El Gallinero: cocina de producto con puesta en escena de autor

Eva Celada03/03/2009

Detalle del comedor del restaurante 'El Gallinero'Situado en una ubicación privilegiada al pie de la sierra, El Gallinero ofrece una cocina de producto con puesta en escena de autor, complementada con una recientemente inaugurada zona de tapas, que se presenta como una interesante opción para quienes bajan de la sierra y desean hacer un alto en el camino para reponer fuerzas. Buen servicio, mejor ambiente y mucha felicidad en un lugar ideal para familias y grupos que deseen disfrutar de una comida tranquila. A destacar la calidad de los postres, que lucen especialmente en compañía de una carta muy equilibrada y apta para todos los gustos.

 

Nombre: El Gallinero
Dirección: Carretera de Navacerrada km 0 – 600 / 28400 Collado Villalba ( Madrid )
Teléfono: 918 406 658 ó 918 406 659
Página Web: http://www.elgallinero.net
Tipo de cocina: Cocina de producto creativa.
Entorno: Decoración rústica elegante, con ladrillo visto, vigas de madera y grandes ventanales, tras los cuales hay un simpático gallinero con gallinas vivas. Posibilidad de comedor privado para veinte personas.
Servicio: Atento y rápido, liderado por Fernando Malcón.
Accesibilidad: Buena, plazas para minusválidos en el parking y mesas y aseos en la entrada y en la planta baja, en este último caso salvando unos pocos escalones.
Ambiente: Muy agradable, con familias y grupos en su zona polivalente para celebraciones. Destaca el ambiente de felicidad reinante en la sala.
Aparcacoches: No, aunque dispone de amplio parking al lado de la puerta, dada su privilegiada situación en el corazón de la sierra noroeste de Madrid.
Precio: Medio, con buena relación calidad/precio y un interesante menú degustación a 45€, con menús infantiles de 2 platos más helado por 20€
Fecha visita: Sábado, 21 de Febrero de 2009, comida a las 15:00h

Cocina:

Carta de cócteles muy variada, para el aperitivo (el Manhattan estaba buenísimo), panes variados a elegir: integral, hojaldrado y blanco candeal. Carta de aguas incluyendo marcas de alta gama, desde Solán hasta San Perignon, Tau o Voss.

En los fogones: David Blázquez, joven chef recientemente llegado al local. Agradable y cercano, aunque muy tímido, nos habló de sus siete años de experiencia junto a Salvador Gallego, influencia que se aprecia notablemente en su cocina, basada en productos de calidad, que David prepara dándoles un toque de autor que sirve para ofrecer una carta balanceada y preparada para agradar tanto a los paladares más clásicos como a los más modernos.

Zuazo Gastón, un Rioja Crianza 2004Comenzamos el aperitivo con unos cócteles (el Manhattan antes mencionado y un San Francisco no menos logrado), acompañados por una brocheta de aceituna, pepinillo y boquerón en vinagre.

Grata sorpresa al pedir el vino, ya que el camarero que nos atiende, que confiesa venir «de refuerzo» los fines de semana, resulta ser un profesional del negocio de los vinos, el cual nos recomendo acertadamente un Zuazo Gastón Crianza 2004 para acompañar el menú.

Alcachofas a la griega con brandada de bacalao, gajos de naranja y pomelo rosaA continuación probamos unas Alcachofas a la griega con brandada de bacalao, gajos de naranja y pomelo rosa. Las alcachofas van cocidas al vacio y por eso se mantienen tiernas pero enteras: una auténtica delicia en su punto.

Después no pudimos resistirnos a probar unos huevos caseros El Gallinero con jamón ibérico y foie. Los huevos son de las propias gallinas que crían en la finca, exquisitos al igual que las patatas chips que les acompañaban, aunque el foie estaba algo graso y el jamón ligeramente pasado.

A continuación optamos por la carne, tomando unos excelentes Centro de lomo rojo alto trinchado con pimiento rojo y patatas puente nuevo, y un Carré de lechal confitado con salsa de miel y sésamo, patatas revolconas y brotes de soja , ambos en su punto y agradablemente realzados por el Rioja crianza antes citado.

Magnífico souflé de chocolate, marca del chef de la casaLos postres, tras la triste noticia de no poder probar una pequeña degustación, ya que todos los que aparecen en la carta se antojan más que buenos, fueron un excepcional souflé de chocolate, que trajo a nuestros paladares el recuerdo del famoso plato del Cenador de Salvador, y es que por algo el chef ha sido su jefe de cocina dulce durante siete años, y una infusión de fresas gelatinizada, con una interesante mezcla de fresas en tres texturas diferentes, creativa y muy agradable en boca. Todo ello contribuyó a aumentar nuestro pesar por no haber podido probar los demás postres, recomendando desde aquí al restaurante que facilite una pequeña muestra de sus postres.

Observaciones:

Nos comenta la responsable del restaurante, Milagros Rojo, que El Gallinero ha salido de «un bache» debido a diferencias con el anterior chef. Visto el ambiente, ¡quien lo diría! Sala repleta, mesas llenas de gente y debemos incidir una vez más en la felicidad de los comensales: tiempo hacía que no veíamos un ambiente tan feliz, en una sala que la gente hace suya sin prisa, disfrutando del momento. Nos tomamos nuestro tiempo para observar a los demás:  los clientes no tienen ninguna prisa por irse, charlaban con el personal, muchos de ellos tomaban incluso una copa tras la comida… o varias. Nos fuimos bien pasadas las cinco y la sala seguía animada.


Calificación:

Trato exquisito del personal, desde la encargada y el jefe de sala, hasta el plantel de camareros. Local agradable, comida de producto, muy correcta y a un precio interesante, y un chef que sabe lo que hace. Recomendado para ir con amigos o familiares, incluídos los niños, dado que el espacio es muy amplio.

Puntuación:

7/10