Mucho hablamos (y oímos hablar) de los grandes damnificados económicamente por la pandemia: paro, ertes, cierres, concursos de acreedores, quiebras… Está fuera de toda duda las brutales consecuencias que la Covid-19 ha dejado en la economía mundial. Pero no todo son pérdidas: existen negocios que han visto cómo la pandemia les daba voz, sus ingresos crecían y se convertían en alternativas reales cuando hace tan solo unos meses su presencia era meramente residual. Y uno de esos negocios son las conocidas como “dark kitchen”
¿Qué son las dark kitchen?
Las “cocinas fantasma” son espacios sin mesas ni camareros, sin comensales ni listas de espera; sin carteles en la puerta ni colas para entrar, más allá de las que forman los repartidores. “Una dark kitchen es una cocina que no está a la vista del público. En otras palabras, una cocina que produce sus platos bajo sus propias marcas virtuales para posteriormente ser entregados exclusivamente a domicilio” nos explica Clément Benoit, co-fundador de Not So Dark, una empresa líder en el negocio de las dark kitchens a nivel europeo.
Nacidas en Inglaterra, surgieron como una alternativa para los nuevos negocios que no podían permitirse los desorbitados alquileres de la capital británica y que apostaban por el delivery como vía principal de dar a conocer su cocina. Sin necesidad de comprar platos, vasos, mesas, sillas, pagar luz y agua, contratar camareros y muchos otros gastos, estos negocios reducían costes, algo que les permitía ofrecer platos de calidad a un coste menor que los negocios con establecimientos físicos.

Este modelo de negocio fue creciendo y asentándose en otros países, principalmente en las grandes ciudades, en donde el ritmo es más frenético y la comida a domicilio más habitual. Y es allí dónde encuentran su mayor rentabilidad.
Las Dark Kitchen en la era Post-Covid
Ahora la pregunta es: ¿sobrevivirá este modelo de negocio a un mundo sin pandemia? No existe una respuesta correcta a esta pregunta. Según Clement “Es cierto que la pandemia ha condicionado el crecimiento de este nuevo modelo de negocio, posibilitando y acelerado su auge en las grandes urbes europeas, pero se trata de un mercado maduro y muy consolidado en otros países, como por ejemplo Estados Unidos. Pese a ello, las necesidades del consumidor cambian constantemente y lo que éste busca cada vez más es la conveniencia: tener un producto de calidad, allá donde quiera y lo más rápido posible. Las Dark Kitchen son un concepto innovador, diferente al de la restauración tradicional y su futuro dependerá en gran medida de ver cómo evolucionan las necesidades por parte de los consumidores y nuestra capacidad para satisfacerlas.”

El caso de Not So Dark nos puede orientar en este aspecto: una food-tech startup que nace en París en el 2020, con la intención de aportar una solución disruptiva en el sector del reparto de comida a domicilio. Actualmente tienen presencia en París, Niza, Burdeos y próximamente en Barcelona. El objetivo es claro: liderar el mercado europeo de las Dark Kitchens, con la creación de 30 nuevas cocinas antes de finalizar el año.
Queridos vecinos…
Pero no todo son alegrías en estos modelos de negocio. Existen muchas voces que se quejan de la convivencia de estos espacios con sus vecinos. Olores y ruido son los principales reclamos de los vecinos que han visto como en la puerta de al lado se instalaba una dark kitchen. Pero no todas son así. Benoit asegura que «las instalaciones de Not So Dark cumplen estrictamente con toda la normativa exigida por los órganos competentes. De hecho, una de las mayores inversiones a la hora de instalar nuestras cocinas es la relativa a la insonorización”.
Solo el tiempo dirá si las Dark Kitchen seguirán su curva de crecimiento cuando consigamos frenar al virus y volvamos a nuestra antigua normalidad.