verdadera vocación: la cocina.

Con Mucha Gula25/06/2014

Imagen del casting de MasterChef en Madrid para la segunda temporadaGracias al programa de televisión MasterChef hemos visto cómo la pasión por la cocina puede afectar a personas «normales y corrientes»: profesores de yoga, ejecutivos, publicistas, carniceros… Perfiles muy dispares unidos por la determinación de cambiar de vida y dedicarse a lo que realmente les gusta: cocinar.

El programa sirve de plataforma para que algunos puedan plantearse un cambio de rumbo que difícilmente tomarían si no fuera por ese «empujoncito» que supone aparecer en televisión y optar a un premio de 100.000 euros, además de la formación culinaria.

Sin embargo, hay ejemplos de valientes que no han necesitado un talent show para dar un giro radical a su vida y seguir su verdadera vocación. Son muchos los casos de personas que se dedican a la cocina después de pasar por carreras profesionales que no tenían nada que ver. Y cuando decimos que son cambios «radicales» y que sus antiguas carreras «no tenían nada que ver», lo hacemos en el sentido más estricto y literal.

Julien Nuijten, a los 15 añosJulien Nuijten es un joven holandés al que podríamos considerar un niño prodigio. A los 15 años se convirtió en el campeón más joven de las historia del campeonato mundial de Magic, un juego bastante desconocido para el gran público pero que forma un Universo propio al que pertenecen más de seis millones de personas en el mundo. Su triunfo en 2004 todavía es un hito, que hace 10 años le hizo ganar 35.000$.

Cuando tuvo la mayoría de edad, y aprovechando la posibilidad que ya existía en esos años de conocer y desarrollar el juego a través de internet, Julien se pasó al póker -más lucrativo que el Magic. Durante 5 años se dedicó a los naipes de manera profesional, convirtiéndose en uno de los rostros más conocidos no sólo en las mesas de Holanda, sino del mundo. En 2008, con 19 años, se llevó un premio de 222.940$ (bastante más de lo que ofrece el premio de MasterChef) al ganar un torneo en Río de Janeiro del Latin American Poker Tour.

Pero el objetivo del holandés no era otro que ganar todo el dinero que pudiese antes de dedicarse a algo totalmente distinto: la cocina. Nuijten dejó las mesas y empezó a estudiar, pero prefirió pasar a la acción y desarrollar su carrera trabajando en distintos locales de Ámsterdam. Este Bobby Fischer del siglo XXI descubrió que era más feliz preparando un sándwich que viajando por todo el mundo y compitiendo con la élite. Si tiene la mitad de talento para la cocina que para el juego, pronto oiremos hablar de él…

Jeff HendersonMás surrealista si cabe es la historia del chef Jeff Henderson. Los talentos de este norteamericano antes de dedicarlos a la cocina se dirigían a actividades mucho menos inocentes que el Magic, el póker o cualquiera de las ocupaciones de los concursantes de MasterChef.

Henderson creció en las calles de Los Ángeles y San Diego donde acabó envuelto en la elaboración y tráfico de drogas. Fue detenido y condenado por ello; precisamente en la cárcel descubre su pasión por la cocina. Arrestado en 1987, pasó más de una década entre rejas, donde ejerció en la cocina de la prisión y decidió ir a Las Vegas para desarrollar, al salir, una carrera en hostelería.

No sólo lo consiguió, sino que llegó a ser el jefe de cocina del famoso Café Bellagio. Una aventura que, por supuesto, explica en su biografía Cooked (2007). Este libro, cuyos derechos para convertir la historia en película compró el actor Will Smith, incluye pasajes en los que describe cómo aprendió a «cocinar» crack o extrae consejos prácticos de las rutinas de organización de la cocina en prisión.

Henderson es ahora un conocido cocinero, pero también un gran personaje mediático en los EE.UU. Sus múltiples actividades no se limitan a la cocina y los libros, sino que también tiene programas de televisión y da charlas sobre cómo re-orientar tu vida y tener éxito profesional.

El efecto MasterChef

En España el programa MasterChef apenas lleva dos temporadas, sin embargo, el formato original es de 1990. La cadena pública británica BBC realizó los primeros programas en los noventa pero la verdadera fiebre culinaria surgió en la segunda remesa de episodios. En 2001 se dejaron de emitir las primeras series aunque se retomaron apenas cuatro años más tarde.

Programa de cabecera en el Reino Unido pero sin apenas repercusión fuera, su popularización coincide -casualidad o no- con los efectos de la crisis económica. Puede que el hecho de cocinar más en casa ayudase a que este «descubre talentos» se hiciera popular en EE.UU., Holanda y un total de 46 países de todo el mundo como Albania, Ucrania, Filipinas, India, Malasia o Pakistán.

En los últimos años se han generado en el Reino Unido fenómenos relacionados con la cocina que ya estamos empezando a ver aquí. Una versión del Celebrity MasterChef con famosos autóctonos es sólo cuestión de tiempo, pero hay otras «modas» que ya se están produciendo en España.

Un ejemplo es el boom de los cupcakes. La repostería está experimentando un gran crecimiento en los últimos años, también en nuestro país. En el Reino Unido, donde ya hay datos sobre este fenómeno, se calcula que en 2012 al menos un 52% de la población hizo pasteles en casa, un 27% más que en 2011. Desde la crisis, en 2009, el número de negocios de repostería que empezaron como una simpe afición creció en este país en un impresionante 325% (datos del diario Daily Mail)

Evidentemente MasterChef es sólo una de las múltiples causas de esta fiebre por la cocina. Así lo señalaba también el New York Times en un artículo (en inglés) que hablaba del crecimiento de los cursos y escuelas de cocina: en los últimos cuatro años en EE.UU. se ha incrementado el número de graduados en cocina en un 25%.

Por moda o por pasión, a través de un programa de televisión o de un curso, para salir de la crisis o de una mala vida, la cuestión es que nunca es tarde; aunque hay que recordar que los verdaderos MasterChef sólo son aquellos reconocidos por la prestigiosa Maîtres Cuisiniers de France. No acepten imitaciones.